14. Jamás podría odiarla

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El silencio reinaba en el ambiente, que solo se cortaba por las respiraciones de los muchachos. Ana no se podía creer que justo cuando habían rescatado a Thomas, le pegaran un tiro y encima habían tenido que llevarlo a la vez que huían de unos Cranks que habían perdido la cabeza. Por lo menos Jorge había conseguido extraer la bala, pero eso no mejoraba mucho la situación, ya que Thomas se había vuelto a quedar inconsciente.

Al verle así de vulnerable, Ana tomó una decisión.; superaría el hecho de que le impidió reunirse con su hermana y le perdonaría oficialmente. Hacía ya tiempo que no estaba enfadada con Thomas, era una persona explosiva, pero no muy rencorosa. El caso es que no habían vuelto a tocar el tema, porque demasiadas cosas habían pasado en poco tiempo y no habían tenido la oportunidad.

Todos estaban muy preocupados por Thomas y no era para menos, pero lo que le extrañaba era lo mucho que lo mostraba aquella chica, Brenda. Al fin y al cabo solo se conocían desde hacía dos días. La mente de Thomas estaba inconsciente y no podía meterse en la cabeza de Brenda, así que tampoco sabría que había pasado a menos que lo preguntara y no le parecía el mejor momento para llegar y decir "Hey, ya sé que Thomas está inconsciente y probablemente muera, ¿pero te importaría decirme por qué te preocupas tanto si os conocéis desde hace tan poco?". Su curiosidad se debía principalmente a su hermana; ella sabía que él había besado a Teresa, cosa que había descubierto al leer la mente de Thomas la última vez que se encontraron con su hermana. Como la hubiese engañado con Brenda, haría que el chico no pudiera tener descendencia nunca.

—Hey, ¿estás bien? —le preguntó a Newt, mientras se situaba a su lado.

El joven no le había quitado los ojos al muchacho inconsciente en ningún momento, hasta que giró la cabeza para mirarla y se encogió de hombros.

—No entiendo como es que siempre Tommy es el que en más problemas se mete. Estábamos todos allí, podrían haber disparado a cualquiera. Pero es Tommy, siempre Tommy.

Ana tenía que darle la razón, parecía que aquel chico tenía un don para meterse en problemas. Las placas que habían aparecido de repente por la ciudad, el disparo, la salida del Laberinto... todo tenía un protagonista y ese era Thomas.

—Es verdad, es como si... no sé, todo girase en torno a él —comentó ella—. Sin embargo no miente, no sabe nada y no recuerda casi nada. Es demasiado extraño todo.

—Sé muy bien que no miente, Annie. No necesito poderes mentales para saber eso —Ana rio—. Pero tienes razón, hay algo aquí que no me gusta.

—Sí. Además no tiene sentido. ¿Por qué nombrar a Minho líder y después cambiarlo por Thomas? No me sorprende demasiado, ya te había dicho que había mejores opciones como líderes, pero no entiendo por qué no aclararlo desde un principio. Además todo eso del grupo B, de Teresa y de Aris es muy extraño. Pero bueno, para nosotros siempre ha sido así, ¿no? —comentó la muchacha.

Newt rio y dijo:

—Cierto. Si no morimos antes, la sangrienta locura nos matará.

Ana sonrió amargamente. Tenían la enfermedad del Destello; si no iban a por la cura, morirían igualmente.

—¡Vaya! ¡Qué conversaciones más típicas de adolescentes normales! —ironizó ella—. Aquí, hablando de cómo vamos a morir. Desde luego no es para nada perturbador ni preocupante la clase de trauma que esto nos dejará.

Newt soltó una carcajada.

—A los adultos no parece importarles eso —comentó.

—Ya, en un mundo normal tratarían de protegernos de las malas influencias, castigándonos sin salir. Aquí nos encierran en laberintos con monstruos asesinos y nos llevan a desiertos llenos de psicópatas que te pueden matar en cualquier momento. Muy normal —dijo la chica, sarcásticamente.

Maze Runner: La Prueba de la EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora