Capitulo 6

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Los días pasan y pareciera que nadie puede hacer nada por mí, Paul y Cloe se han enterado de que estoy en España y además estoy presa, la semana se ha cumplido y el abogado que me han asignado es tan ineficiente que no es capaz ni de liberar sus propias ideas y palabras, me explica mi situación, pero no me da ninguna solución.

— Rose – James pasa y lo abrazo antes de que nos separen. – ¿Cómo estás? – pregunta.

— Muy mal – contesto – Todo ha sido un gran error y equivocación.

— ¿Qué paso? – pregunta James.

— Bueno una mujer hizo una denuncia anónima, también hizo entrega de un cheque que no tiene destinatario, solo el monto, la firma y nombre de la señorita Land.

— Pero... ¿Quién? – pregunta James.

— Sandra, cuando buscamos al pequeño ella sabía que los estábamos buscando, los encontramos cerca de una plaza y dijo que nos acusaría por robarle al hijo de Jamie, ella había pedido cincuenta millones de dorales, es una cantidad exagerada, pero vi su situación económica y estúpidamente creí que podía apoyarla.

— ¿Por qué no pusiste su nombre? – pregunta James.

— Se cambio el nombre – contesto – Aunque no creo que haya sido legal, eso me lo dijo Ian cuando me hizo llegar un sobre con varios documentos.

— ¿Aún tiene esos documentos? – pregunta el abogado.

— Si. – contesto.

— ¿Los tienes cerca? – pregunta James.

— Si, están en mi departamento. – contesto.

— Bueno ¿Y porque le diste el dinero? – pregunta James.

— Porque ella insistía y... – entonces recuerdo la grabación – Claro, tengo, tengo una grabación.

— ¿Y que dice la grabación? – pregunta el abogado.

— Ella confiesa que me está vendiendo al bebé

— Pero también sirve para incriminarte, indirectamente dices que compras al bebé.

— No, no, yo le pregunte si estaba consciente de que me estaba vendiendo un bebé y es hijo de Jamie y ella contesto que si, pero que él bebé no le importaba, sino el dinero que podía obtener, pero le dije que el bebé era de Jamie y no podía hacer nada en nuestra contra y que podía utilizar la grabación para que le hiciera compañía a Eloísa.

— Aun así, usted dice que compra al bebé.

— ¡¿Qué no lo entiende?! Ella estaba vendiendo al bebé ¿Y la culpable soy yo? – pregunto molesta.

— Hoy por la tarde la van a trasladar al centro penitenciario femenil. – me dice el abogado.

— Dejen que se muestren las grabaciones como prueba, los mensajes que le mandaba a Jamie.

— ¿Cómo saber que son de ella?

— Son pruebas – digo lo más tranquila que puedo, pero este abogado parece estar en mi contra que en mi defensa.

— Lo presentaremos como pruebas, pronto le asignaran la fecha para su defensa.

— No, no quiero que usted me defienda, quiero un buen abogado, no uno que piense que en verdad estaba comprando un bebé.

— Hay muchas formas de interpretar las palabras señorita.

— Usted es mi defensa, no mi atacante – en cada palabra se nota mi frustración.

SEDÚCEME COMO NUNCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora