Capítulo 51.

7.7K 544 37
                                    

Ha pasado casi un mes desde que regrese a vivir a New York después de tanto tiempo, las cosas están por buen camino. Trabajo en una pequeña empresa de inversiones menores, no es nada comparado a lo de antes, pero esto me permite pasar mucho tiempo con Isa y mi madre.

James ha respetado todo este tiempo mi decisión, ha mantenido la distancia y yo de corazón se lo agradezco. Lucy viene constantemente a pasar tiempo con Isa, y me alegra mucho que le guste pasar tiempo junto a mi hija. Que ellas tengan una relación tan linda me emociona.

Entre Hardy y yo no ha pasado nada. Cuando comparte con su hija por lo general los dejo solos. Cabe resaltar que lo hace muy bien. Pero después de saber que realmente estuvo con alguien más no me gusta, cuando lo veo es como ver las fotos una y mil veces. Se que en algún momento debo superar esto, pero por ahora el recuerdo es punzante.

Del accidente tengo una linda cicatriz en mi abdomen, gracias a Dios no quede con secuelas graves. No he vuelto a saber de Richard desde que mi padre me dijo que lo habían condenado por 42 años de prisión sin derecho a beneficios, pero me dijo que no los cumplirá en una cárcel, resulta que Richard sufre de bipolaridad y su abogado logro que Richard cumpliera su pena en un centro psiquiátrico.

Los padres de Richard no han parado de estar en contacto conmigo y mis padres, cuando se enteraron de los alcances de su hijo casi mueren. Al igual que la última vez intente darles apoyo diciéndoles que nada de lo que pasó fue su culpa pero de igual forma ellos se sienten mal.

Hoy vamos a celebrar el cumpleaños número uno de Isabella, vendrán Alex y Harry desde Chicago para acompañarnos. No puedo creer que el tiempo pase tan rápido, mi pequeña ya dice algunas cosas, no es que se le entienda mucho pero dice claramente mamá y papá. Es bastante activa y le encanta gatear. Aún no ha caminado, se pone en pie y se sostiene de algunas cosas, pero no ha caminado sola.

Sus abuelos han organizado una pequeña fiesta, les pedí que no fuera nada grande porque conozco a mi madre y si fuera por ella invitaría a todas sus extravagantes amigas que a mí no me caen bien. También invitamos a James, no era un día de visita, pero tampoco puedo permitir que se pierda el cumpleaños número de su hija.

De mi nuevo trabajo vendrán dos compañeras, Liz y Helena. Son dos grandes personas y en el par de ocasiones que he llevado a Isa conmigo se han encargado de que las cosas fluyan como si nada.

Cuando termino de arreglar a Isa luce estupenda, le he puesto un vestido color rosa pálido que su padre le ha regalado. Quien diría que James tiene un buen gusto para estas cosas. Yo usare un vestido también, no es muy ajustado.

Apenas entro en la casa de mis padres me sorprendo a ver una inmensa cantidad de globos. Estaciono el auto, me bajo y luego bajo de la silla para bebes a Isa, tomo su maletín e ingreso a la casa. Busco por todos lados a mis padres pero no los veo.

Llego a la puerta que da al jardín y casi me desmayo, si esto es lo que entienden por pequeña no me imagino que le hubieran hecho si les hubiera dado toda la libertad del mundo. Veo a un lado a mi madre dando indicaciones y me acerco.

– Pero miren que princesa más linda ha llegado – dice mi madre en referencia a Isa.

Isa comienza a sonreírle a mi madre y de una vez le extiende sus brazos para que la reciba.

– No se supone que sería algo pequeño – expreso.

– Hija, esto es pequeño – señala –. Además mi nieta merece lo mejor.

– ¿Mi padre? – pregunto.

– En su oficina – se encoje de hombros –. Como siempre.

Le dejo a Isa mientras voy en busca de mi papá. Cuando llego a la oficina lo veo hablado por teléfono y el me hace señas de que espere que no tarda. Recuerdo que cuando era pequeña solía venir aquí y me ponía a leer los libros que mi padre me compraba, había un lugar solamente mío en aquel rincón.

Sin Miedos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora