Prólogo

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Mi madre me solía decir que la vida es muy dura, que no todo es tan bonito como los colores de la naturaleza, que siempre fuera fuerte y mantuviera la cabeza bien alta pues no hay dolor en esta tierra que no podríamos soportar.

Me lo repetía una y otra vez cuando de pequeña me peinaba o cuando me duchaba. Yo solo la ignoraba ya que no sabía a que se refería en ese momento. Hasta hoy, con dieciséis años y amargada de la vida como si tuviera treinta o cuarenta años, no peor, sesenta o setenta .

Vivo en un pueblo, una casa de dos plantas normal. Mi pelo es rubio claro y me llega por el pecho, aunque mis cejas sean con un tono café, no entiendo el porqué. Mis ojos son verdes muy claros, resalta con solo verme delante del espejo a unos cuantos metros, y unos labios muy peculiares y bonitos. Yo me veo bien en el espejo. Mi madre siempre me dice que coma mucho más para estar fuerte, pero eso es lo único que le importaba a ella, que yo estubiera fuerte. Ni estudios, ni problemas, ni como me ha ido el día, solamente que me mantuviera fuerte y más fuerte. Pero,¿ A que se refiere con fuerte?,¿ Que esté musculosa?, ¿ Que engorde? No lo se, suelo pasar de todo e ignorarlo ya que no me importa.

Ella es como yo, o yo como ella en realidad, parecíamos hermanas.

Mañana miércoles tengo que ir al Instituto y menosmal que no he repetido nunca. Considero cabezas huecas a los de mi edad imagínate a esos críos, no podría soportarlos. Excepto a mis dos mejores amigas, Melissa y Elizabeth, son un encanto y muy guapas; pero Meli como la llamo yo es mucho mas traviesa que Eli.

En fin, mañana es uno de mis repetitivos días así que dormiré y dejaré de mirarme al puto espejo que tengo al frente de la cama.Que manía.

Al Otro Lado Del Mundo.(La Profecía De La Luz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora