No puedo dormir, tampoco puedo dejar de llorar. Cada que cierro los ojos siento a Freddy dentro de mí. Aún escucho sus gemidos de placer mientras de mi salen gritos de dolor.

Tengo tanto miedo. Tengo tanto odio hacia mi misma y hacia todo. Me arruinaron la vida, lo hicieron de la forma más inhumana y asquerosa que puede haber.

Mis labios tiemblan y mis ojos me pesan.

Bryan no me ah atado, pero aunque Freddy volviera a venir, no tendría las fuerzas suficientes para quitarmelo de encima.

La puerta se abre y nisiquiera volteo a ver quien entra, no tengo las fuerzas suficientes para hacerlo.

Escucho unos pasos y luego, un cuerpo calido se junta con el mio.

Siento su respiración chocando con mi hombro, que me causa cosquillas.

-Traje algo de comer- susurra con la voz ronca.

-No tengo hambre- digo con voz entrecortada.

-Lo sé, pero tienes que comer- hace una pausa- Te traje...te traje agua de Jamaica- escucho como su voz tiembla.

Me volteo para encararlo y ahí esta, una parte de mí creía que esto no era real, y ahora verlo a los ojos me da pánico.

Pongo mi mano en su mejilla, el cierra los ojos y puedo notar que tiene unas pestañas cortas y rizadas, sus labios son delgados, rosados y están entreabiertos, su nariz esta perfectamente recta y sus cejas están despeinadas.

Acaricio su cabello y el sonríe, tiene una perfecta sonrisa blanca y derecha, que me hace preguntarme, ¿Como alguien como el esta metido en un problema tan grande? El no es malo, yo se que no lo es.

Sus ojos se abren y sus irises están más obscuras que hace un rato.

Traga saliva y me susurra;

-Tienes los ojos más preciosos que hay en el jodido mundo- dice y una sonrisa se asoma por mis labios.

Siempre me han gustado mis ojos, son azules intenso, mi hermano Zac también los tiene del mismo color y las personas siempre nos dicen que somos pequeños muñequitos en vida.

Ahora el posa su mano en mi mejilla, yo cierro los ojos absorbiendo su caricia.

Depronto, abro los ojos, nuestros rostros están a centímetros que puedo detectar su aliento a canela.

-¿Comiste canela?- susurro divertida, el ríe.

-Sí, comí canela- murmura, su cercanía me pone nerviosa.

El acerca nuestras caras y roza nuestros labios, después me besa.

Posa su mano en mi cintura, yo pongo mi mano en su mejilla y lo junto más a mí.

Abro los labios y le doy paso a mi lengua, dentro de nuestras bocas hay una lucha de lenguas.

Sonrió entre el beso, el también sonríe y, un grito hace que nos separemos de golpe.

-¿Bryan? Donde estas idiota- grita Freddy afuera de la habitación.

-Ahora voy maldito imbécil- grita Bryan y se pone de pie.

El miedo se apodera de mí y cierro los ojos intentando que el pánico cese.

Escucho los pasos de Bryan salir de la habitación y despúes, cerrar de un portazo la puerta.

Escucho como bajan las escaleras, y después, nada.

Le tengo tanto miedo, le tengo tanto miedo a Freddy, tengo tanto miedo de lo que me hizo, y se que este miedo no cesara nunca.

Aislada; Bryan Mouque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora