PROLOGUE

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Un señor de mediana edad se encontraba sentado en aquella pintoresca cafetería del centro de Seúl. Su americano reposaba en una taza de porcelana blanca mientras que él repasaba minuciosamente el contrato que estaba por cerrar. Un suspiro se escapó de sus labios mientras aseguraba que todo estaba correcto.

Estaba a punto de volver a repasarlo cuando una voz grave, aunque extremadamente joven, se escuchó a su lado. Sus ojos viajaron hasta un chico de rasgos finos y delicados, con el cabello castaño y un móvil en su oreja. No pudo evitar escuchar acerca de los problemas que el joven muchacho estaba teniendo a la hora de encontrar un buen apartamento en Seúl.

Una sonrisa adornó sus labios y, sacando unos papeles de su carpeta se acercó hasta el joven, quien sólo lo miraba sorprendido. No se esperaba que nadie se acercase a él. Al menos, no todavía.

- Buenas tardes, lamento interrumpir su llamada pero, no he podido evitar escuchar acerca de su problema y verás - dijo mientras se sentaba -, me voy a mudar a Tailandia y estaba por poner mi pequeña casa a la venta hoy. Realmente es un lugar muy humilde y no quería pedir una gran suma por ella, pero quería buscar a la persona indicada para vivir allí... Es usted de Daegu, ¿no es así?

El castaño se sorprendió todavía más, si es que aquello era posible.

- Sí, soy de Daegu. ¿Cómo lo supo?

- El acento de allí es bastante notorio. Además, mi yerno es de allí así que, me tengo el acento conocido - se rió el hombre.

- Oh, ya veo. Entonces, está vendiendo su casa...

- Y tú necesitas una... Había pensado dejarla a un precio bastante asequible. Siete millones de wones - habló con calma.

-¿Siete? ¿Sólo? - la sorpresa e incredulidad estaban alojados en su voz. Lo más barato que había encontrado hasta ahora rondaba siempre los trece millones... Una bajada de seis millones era algo que no podía dejar pasar - Puedo pagarla e incluso me sobra un poco para vivir los primeros meses - suspiró.

Sus padres llevaban ahorrando toda su vida para que nunca le faltase nada. Después de todos esos años, y del hecho de que Taehyung se había negado a asistir a la universidad ni a tomar clases de inglés, consiguieron rescatar casi nueve millones de wones; en los que, por supuesto, habían contribuido otras partes de la familia del joven Kim. Todo el mundo parecía querer apoyarlo para cumplir su sueño de ser modelo.

- Aquí tiene el contrato. Rellene sus datos, firme y la casa es suya. Se podrá mudar hoy mismo.

Tras varios asentimientos, Kim Taehyung comenzó a rellenar aquellas hojas. Aquel había sido el mejor momento de su vida, sin lugar a dudas. Ahora mismo, amaba a aquel hombre que sostenía un manojo de llaves en su mano. Unas que pronto serían suya.

Su mejor amigo estaría feliz de saber que por fin había encontrado lugar donde vivir, y que ya no tendría que parar más por su casa. A su compañero de piso le estaba empezando a incomodar la presencia del castaño, y se había quejado varias veces al copropietario del lugar.

- Listo - sonrió -. Dejaré mis cosas en la casa y luego iré al banco a pasar el dinero a su cuenta. Muchísimas gracias.

- Cuídeme la casa, por favor.

- Está en buenas manos, señor - dijo con una hermosa sonrisa geométrica antes de salir embalado por la puertecita del local.

Fraude. [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora