Capítulo 23.

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No me quiero imaginar cosa que no son, pero como no lo voy hacer si está a medio vestir y se nota ha estado tomando y quizás no este solo.

Lo miro de arriba abajo y creo que debo tener una cara de asombro y desconcierto que no puedo con ellas. Respiro un par de veces y trato de eliminar de mi mente los peores escenarios posibles, uno de ellos y el que más me atormenta es que esté a punto de cogerse a alguna mujer.

– Sophie – me llama frunciendo el ceño –. ¿Qué Qué haces aquí? – tartamudea un poco.

– Yo mmm – no se que es lo que realmente quiero –. Tenemos que hablar ¿No crees?

– Si pero no es buen momento – pasa una mano por su cuello.

– ¿Estas ocupado? – por favor que diga que no.

– No – responde rápido –. Sophie estoy muy enojado contigo y bueno he estado tomando.

Gracias a Dios no esta con nadie, tengo un par de emociones encontrados por su respuesta en un lado estoy feliz al saber que está solo y por otro tristeza porque esta enojado conmigo y creo que con lo que hable con Alex tiene razón.

– ¿Por demos hablar mañana si quieres? – propone.

– Solo si prometes no hacer ninguna estupidez – me da una sonrisa cargada de dolor.

– No creo que estas para poder condiciones, pero si te lo prometo – asiento –. ¿Solo venias a hablar?

– Si – miento –. Cuídate.

Me acerco para darle un beso de despedida, pero el gira un poco el rostro y el beso es justo al lado de sus labios.

– Debería irme – propongo.

– Deberías – susurra.

A quien quiero mentir muero por estar con él en todo los sentidos pero esta enojado y lo entiendo. Toma mi mano y nuestras frentes están unidas.

– Sophie – susurra mi nombre

– James – susurro su nombre

– No quiero que te vayas – pone su mano en mi rostro.

Yo tampoco me quiero ir pero por la forma en que lo dijo estoy a la espera de un pero de su parte. Y yo, bueno yo no paro de mirar sus hermosos labios.

– ¿Por qué lo haces? – pregunta un poco frustrado sin romper nuestra conexión.

– ¿Qué cosa? – respira hondo.

– Hacerme enojar – dice frustrado.

– Lo siento – digo bajando mi mirada.

– No – toma de nuevo mi rostro para que le mire de nuevo –. Me gusta ver tus ojos.

Es tarde y hace frio, y creo que James tiene razón lo mejor es esperar a mañana para hablar. Me separo un poco pero el inmediatamente pone una mano en mi cintura y me lleva hacia él.

– Hace frio ¿Quieres seguir? – pregunta.

– ¿Seguro? – en sonríe.

– Si – abre los ojos –. Pero espera aquí debo hacer algo.

Entra en la habitación, escucho como se mueve por todo el lugar y creo que esta organizando un poco. Espero como me pidió pero estoy a punto de reírme. Cuando regresa esta un poco agitado.

– ¿Todo bien? – en asiente como un niño pequeño.

– Estaba recogiendo algunas cosas – dice un poco avergonzado –. Ven.

Sin Miedos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora