Llevo 2 horas sentada en el asiento trasero de una patrulla.

Temblando, llorando y sollozando.

-¿Alize?- dice una voz afuera, levanto la vista y me encuentro con mi hermano Zac.

-¡Zac!- sollozo y me lanzo a sus brazos, el me apretuja contra su cuerpo, pequeñas lagrimas caen por mi rostro.-

-Alize, Dios mío- habla con la voz entrecortada, sollozo.

Me separo de el.

-Tienes que ayudarme- sollozo- Bryan,... se quedo, tenemos que volver, por favor- suplico.

-¿Quien es Bryan?- pregunta, mirandome seriamente.

-El amor de mi vida- respondo y comienzo a caminar, el me detiene.

-La policia encontro un cuerpo...sin vida- siento como me ahogo al instante, la mirada se me nubla- Ven...- me toma de la mano y me guía dentro de la estación.

Camino sintiendo que las piernas me flaquean, no puedo verlo muerto, no podría verlo sin su sonrisa, sin sus ojos penetrantes, sin vida.

-Ire yo sola- murmuró, el asiente y sale de la estación.

Es mi culpa, es culpa mía, no debí haberlo dejado ahí, se que no debí haberlo hecho.

Camino lo más lento posible hasta llegar al cuarto donde en la entrada esta un letrero que dice "La morgue".

Mis dedos tiemblan al abrir la puerta, cierro los ojos y tomo aire, giro la manija y entro.

El frío del lugar hace que un escalofrío me recorra la columna vertebral.

Entro y cierro lentamente la puerta detrás de mí.

Camino hasta la única camilla que hay y me detengo al estar junto a ella.

Una bolsa negra me separa de saber si el amor de mi vida esta muerto o no.

Dudando, bajo de un tirón el cierre, separo la bolsa y en ese momento, mi corazón se detiene.

Las lagrimas inundan mis ojos, es Bryan, esta muerto.

Comienzo a sollozar fuertemente, lo abrazo contra mi cuerpo.

Su cuerpo frío choca contra el mío, un sollozo fuerte sale de mis labios, acaricio su cabello, varios sollozos salen de mi garganta.

Sigo apretandolo fuertemente, me separo un poco de el para lograr ver su rostro.

Pálido, sin vida, sus labios ahora son blancos y su rostro no tiene vida, beso su cabeza apretandolo fuertemente contra mí.

No sé que pensar, no se que hacer. Solo se que en estos momentos quiero poder llorar libremente, apretando el cuerpo de el contra el mío.

Pasan aproximadamente 30 minutos cuando al fin logro soltarlo, sigo llorando, sigo sin aceptar que el ya no esta.

-Yo...-me quedo sin aire, no puedo hablar nisiquiera, solo sollozo fuertemente.

Salgo del cuarto y cierro la puerta detrás de mí, me recargo en la puerta y bajo lentamente hasta llegar al suelo.

Ahí, comienzo a sacar todo lo que hay dentro de mi pecho, comienzo a llorar como si me quitaran la vida, como realmente me sentía en ese momento. 

Aislada; Bryan Mouque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora