Al Otro Lado Del Mundo.(La Profecía De La Luz)

capítulo 16

Las hermana de Leonora.

Se levantó del taburete y se puso a mí lado observando lo mismo que yo. Puso su dedo índice en las olas del mar y empezó a imitarlas deslizando los movimientos dibujados.

—Verás querida, mi madre era la descendiente pura del elemento fuego y mi padre era un impuro del elemento tierra. Se enamoraron perdidamente y obtuvieron a mi hermana mayor, Ana. Su poder descendiente fue el de mi padre Jack, por lo tanto es impura. — coge aire disponiendo y lo suelta en un seco de silencio.— Entonces a lo largo de los años fue cuando nací yo, la descendiente y siguiente reina de estas montañas magníficas. A partir de cuando existí en este mundo ella me odiaba con todo su ser. Nunca quiso jugar, comer, dormir, hablar e incluso mirar. Me rechazaba con su dolor intenso que me transmitía al verla de espaldas.

Fijó la mirada en mí, y bajo la vista pasando por mi lado sentandose en la silla.

—¿Te encuentras bien?— pregunto dirigiéndome a ella. Me agacho y me pongo de rodillas junto a sus piernas tapadas por su precioso vestido.

—Si si, no te preocupes estoy bien. —afirma sin poder mirarme a los ojos.—
El mismo día que manifesté mi poder ella intentó luchar contra mí. Solo me decía que iba a demostrar que ella era digna de ser una reina. Mi padre intento pararla al ver que una roca enorme se dirigía hacia mí a toda velocidad. Fue entonces, cuando ella se desveló contra mis padres y les hizo el juramento de destruir el mundo entero a cenizas.
Se marchó esa misma noche y nunca jamás supimos de ella. Hasta que empezó lo que juró, y lo está consiguiendo. Por eso tenemos que detenerla ya.

No Se que decirle sobre su historia. Es algo triste y desgarrador, maligno y oscuro. Debe ser difícil que su hermana mayor sea la culpable de todo lo que esta ocurriendo y de que la haya tratado así.— Sí. lo haremos.—Contesto animandola poniéndome en pié.

—Di que sí. No es momento para lamentaciones.—Se levanta dispuesta con humo saliendo de su cuerpo.—Bien Johana, tu misión ahora mismo es controlar tus poderes. Tendrás a una persona muy poderosa ayudándote para tener el dominio completo de todas las herramientas que contiene la luz pura. Luego, tendrás que enfretarte a una persona de los cinco elementos de la naturaleza; primero tierra, segundo planta, tercero aire, cuarto fuego y quinto agua.Así tu poder crecerá muy rápidamente. Lo bueno de que obtengas ese poder, es que la luz no te puede hacer nada. Eres completamente inmune.

Los mismo nervios que me traicionan cada dos por tres vuelve a aparecer de nuevo anulandome el hambre que tenía. Pensar que tenía que hacer todo eso era una locura, pero no entendía una cosa.—¿ Y porqué no con uno de oscuridad? Se supone que tu hermana contiene ese poder y no se ni cómo, ¿Se puede obtener dos elementos?— Pregunto esperando ansiosamente la respuesta.

—Aquellos que están corrompidos por las tinieblas desvelan un poder enorme, entregado por la oscuridad para luego ser víctima de su presa. Pero a pesar de eso te deja contener tu poder original. —Ven, vamos a mostrar al pueblo de que estás aquí.

Bajemos por la escalera en espiral y nos introducimos por una puerta de madera dorada. Una alfombra roja corría a lo largo del pasillo. Mesitas pequeñas con algunos epejos y figuras de barro decoraban junto a los cuadros en las paredes, que por cierto, tenían un color burdeo con barras de madera talladas. Mientras caminábamos observaba algunos que otros jarrones con flores reconocidas en mi mundo.

Se paró en unas puertas de cristal de colores pocos visibles.—Bien preciosa, vamos a mostrarte al mundo.—Dice con una sonrisa.

Abrió la puertas y  unas trompetas sonaron de inmediato. Yo contemple de nuevo las maravillosas vistas de este lugar. Ella pasó y se asomó al balcón que quetaba compuesta por minerales incrustados y preciosas aves de colores azul, verde y amarillo.

—Ven, acércarte.— declara levantando su mano.

Mis nervios no tardan en venir, cada vez que tomo aire profundamente me entra un pinchazo en el pecho haciendome difícil respirar, y Tengo la garganta demasiado seca para poder hablar.—Sí...—digo dando unos pasos tanbaleandome un poco por culpa de los movimientos y los nervios.

Llegue hasta ella y me asomé. Vi a la gente de antes, estaban reunidos por los grupos elementales. Me di cuenta que en el de la luz solo habían tres personas.

Estoy segura de que algunos de ellos son de mi família los Morgan. Tal y como me dijo Whill.

—¡Bien, escuchadme todos!— Dice gritando mientras una llama se desprende de ella iluminando de rojo la zona en un momento.—¡ Anuncio la llegada de la sagrada profecía, la  descendiente de la luz!

Todos gritaron y aplaudieron, algunos saltaban de la emoción, otros lloraban de alegría, algunos se disponían a contemplarme como si fuese un universo en una pieza.

—Bueno cariño, se está haciendo tarde. Vamos para adentro.— Menciona mientras la persigo.

Mientras caminábamos se disponía a hablarme.
—Vamos al salón común, tu cuarto está en el ala oeste del castillo. Mi sirvienta te acompañará,vivirás aquí los próximos siete días.

—¡¿Siete días?!— pronuncio extrasada.— ¡¿Como voy a lograr tal cosa tan poco tiempo?!

—No podemos atrasarnos, luego tendrás que encontrar a la família Harrison para encontrar a tu padre.

Es cierto, no sabemos a que velocidad esta arrasando los bosques. Tengo que lograrlo lo antes posible.—Vale, lo conseguiré.—afirmo valiente ante la situación.

—Se que lo conseguirás. Mañana empezaras con ayuda a controlar tus poderes.

—Esta bien. —digo más concentrada en todo esto.

—En cuánto a la guerra, siempre hemos perdido. Pero esta vez, será diferente.

Eso no me agrada mucho. Decirme eso me hace pensar que son muy poderosos.— Cierto.

Lleguemos y bajamos las escaleras de la entrada. Pasamos por un pasillo y dos guardias con trajes de color rojo abrieron unas puertas de hierro.

—¡Leyla!— pega una voz fuerte. —atiende a nuestra queridísima invitada.

—¡Voy!— grita corriendo hacia nosotras.

Ahora que me fijo, me resulta conocida su cara. Se que la he visto en alguna parte.