Las mañanas como estas son las mejores.

No ha parado de llover, siento la brisa helada chocar contra el techo, y me siento tan comoda abrazada de Bryan, con su sudadera y muchas cobijas sobre nosotros, únicamente hablando de tonterías.

-¿Entonces, amas los tomates pequeños?- se burla.

-¡Si! Son muy ricos, deja de burlarte- ríe.

-Entiendo, entiendo- suelta una carcajada, yo lo fulmino con la mirada.

-Idiota- murmuró, con diversión.

El ríe y me da un pequeño beso en la mejilla.

Esta brisa, es el motivo perfecto, para estar así los dos, juntos.

Acaricia mi cabello, yo río y beso su pecho.

-¿No tienes frío?- pregunto.

-No, tenemos suficientes cobijas para que eso no pase- dice, sarcasticamente.

Acaricio su pecho desnudo, y pongo mi mejilla sobre este.

-¿Sabes que se me antoja? Un chocolate caliente- dice, haciendo los ojos hacia atrás, de una forma extraña.

Yo suelto una carcajada y asiento.

-Bien, regresó en 30 minutos- dice, se levanta y puedo ver su lindo trasero, me sonrojo al instante.

Se coloca sus boxérs, después su pantalón y la playera que traía bajo su sudadera.

Coloca sus tenis y me sonríe, le regreso la sonrisa y al sale de la habitación.

Me levanto y de inmediato el frío se apodera de mí.

Me coloco mi ropa interior y mis jeans, después me quito la sudadera, coloco mi sostén y coloco mi playera, después coloco de nuevo la sudadera de Bryan.

Amarró mi cabello en un chongo desordenado y tomo una cobija, que pasó por mis hombros.

Me siento en el suelo, recargada en la pared.

Bryan entra con dos tazas humeantes, camina hasta mí, me entrega una y se sienta a mi lado.

Le comparto de la cobija, se pega a mi y ambos nos cubrimos.

Doy un sorbo a la bebida que esta dentro de la taza, el hace lo mismo.

Dejo la taza a un lado y entrelazo nuestras manos, podría estar así con el, por siempre.

En realidad, no me importaria quedarme en este lugar, solo sí el esta conmigo.

-Quiero quedarme aquí contigo, siempre- murmuró, el pasa su mano por mis hombros y murmura;

-Nos iremos de aquí, lo haremos pronto- asíento. Se que no es verdad, pero me gusta que me de esperanzas, que intente verme feliz.

-¿Crees que valgo la pena?-pregunto.

-¿Que si vales la pena? Creo yo que con "valer la pena" te quedas corta, mi amor.  Tú vales cada intento, cada lucha, cada obstáculo. Tú vales cada sueño, cada insomnio y desvelo. Tú vales todas las ganas, deseo y anhelo. Tú vales toda la espera. Vales más de lo que soy capaz de expresar-.

Junta sus labios con los mios, el sabor a chocolate inunda mi paladar.

-Cuando salgamos de aquí, iremos a parques, centros de diversiones y cafés, para crear lindos recuerdos en nuestras cabezas- digo sonriendo, el me sonrie y pone su cabeza pegada a la mía.

-Me gusta mucho como te expresas, tu sonrisa,los gestos que haces cuando hablas, la expresión cuando sonríes, tus ojos, como te vez arreglada, con uniforme y desareglada, me gustan tus ocurrencias, tu voz, tus platicas...- beso cortamente sus labios.

-¿Y tu como sabes como me veo arreglada?- río.

-Se que te verías como todo una princesa- responde, bajo la mirada, y sonrío.

-Si morimos y vas al cielo, me escaparé del infierno y te haré el amor en una nube en honor a nuestros recuerdos- me sonrojo.

El suelta una risotada y besa mis labios, hasta que me quedo sin oxigeno, hasta que hace que me tenga que separar de él, aunque no quiera hacerlo...



 

Aislada; Bryan Mouque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora