15. Reencuentros y reconciliaciones

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La chica caminaba, poniendo un pie delante de otro. Paso tras paso iban avanzando. Tenía hambre y estaba agotada física, mental y emocionalmente, pero seguía adelante. También tenía la fuerte sensación de que volverían a encontrarse pronto con Thomas y su hermana, pero ¿entonces qué? Puede que ella los atacase de nuevo y sus amigos se defendieran. ¿De qué lado se pondría? ¿A quién elegiría proteger?

—No te preocupes. La encontraremos —dijo Newt, a su lado, poniéndole una mano en el hombro.

—Ya, pero no es eso lo que me tiene flotando en Júpiter —respondió ella e hizo una pausa, mientras suspiraba—. Si la encontramos y quiere lastimarnos a todos, ¿qué haremos, matarla? Porque yo no podría hacer eso.

—Sabes que no mataríamos a un amigo —explicó el chico

—Seamos sinceros, Newt. Nadie aquí piensa que Teresa sea nuestra amiga. Ya no —aclaró Ana—. Yo sé que ella tenía una razón para hacer lo que hizo, pero eso a muchos no les importa. ¿Cómo podría escoger entre mi hermana y vosotros?

El chico no dijo nada, simplemente le pasó un brazo por la espalda, rodeándola y atrayéndola a él para abrazarla. Era extraño, normalmente siempre era ella la primera en abrazar a las personas, pero en ese caso fue al revés.

—Todavía no sabemos lo que va a pasar. ¿Quién sabe? Puede que Tommy vuelva con una sangrienta explicación, como hace siempre cada vez que le perdemos —dijo Newt, separándose de ella.

Ana soltó una carcajada y suspiró.

—Es increíble que nos estemos empezando a acostumbrar a estas cosas —comentó ella—. ¡Y también es increíble que no estés preocupado por tu novio!

La chica había vuelto a su humor habitual, esa era una buena señal.

—De nuevo, se supone que el celestino soy yo —dijo el muchacho, riendo.

—Pues entonces sé tu propio celestino y haz que Newtmas sea real —bromeó ella, cruzándose de brazos.

—Y dale. ¿No crees que tenemos cosas más importantes de que ocuparnos? No sé, por ejemplo ¿evitar morir? —cuestionó él con obviedad.

—Yo moriré tranquila si Newtmas se hace real —respondió Ana, encogiéndose de hombros y soltando una carcajada a la que su amigo terminó por unirse.

Newt estuvo un rato más con ella, pero luego se marchó junto a Minho. Quería hablar con él.

—¿Qué ha pasado con Annie? —cuestionó el chico, caminando junto a su amigo.

—¡Vaya, hombre! Hola a ti también —dijo el muchacho de rasgos asiáticos, sarcásticamente—. No sé de qué hablas.

—¿Crees que no os oyó gritar todo el mundo? Creo que un Crank loco es más silencioso —comentó Newt—. Solo explícame qué pasa.

—¿Y por qué no se lo preguntas a ella, shank?

—No creo que sea el mejor momento, teniendo en cuenta lo que ha pasado con su hermana.

Minho suspiró y sacudió la cabeza antes de hablar.

—Me molesta, me molesta enormemente que esté cerca de otros chicos. No lo aguanto —explicó el muchacho—. No sé por qué, pero con esa niña tonta me pongo muy...

—¿Posesivo? —cuestionó Newt, tratando de ignorar el insulto—. ¿Por qué? Te enfadaste porque pasó tiempo conmigo, pero soy como su hermano.

—¡Lo sé, shank! —interrumpió Minho, rascándose la nuca, tratando de expresarse—. Lo sé muy bien. No es porque pase tiempo contigo, sino porque pasa tiempo contigo y no conmigo. No quiero que decida que pasa un tiempo terrible conmigo en comparación con los demás y perderla. ¡Mierda! ¡Esto es difícil!

Maze Runner: La Prueba de la EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora