Capítulo 27.

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Estamos todos en la cena, mis padres no paran de contar cosas que me hacen sentir tanta vergüenza que creo que estoy como un tomate de roja. Isabella esta en los brazos de mi padre, porque desde que el piso la casa reclamo tiempo con su nieta.

Cuando mis padres llegaron terminamos de organizar todo lo de la cena, pero mi madre le pidió a James unos minutos para hablar. Se fueron a mi habitación para charlar, moría de ganas por saber cual era el tema, pero también sabía que debo respetar este momento que quizás para James es muy importante, y bueno para mi madre también.

Ver y escuchar a James reír es maravilloso, luce mucho más joven que cuando se porta como un impórtate empresario.

– ¿Y piensan quedarse aquí? – pregunta mi madre.

– Aun no lo sabemos – le hago un gesto para que no siga por ese camino.

– La familia creció y esto es muy pequeño – arrugo la nariz.

– Mamá – niego –. No – susurro.

– ¿Alguien quiere postre? – pregunta Alex.

No quiero que James se sienta presionado con la idea de mudarnos a un lugar más grande, porque se que cierta forma le tiene miedo a todo lo que un hijo con lleva.

Harry y James van a la cocina por las copas y el champagne para terminar esta linda noche. Creo que mi padre esta celoso de James, porque Isa aun que estuvo casi todo el tiempo en sus brazos nunca paro de estar pendiente de lo que hacía su papá.

Una vez que todos tenemos nuestra copa llena, Lucy con zumo de naranja e Isa con su mamila todos los miramos para ver que es el primero. Cuando un pequeño silencio aparece James se pone en pie y me mira.

– Yo quiero agradecerle a la vida por esto – dice señalando a todo en la mesa –. Había olvidado que se sentía tener una familia, gracias Sra. Woods por las palabras de hace unas horas – toma mi mano –. Gracias amor – sonrió –. Gracias por darme el regalo más bonito del mundo, tenía mucho miedo de no poder ser un buen padre, pero se que tu no me dejaras serlo – se acerca y me da un rápido beso –. A Lucy, por aguantar mi carácter todos estos años y las tontas decisiones que tome por miedo – mis ojos se cristalizan con sus palabras –. Alex y Harry se que ustedes ayudaron a Sophie durante el tiempo que no estuve, y lo que hicieron por ella y mi hija no tiene precio, muchas gracias – Harry levanto su copa –. Espero que el próximo año no solo estemos nosotros sino también los padres de Alex, la familia de mi hermano Ian y ¿porque no? nuevos integrantes – gira para verme y me guiña el ojo –. Salud.

Todos respondieron y las copas empezaron a sonar, Jame me acerco a él para darme otro beso, mis manos se pusieron sobre su cadera y sonreí.

– Que hermosas palabras – susurro.

– Recuerda que mañana te tengo una sorpresa – asiento emocionada.

La noche no puedo ir mejor, todos la estamos pasando super bien. Me hubiera encantado que el abuelo de James nos hubiera acompañado, pero no pudo llegar.

Isabella a eso de las doce de la madrugada se quedó dormida de nuevo, así que la pusimos en la cuna que instalamos en el cuarto de Alex.

– Deberían haber más niños de mi edad – se queja Lucy –. Esto esta muy aburrido para mi.

– Ven conmigo – le extiendo la mano.

Se sienta en medio de mis piernas para empezar hacer una trenza con su hermoso cabello, se que se siente cuando los adultos se divierten y uno de pequeño no, así solían ser las fiestas a los que mis padres me llevaban a esa edad, las odiaba.

Sin Miedos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora