Coloco la foto de la ecografía encima de mi escritorio mientras compro un marco para ella, de camino a casa Richard me confirmo que pasaría por mí. No le he dicho a Alex nada de mi cena con el porque se que se volverá loca y prefiero que siga feliz con la noticia del bebe.
Como si fuera un reloj a las seis empunto Richard esta tocando la puerta de mi piso, se que suena raro pero no se que hubiera hecho sin el apoyo de él estos meses. Cuando nos pusimos de nuevo en contacto le deje muy claro que mis sentimientos por James no han cambiado aun después de todo lo que sucedió en Londres y el accedió a ser solo amigos.
Abro la puerta y un lindo ramo de rosas aparece, no puedo evitar sonrojarme con sus lindos detalles.
– Buenas noches – dice dejando ver su rostro.
– Hola Richard – el sonríe.
– ¿Cómo estas? – me muev
– o de la puerta para que siga.
– Bien – el sigue –. Deja busco algo para poner las flores.
– ¿Te gustaron? – pregunta desde la isla de la cocina.
– Si, muchas gracias no tenías que molestarte – el rie.
– ¿Dónde están Alex y su novio? – pregunta.
– No han llegado – pongo un poco de agua en el florero –. No deben tardar.
Dejo las flores en la sala y voy a mi habitación por mi bolsa, el auto de Richard esta estacionado al frente del edificio.
– ¿A dónde iremos? – pregunto una vez en el auto.
– Al restaurante de un amigo – dice encendiendo el motor.
Durante el camino me cuenta un poco sobre un caso en el que trabaja, es un poco gracioso porque están discutiendo por la custodia de un perro. El lugar es muy lindo un poco elegante para mi gusto, cuando entramos nos llevan a una zona exclusiva.
– ¿Ya saben que van a ordenar? – un hombre de bastantes años es nuestro mesero.
– Yo quiero un filet mignon y de tomar una botella del mejor vino – el hombre asiente.
– ¿Pedirás por mi? – pregunto riéndome.
– Si quieres – dice con ego.
– Yo quiero una ensalada a su preferencia – el hombre abre los ojos –. Confió en su gusto pero no quiero vino, agua estaría bien para mi.
El hombre se retira y Richard me mira intrigado, quizás se molestó porque no tomare del mejor vino de la casa pero es que es imposible que lo haga.
– Pensé que te gustaba el vino – dice un poco serio.
– Si me gusta pero no debo tomar – suelto.
– ¿Por qué no? – pregunta.
– Richard no se como vas a tomar lo que te voy a decir pero solo respira – su ceño se frunce –. Estoy embarazada.
Su rostro se tensa completamente, la servilleta que estaba en su mano se arruga, toma la copa de agua que hay al frente de el y se toma todo el líquido de un solo sorbo.
– ¿Volviste a ver a James? – pregunta sin mirarme.
– Si – levanta su mirada.
– ¿Cuándo? – su ceño sigue fruncido.
– Antes de ir con mi padres fui a Londres – respondo.
– ¿El sabe? – niego –. Sophie, Hardy no es el hombre que crees – me dice mientras se levanta de la mesa para sentarse más cerca –. Yo lo conozco, no le importa pasar sobre los demás para obtener lo que quiere.
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Sin Miedos
RomanceEsta es la segunda parte de la increíble historia de Sophie y James, si no se han leído el primer libros quizás no entiendan muchas de las cosas que sucederán en este segundo libro. Después de un tormentoso final Sophie decide seguir adelante aún qu...