Capítulo 16

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A Ian le desconciertan un poco mis pesadillas, últimamente las he tenido mucho por alguna razón, Paul y yo platicamos acerca de mi nueva decisión, están tan confundido como los demás, él también creía que me iba a casar con James, yo también lo creía.

— ¿Eres feliz? – pregunta, estamos en su jardín, asiento y me mira.

— Si, Ian tiene algo, me siento segura con él – digo.

— ¿Y James? – pregunta con curiosidad, miro hacia otro lado y digo:

— No lo sé.

— Yo le dije a Ian cuando llamo que, si tú eres feliz, él tiene mi permiso, parece un buen chico, pero apenas lo conocemos – dice.

— Bueno, no es que esto haya sido de un día para el otro, llevamos tiempo conociéndonos, hace unos meses habíamos viajado juntos, creo que todo se ha ido dando. – contesto – Por cierto, y... ¿Ana? – pregunto.

— Cloe no la quiere ni tantito.

— ¿Y tú? – pregunto.

— Me cae muy bien, aunque a veces tiene un humor especial. – dice, bebe de su cerveza y continua – La verdad es que como dice el dicho, mejor solo que mal acompañado, soy feliz con Cloe y contigo también – escuchar eso me hace sonreír.

— Quiero que sean parte de esto, de la boda y todo, desde elegir el vestido, pastel y esas cosas, quiero que me acompañes en esto – digo, sonríe ante mi petición y asiente.

— Claro que sí, pero tenemos que comenzar a preparar la cena, porque si no vendrán nuestros amigos y no tendremos nada que ofrecerles – dice.

— ¿Y si compramos pizza? – bromeo y sonríe.

— Quizá en otra ocasión.

Ian parece chef, comienza a cortar pimientos y mezclar los con carne y queso, ayuda a hornear el pavo, nunca me ha gustado el sabor del pavo, por ello cocinan más comida, Paul y Cloe acomodan las mesas y las sillas en una pequeña carpa instalada.

— Bueno ahora sé que tu serás quien preparara la comida todos los días – digo y sonríe mientras continúa cortando algunas verduras.

— Solo cocino en ocasiones especiales.

— ¿Y la ocasión especial es año nuevo? – pregunto y niega.

— Pedir tu mano. – contesta, me mira a los labios y yo miro los suyos, nos damos un ligero beso en los labios y sonreímos. – Te dije que solo es cuestión de tratar.

Pongo los ojos en blanco y continúo ayudando a preparar la cena, estoy haciendo espagueti blanco, siempre me ha gustado, Ian esta entretenido con el relleno de pavo y a su vez prepara pechugas de pollo rellenas, comienzo a creer que le ha preguntado mucho de mí a Tess, parece que todo comienza a estar listo, Ian parece bastante hacendoso, lava los trastes y limpia la cocina.

— Solo es cuestión de esperar – dice, esta nevando afuera, hace un poco de frío, aunque no siento que sea tan frío como el de allá.

— Las bebidas... – Paul toca su frente, su tono es de preocupación, al parecer las ha olvidado.

— Si quiere, nosotros podemos ir por ellas – Ian se ofrece, me mira y asentimos.

Tomamos un taxi, las calles están llenas de nieve, mi boca saca humo, caminamos entre los pasillos del supermercado, hay demasiada gente, compramos solo algunas cosas y después vamos a una licorería, Ian insiste en brindar con un buen champagne o al menos un buen vino, encontramos un Bollinger y salimos con algunas otras bebidas más, al llegar a casa nos encontramos con amigos de mi padre, esta vez hay más mujeres, aunque también esta Ana, su presencia no me agrada por completo, pero no quiero molestar a nadie con mis inquietudes, algunos se saludan, le entregan regalos a Paul, me presenta ante todos, algunos más ya me conocen y también les presento a Ian, suena tan extraño decir "Él es Ian, mi prometido" Ana que parece una buena chismosa de lavadero mira mi anillo cada vez que puede.

SEDÚCEME COMO NUNCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora