Termino de ducharme y me enrollo una toalla al cuerpo.
Salgo de la ducha y veo la ropa que hay sobre el retrete.
Son unos jeans rasgados y una playera de manga corta azul marino.
Coloco mi ropa interior y después, coloco lo ropa que hay.
Me seco el cabello y me coloco mis viejos converse, desenredo mi cabello con mis dedos y dejo la toalla sobre el retrete.
Salgo y con toda la libertad, bajo las escaleras.
El piso de abajo es pequeño, su piso es de madera y hay dos sillones pequeños en un lado, junto con una televisión de caja sobre una mesa.
Del otro lado hay una mesa y una cocina pequeña, sobre la mesa hay un jarrón y un frutero que se encuentra casi vacio, solo por unas manzanas en el.
Las sillas están gastadas y la mesa tiene un mantel blanco, que esta un poco sucio por sangre seca.
Me estremesco y bajo camino hasta la puerta, afuera esta Bryan sentado en el portico, fumando un cigarrillo.
Me siento a su lado, el apaga el cigarrillo en el suelo y me sonríe.
Le regreso una media sonrisa, baja la mirada y toma algo entre sus manos, un pequeño paquete blanco.
Me lo entrega y yo lo observo curiosa, le doy la vuelta a el paquete, río al ver que es un chocolate de galleta.
Lo abro y lo parto a la mitad, le entrego una parte a Bryan y a la otra le doy una mordida.
Observo la naturaleza, es un bosque extenso, tan extenso que no logro divisar nada fuera de pinos y árboles.
-¿Quieres comer, ya?- me dice, lo observo y asiento.
Se levanta y me ayuda a levantarme, pero algo me atora la agujeta de mi converse y hace que resbale.
Caigo de espaldas y Bryan cae sobre mí, me río y el se une a mi risa.
Recarga su cabeza en mi pecho y yo acaricio su cabello.
Nos levantamos, y entramos a la casa.
Me guía hasta la mesa, después saca dos vasos con agua y unos platos con unos sándwiches sobre estos.
Nos sentamos y comemos tranquilamente, sin hacer mucho ruido.
-Creo que lo que más extraño de el mundo real, es jugar fútbol- murmuró y le doy un sorbo al agua.
-Podríamos jugar un partido, no soy el mejor pero, tengo tu maleta, lave tu uniforme, tus tenis, tu reproductor de música, siguen ahí, tu teléfono no, no esta ahí- dice y yo lo observo, sonrío y el ríe-
-Me encantaria- digo y lo tomo de la mano, enseguida una corriente eléctrica me recorre todo el cuerpo.
Saca una maleta, mi maleta y me la entrega, saco mi uniforme y lo abrazo contra mi pecho.
Me coloco la playera sobre la que ya traigo puesta, después me coloco mis tenis de fútbol.
Me guía por la casa y salimos por una puerta que esta en la cocina, caminamos hasta un pequeño espacio libre de pasto.
Coloco dos piedras simultando que es una portería, el hace lo mismo.
-¿Lista para perder, Alize?- me dice retador.
-Me pregunto lo mismo- le respondo de la misma forma.
Saca un balón y lo pone en el centro de la "cancha".
Tomo el liderazgo y guió el balón esquivando a Bryan de una forma muy sencilla.
Después de 10 goles, el se deja caer en el piso dramáticamente y alza la mano.
-¡Me rindo! Eres muy buena- suspira y yo río.
Camino hasta el y le doy la mano para ayudarlo a levantarse, pero el me jala y hace que caiga sobre el.
-Me gusta como te vez sudada- murmura con voz divertida, yo río.
-A mi también me gusta como te vez tú, rindiendote- murmuró devuelta, con diversión.
El ríe y deposita un beso húmedo en mi mejilla, yo me sonrojo y bajo la mirada.
-Aunque sudada y roja, te ves más sexy- dice y los dos estallamos a carcajadas.
Nos levantamos, y regresamos a la casa para poder tomar algo de agua, doy un sorbo a la botella que me ofrece.
Subimos y nos sentamos en la pequeña cama improvisada.
Después de un rato, sale de la habitación y yo me quedo acostada, después de un rato, me quedo dormida.
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Aislada; Bryan Mouque.
Teen FictionUna chica que es secuestrada, narra explícitamente cada tragedia que le ocurrío. Pero no sabia que su peor tragedia fue, cuando se enamoro de su secuestrador.