-¡LA VIOLASTE, IMBECIL, NO TIENES JODIDO RESPETO POR NADA, MALDITA SEA!- Escucho como grita Bryan y después, más golpes.

Depronto, un ruido fuerte se escucha afuera y unos pasos se acercan.

Unos brazos me rodean y desata mis manos, luego mis piernas y quita de un jalón la tela que cubre mis ojos.

Nisiquiera puedo voltear a verlo, después de tanto tiempo de querer verlo, no puedo hacerlo.

Abre la puerta de golpe y me carga hasta el pequeño cuarto de baño.

Abre la regadera y entra en ella conmigo en sus brazos.

Me deposita en el suelo, mis piernas flajean y me acuesto en la orilla del baño hecha un ovillo.

Quita toda mi ropa y nisiquiera puedo reaccionar.

Toma mi cara entre sus manos y hace a un lado el cabello que se pega a mi rostro, pero yo nisiquiera lo veo.

Limpia con cuidado la sangre que hay en mi rostro y después, limpia mis muñecas con delicadeza.

Mis labios tiemblan, y no estoy segura de si sigo viva.

Mi cuerpo no me responde y no puedo hacer nada.

Sin saberlo, comienzo a llorar.

Las lagrimas inundan mi cara y se combinan con las gotas de agua.

-Deja...dejame ver- abre mis piernas y veo como un liquido rojo corre por mi entrepierna.

No me importa que me vea ahí abajo, nisiquiera me importaría si me violara el ahora.

Me abraza y mi cuerpo comienza a temblar.

Un sollozo sale de mis labios, y después de varios segundos, la habitación esta llena de mis sollozos.

Acaricia mi cabello y siento como la impotencia se apodera de el.

-Lo lamento, si yo hubiera llegado unos minutos antes, yo...lo mataré, es un hijo de puta- dice con rabia.

No respondo, hundo mi cabeza en su pecho, aún sintiendo el agua caer sobre nosotros.

Junta su frente con la mía y yo levanto la vista, lo observo con atención.

Tiene el cabello enredado y castaño,en sus  ojos cafés se reflejan los mios, sus labios están abiertos ligeramente y me observa detenidamente.

Pongo mi mano en su mejilla y de nuevo las lagrimas inundan mis ojos.

Bajo la mirada y el se levanta conmigo en sus brazos.

Me enrolla en una toalla, y camina conmigo en sus brazos aún, hasta la  habitación, me deposita en la pequeña cama improvisada y saca una bolsa de una puerta que supongo, es un closet.

Saca el contenido y observo distraídamente que son unos jeans y un suéter amarillo.

Camina hasta mí y me ayuda a vestirme.

Después de cambiarme, me recuesto en la cama.

Mi cuerpo sigue temblando y aún después de ducharme, me siento sucia, me siento usada, me siento patética.

Escucho sus pasos, sin embargo no volteo.

Se recuesta junto a mi y me volteo hasta quedar frente a frente.

-No...no cumplí mi promesa, lo lamento, soy un imbécil- cierra los ojos y cuando los abre, veo como están llenos de íra.

-No fue tu culpa- tartamudeo.

Sus labios están entreabiertos y yo los observo detenidamente.

Se acerca un poco y siento su respiración combinarse con la mía.

Quiero que se acerque más, quiero que sus labios rozen los mios, quiero que me bese.

Depronto, se aleja de mí y baja la mirada un segundo.

Me volví a sentir patetica, le doy asco, le da asco que hayan abusado de mí, me rechazo, por que no quiere besar a alguien que a sido violada.

Me doy medía vuelta, y fijo mi vista en la pared.

Sigo aturdida y sucia, sigo estando violada, y eso nada ni nadie lo cambiara. 







Aislada; Bryan Mouque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora