2 Parte Gamora y Quill.
Nos mentiste abuelo.
Dos muchachas de pelo negro puntas rojas y piel verde entrenaban juntas en la tierra. Ambas se divertían a pesar de todo. Y del gran pesar que llevaban dentro. Aún se preguntaban que pasó con todo lo que conocían y a los que conocían.
Ya no estaba nadie.-Chicas. Vengan aquí.- dijo el dominante del universo a las gemelas.
-Abuelo Thanos. ¿Que sucede? ¿Hay algo interesante por hacer? - Dijo una sobre la otra siguiendose en palabras.
- No. Mejor dicho. Hay algo que deben saber. Ustedes entienden bien quien soy yo desde hace un tiempo. Y ustedes deben entender que en esta vida hay que hacer sacrificios para lograr triunfar.-
- Lo sabemos. Nos enseñaste eso desde que éramos unas arverjas recién llegadas.- mencionó Lucile con una risita.
Nereida que era más sería lo miro.
-Abuelo. Tu nos mentiste desde que llegamos. Diciendo que nos ibas a ayudar a encontrar a mamá. Mamá está muerta Lucile.- dijo apretando fuerte la daga en su mano. Una daga de doble filo con equilibrio perfecto. Una daga que Thanos le había dado a ella y a su hermana un viejo reproductor de música.-¿Nereida qué quieres decir con eso?- murmuró acercándose a ella y abrazando su brazo.
- El tiene las gemas del infinito Lucile. La que siempre admiramos. Leí la hisotria have unos meses. Para obtener la gema del Alma debes sacrificar a quien más amas. Adivina quien fue el pobre alma inocente.- Lucile cerró sus ojos fuerte y se le partió el corazón y luego miro al Ser en quien había confiado.
-¡Mentiroso! ¡Era nuestra mamá!- grito y salió corriendo hacia su vieja nave seguida de su hermana. No quedarían en ese lugar menos con alguien así. La nave se estaba desintegrando frente a sus ojos y unas cadenas en sus manos.
-Yo no puedo dejarlas ir. Estoy en deuda. Y ustedes me hacen falta.- Thanos tiro de las cadenas y acervo a las dos chicas hasta el.-Son de mi propiedad. Y no se irán a ningún lado.- mencionó firme sin ningún dudar.
Ambas chicas se abrazaron entre si entre algunos llantos la hermana más débil.
-Saldremos de esta. Alguien algún día vendrá por nosotros.- murmuró Nereida siendo dejadas en unas celdas.
AQUÍ LES TRAIGO UNA SEGUNDA PARTE.
ME SENTÓ INCOMPLETA SI NO SUBO 2 PARTE.
ME ESTOY QUEDANDO SIN IDEAS. ASÍ QUE QUIERO QUE USTEDES DEJEN EN LOS COMENTARIOS. LOS CUMPLIRÉ A TODOS LOS QUE PUEDA