Capítulo 30

449 40 7
                                    


Con la grata noticia de mi embarazo todo el mundo está feliz y loco de alegría, Cloe y Paul me visitan para saber todo acerca de esta maravillosa noticia, aunque todos pretenden cuidarme me siento hostigada y mi único escape es cuando voy a trabajar o de vez en cuando visito el mar, aunque a veces me trae tristes recuerdos.

Faltan unos días para mi cumpleaños, pero también para un aniversario más de la muerte de mi padre, la psicóloga me aconseja que deje ir ese mal recuerdo, que solo viva con la felicidad que me brindo en su tiempo, es por eso que visito su tumba, siempre llevo las flores que tanto les gustaban, rosas blancas, me siento en el jardín y cruzo las piernas, por suerte aun no tengo panza que me estorbe.

— No había podido venir, no me estoy excusando, simplemente, creo que ustedes todo lo ven desde donde quiera que estén. – suspiro y coloco las rosas en la tumba de mi padre, veo la lapita y digo – Papá, fuiste el mejor ejemplo de vida que tuve, junto con mi madre y mi abuelo, ustedes siempre fueron los mejores en mi vida... y no sabes cuánto te amo y te extraño – las lágrimas comienzan a salir y elevo la vista – Pero recordar tu muerte, me trae una tristeza profunda, siento como si esa herida no sanara nunca, quiero pedirte paz interna, por el amor que sentimos el uno por el otro, porque a pesar de todo, siempre he sido tu hija y tú siempre vas a ser mi padre. Te quiero y te recordare siempre con esa sonrisa, con las bromas de cada mañana, los regaños, los castigos, pero sobre todo con todo ese amor con el que me protegiste y criaste, ten por seguro que así será con mi bebé. Porque si bien no están conmigo físicamente, van a ser abuelos y mi bebé va a saber de las maravillosas personas que nos cuidan desde el cielo.

Me levanto del césped y acomodo las rosas, pienso en poder festejar un cumpleaños y una navidad como la gente normal, sin tristeza, solo con mucha alegría.

Ian me prepara una fiesta sorpresa, aunque no es tan sorpresa porque Tess lo arruino, hay muchas personas y la verdad preferiría algo más íntimo, solo amigos y familiares, vienen personas conocidas por ambos, hay una mesa de regalos en la que ponen bolsas y cajas, hasta ahora todo se ha basado en la sorpresa de llegar y que griten ¡Sorpresa! ¡Feliz cumpleaños! Bailes, comida y bebidas, efectivamente no puedo consumir ni una sola gota de alcohol.

Todos los invitados me felicitan y abrazan, Tess me saca a bailar y todo el mundo parece muy alegre, hasta llegar la noche, aproximadamente son las ocho de la noche.

— Damas y caballeros, es un honor que nos acompañen en la celebración de su cumpleaños número veintiséis. – la gente aplaude y eso me obliga a sonreír. – Rose, cariño, ven. – camino hasta el pequeño escenario, al subir susurro.

— No digas nada de...

— Queremos compartir una maravillosa noticia. – presiono los dientes para no mostrar mi enojo. – ¡Estamos embarazados! – la gente hace exclamaciones, aplaude, chiflan y se acercan a felicitarnos, trato de sonreír ante los demás, mientras Ian me abraza por la cintura.

No sabía que había paparazis en el lugar, Ian sonríe mientras todos continúan felicitándonos por la maravillosa noticia.

— Mi regalo está afuera.

— No podemos salirnos...

— Estoy seguro que muchos van a ver de qué se trata. – susurra y me da un beso en la mejilla.

Al llegar al estacionamiento veo un AMT GT S Mercedes Benz color blanco, me quedo sin palabras, lo miro y me entrega las llaves de auto, a los lados tiene globos de helio que dicen "Feliz cumpleaños" su regalo me parece exagerado.

— Es una broma ¿cierto? – pregunto y niega.

— Feliz cumpleaños.

— No debiste – susurro.

SEDÚCEME COMO NUNCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora