El secreto del poder
Quería saber cuál era el secreto ya de una vez para poder utilizar los poderes de la mejor manera posible. Y por fín, iba a descubrirlo.
—sí.—respondo segura de mí misma. — Cuéntame todo.
— Veo que aún no has entendido el motivo por el cuál lo has manifestado. Se llama Esperanzas. Es lo único que puede contra el miedo. Un poco está bien, mucha es peligroso, debido a que si superas los límites del poder puedes perder tu vida. Tu magia es pura. Viene de las luz más brillante de los dioses. Tras generaciones y generaciones se han ido traspasando el poder, tu familia los Harrison y los Morgan. Pero tú, eres la elegida. La descendiente del poder de la luz que reinara todas las tierras de nue...
—¿ Y porqué soy la elegida? — añado interrumpiendo lo que contaba.— Además, ¿Soy media humana no?
—¡Lo primero no me interrumpas preguntona!—grita levantándose del trono dirigiéndose hacia mí.—¡Si no te lo he dicho es porqué no lose! Solo lo sabe tu padre. Es el secreto de vuestra familia. Tendrás que preguntárselo a él. Y sí, eres humana pero incluso los humanos Tienen el poder de la Esperanza. Pero solo el dos por ciento consiguen alcanzar tal manifestación.
Volvió a dirigirse al trono quitándole por segunda vez el vaso de madera a unos de sus guardianes.
Vaya, me ha despertado una gran curiosidad. El secreto de por qué entre dos familias yo soy la que tengo esa supuesta luz pura. Vengo de otro mundo, como voy a venir aquí y a reinar este mundo sin más. Al saber si seré yo la que acabe con la oscuridad.
—Bueno, ¿Entonces es por que tenía miedo, y mis esperanzas de sobrevivir hizo que mi magia apareciera?— pregunto mirandolo yendo al asiento.
— Es porqué el miedo te despierta esperanzas.—expresa mientras se sienta.—señorita, tus poderes han resurgido y ya estás lista para el camino que te espera. Te dirigirás al gran castillo para desarrollar tus habilidades rápidas. Allí estarás segura bajo el Reino de Leonora. Whill te acompañará.
—¿Sí hay una reina porqué no se encarga ella?— digo levantándome sacudiendo los pantalones.
—¡¿Y que crees que va hacer?! Claro que lucharan contra la malvada Hechizera y sus diabólicos súbditos. — Grita muy alterado.—¿ Crees que es fácil? Lo que tú has hecho hoy, no te da ni para protegerte del bosque que tienes que atravesar para llegar al castillo.
—Vale vale perdón, es que me tengo subidito esto de los poderes.- añado sonriendo.- ¿Y que pasa con mi padre? ¿Como encuentro a mí família?
— Primero tendrás que desarrollar tu magia y controlarla para incrementar tus poderes a su límite. Recuerda, que mucha esperanza es peligroso. Allí te esperan miembros de tu família Morgan, tal vez ellos sepan donde se encuentra. Mañana a la madrugada os marchareis para no perder más el tiempo. — responde acercándose el vaso a la boca.
—Vale. —Menciono cogiendo unas frutas entragadas por whiliana en una especie de cesta creado por lazos de hoja azules. — Bueno, gracias por todo.
—Ni las des.
Salí y bajé del árbol, me dirigí a los arboles de los colores. Seguí el camino contemplando a los hermosos Mildars qué se encontraban sentandos en las ramas verdes. Vi un tronco que se encontraba desviado y decidí tumbarme. Las criaturitas venían y se posaban en mí.
Uff—suspiro con agobio, me alegro de haber obtenido el poder, pero todo esto que me vendrá es de locos. No se si conseguiré lo que la profecía dice. No me queda más remedio que intentarlo, quién no arriesga no gana.
Quiero encontrar a mi padre y preguntarle porqué he tenido que ser yo la elegida. Aunque no solamente eso, tengo miles de preguntas más. Me resulta raro que todo esto me pase derrepente, y más cuando he estado metida en un bucle siempre. Que extraña soy, ¿quería salir de ese bucle y ahora me agobio? Se nota que no soy humana del todo.Se hizo de noche. Volví a donde se encontraba las casas y me senté en la mesa de fuera junto a todos los de esa raza. Dos niños Whilfos se acercaron a mí ofreciendome su trozo de comida. Me los llevaba enserio, que criaturitas tan monas. Les dije que no ya que estaba cenando de la mía. De pronto sonó como una especie de tambor y el Jefe se puso de pié en la silla.
—Queridos guerreros, ¡anuncio que la profecía de la próxima reina de estas tierras lo logrará!— exclamó levantado la mano con todos.
¡Bien!— gritaban todos alegres y aplaudiendo.
Terminó la pequeña fiesta y me dirigí hacía la cabaña de las mujeres. Estaba cansada, así que me tumbe directamente, y me quedé dormida más rápida que la velocidad de la luz.
Volvieron a sonar las trompetas despertandome con el corazón cogido del susto.— Joder, serán imbéciles. Me tape con la manta sin recordar donde me encontraba.
Whiliana se dirige hacia mí— Johana despierta, tienes que desayunar y emprender tu viaje.- dice moviendome el brazo para así reaccionar.
—¡Madre mía! Perdón, voy enseguida.— declaro levantándome de un salto.
Que patosa soy, se me olvida asta donde me encuentro. Bueno le puedo hechar las culpas al sueño.
Salí de la casa y baje a la mesa para desayunar. Mientras comíamos Whill se me acercó y me dijo que me acompañaba por que se lo había ordenado. Vaya Elfo, encima de borde rencoroso. Ni le contesté. Era por la mañana y el modo zombie en el que me encontraba no convenía que se me fuera de las manos. Al terminar me despedí de todos, sobretodo de Whiliana, ya que era la única decente, por decirlo así. Whill y yo nos dirigimos a las matas por donde vinimos la primera vez. Miré hacía atrás viendo a todos los Whilfos observandome y despidiéndose con las manos.
El rey levantó una mano— ¡Adiós! Que tengáis buen viaje- dijo alzando la voz fuertemente a lo lejos.
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Al Otro Lado Del Mundo.(La Profecía De La Luz)
FantasiJohana Harrison era una chica normal con una vida común y corriente, o eso pensaba ella. Desde sus dieciséis, empiezan a desencadenarse varios factores para su verdadero propósito, Destruir la oscuridad con un destino inminente. poder salvar a su...