capítulo 31

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Reino de Drac.

Todos los brujos fijaron las miradas en nosotros, como si fuéramos moscas a las que tendrían que deshacer. Grace solo se ostentaba a mirar hacia todos los lados por si atacaban por algún lado, aún sabiendo que nos superan en número. Halen bajaba las manos con las palmas abiertas haciendo el gesto de tranquilidad. Lewis solo observaba la situación sin mover ni un dedo mientras que yo me quede callada para pasar desapercibida.

Se acerca Arminia a la Bruja de la casa.
- ¿Reino de Drac? ¿ Pero que estás diciendo? - Pregunta muy malhumorada. Somos de aquí, no estamos haciendo nada malo. Solo vamos a emprender nuestro viaje, y ya es demasiada información para alguien que no la necesita.

Nos rodean por todas partes.
- Eso decírselo a nuestra reina suprema. - Se empieza a reír. - Por cierto, recuerda mi nombre ¿Quieres? -Tenia Lawyer's. - Rie de nuevo.

No puedo permitir perder más el tiempo. Debemos llegar lo antes posible.
- No vamos a ir a ninguna parte.- Pronuncio calmada. - Nos marcharemos sin molestar y no habrá ningún problema, ¿Entendido?

- Ya, claro. ¿Crees que serás la próxima reina de este mundo? - Empiezan a reírse todos.

Levanto la mano y dijo unas palabras muy rápidas. De pronto, muchas cadenas salieron del suelo y nos amarraron en círculos hasta el punto de no poder moverse.

Se acerca un brujo y conjura una celda encima de una carroza sostenida por caballos. - ¡ meterlos a todos!

Nos encerraron en una celda y nos llevaron hasta el castillo cubierto de enredaderas. Abrieron las puertas y nos bajaron aún atados hasta el trono enorme con forma de serpiente.

- No os preocupéis. Esta bruja me ayudó hace años, nos comprenderá y nos dejaran marchar. - Expresa Grace segura. - Aunque el cuidado lo debemos de tener, eso sí que sí.

Apareció una mujer anciana con una capa negra que arrastraba consigo. No tenía ningún gorro como los demás. Llevaba una especie de diadema de color cobre. Su cabello era castaño oscuro, acompañado de esos ojos rojizos que le hacía parecer más poderosa. A medida que se acercaba a su trono se escuchaban como los tacones golpeaban el suelo y rebotaba en un profundo eco en la sala.

Se sienta tapándose la cara con un manto negro transparente.
- ¡Pero que sorpresa! - Pronuncia agradable con una sonrisa malévola. - ¡Sí es mi querida Grace! ¿Cuánto tiempo llevas sin pasar por aquí?

Se alegra dejando caer un profundo respiro.
- Menos mal, Reina Altaira. Es un mal entendido lo que están diciendo tus súbditos. No venimos del reino de Drac. Solo pasábamos por aquí.

-¿ Ah sí?- Responde apoyando la mano en su barbilla. - ¿Por casualidad?

Se levanta y se acerca poco a poco bajando unas pequeñas escaleras que llegaban a su trono.
- ¿ Crees que no se lo que escondes? - Sonríe con malas intenciones.- Tú amiga... - Me señala.

Se pone Arminia delante de mí. - ¿¡Que ocurre con ella?!

Se acerca a Arminia.
- Por si no lo sabes querida, tu amiga vale más que el diamante.

- ¿Que quieres decir? - Pregunta Halen sabiendo la respuesta.

Se gira y vuelve a su asiento.
- Quiero decir que la entregaré a cambio del poder que me merezco. ¿Vamos, no es obvio? Así conquistaremos el reino de Drac y seré la bruja suprema más poderosa de todos los tiempos. - Sonríe con frialdad.

Parece ser que las brujas tienen la magia de saber el poder que contienes. Pero estoy segura, que su poder no va más allá de las expectativas de nuestro lugar. Solo aparentan por la cualidad distinta que contienen.
- Eso es absurdo. - Doy una paso hacia delante.- Si la oscuridad algún día arrasa esto, ¿ Cómo vas a reinar estos bosques? No tiene sentido. Te quitarán el lugar que te corresponde tarde, o temprano.

Se ríe con fuerza.
- El mundo de las brujas no funciona así. Sí algún día reinarías este mundo, tus leyes no serían aportadas a nuestro territorio. Es más, al entrar a este bosque has entrado en otra dimensión. Dimensiones que se encuentran en este lugar pero con la condición de salir y entrar sin restricciones. ¿Entiendes?

- No voy a permitir que la utilices para tus propios beneficios. Me hiciste un gran favor, y creía que me lo volverías a hacer con la condición que me pediste.- Dice Grace dando dos pasos al frente.

-Eso fue hace años querida Grace. - Arquea una ceja. - El pasaje para irte ahora es ella. Entregarla y saldréis ilesos de este Reino, os lo aseguro.

Estas cadenas que nos sujetan impiden de alguna forma revelar los poderes. Hace como una especie de resistencia que bloquea realizar cualquier pulso que no sea apropiado o maligno.

Arminia empezó a mover las cadenas intentando quitarselas de encima. Tiraba y tiraba con fuerza, pero más les impedía utilizar su furia para liberarse.
La reina solo sabía reírse con maldad, tapando su boca arrugada y ocultando más su cara completa. En un instante empezó a gritar la gente de afuera acompañado de unos bombardeos con estruendos fuertes. El castillo empezó a temblar columpiando la lámpara de cristal que se hallaba en el techo.

- ¡¿Pero qué ocurre?! - Grita Altaira poniéndose en pie. - ¡Guardias!-Se dirige al pasillo.

Aprovechamos la ocasión para escaparnos saliendo por la puerta principal. Miré con curiosidad para saber que esta ocurriendo, y vi a otros brujos luchando contra otros. Formulaban sobre todo hechizos de explosiones, trampas, y armas que se sostenían en el aire controlada por cada uno de lo que había allí, Incluyendo que algunos se sostenían en escobas. Adentrándonos en el bosque me fijé en una bruja acompañada de dos niños pequeños, estaban huyendo del pueblo introduciéndose en las profundidades de la selva. Corrimos hacia la dirección que nos aportó Lewis sin hacer ruido. Mientras nos alejamos aún se podían escuchar las explosiones producidas por la guerra.

No se que esta ocurriendo en este mundo. Hay guerras mires por donde mires. Si Altaira se suponía que era la buena, no me quiero imaginar como sera Drac. Solo quiero salir de este lugar cuánto antes para no perder más el tiempo.

Llegamos a otro pequeño pueblo. Era exactamente igual, aunque un poco más grande, al estilo de la época Medieval. El castillo era lo único diferente al otro. Tenía cenizas por los alrededores y una gigantesca calavera encima del pico.

- ¡Agachaos! - Susurra Halen fuerte tirándose al suelo.

Nos agachamos a la vez.

- ¡ Que bien que solo tengamos que quedarnos aquí a vigilar! - Se escucha la voz de un hombre.

- ¡ Ya te digo! Menos mal que hoy podemos estar tranquilos. - Se escucha la voz de otro chico.

- Sí... es un asco estar siempre en batallas y atentos a todo.

Las cadenas aún las llevamos puesta. Tenemos poca movilidad, aunque las piernas están libres.
- ¡Tengo una idea! - Grito pegando un salto quedando de pie.

-¡Sh! - Pronuncia Grace con el gesto de silencio. - ¡ Vamos abajo!

Se escucha unos pasos. - ¿ Que estáis haciendo aquí? ¿ Quienes sois? - Pregunta seriamente con un bastón en la mano.

Y otra vez sucede lo mismo. Contra más digo de intentar evadir situaciones más ocurren. Lo peor es que este Rey es el malo y no quiero pensar que podría hacer con nosotros sin poder mover un dedo.

Al Otro Lado Del Mundo.(La Profecía De La Luz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora