SEDÚCEME COMO NUNCA

Capitulo 5

Jamie y yo viajamos a España, necesitamos encontrar a Nathaniel ¿Por qué Sandra quiere vender a su propio nieto? ¿En que condiciones vivirá? Quiero desvanecer todas las preguntas de mi cabeza, pero se aferran en seguir atormentándome.

— ¿Cloe y Paul se van contigo? – pregunta James.

— No lo sé. – contesto. – No quisiera que se fueran, no ahora.

— Entiendo... ¿Saben a dónde vas?

— No, no les he dicho, sé que tengo que avisarle a Paul, pero...

— Tranquila, ve, Tess, Nathan y yo te cubriremos.

— Gracias – digo, me mira con esos ojos pidiéndome un beso, intencionalmente me muerdo el labio con inocencia.

— No hagas eso. – dice y me abraza.

— ¿Rose? – pregunta Paul.

— Hola – contesto, James me suelta y me alejo un poco de él.

— Buenas noches – dice viendo a James.

— Buenas noches señor – contesta, me dan ganas de reír, Paul no se había portado así.

— ¿Por qué Sophie está preparando una maleta? – pregunta.

— Tengo que salir, por cuestiones de trabajo.

— ¿A dónde? – pregunta nuevamente.

— México – contesto.

— ¿México? – dice incrédulo.

— Solo serán un par de días.

— Eso espero – libera un suspiro y dice: – Rose, Cloe y yo...

— Lo sé, sé que ambos quieren retomar sus vidas, solo dame cinco días y cuando vuelva, yo misma los llevo al aeropuerto y si puedo mejor ir con ustedes hasta España.

— Gracias Rose.

Thomas ayuda a Sophie a bajar la maleta, cuando llegan a nosotros Sophie me abraza y me persigna.

— Buen viaje Rose – dice y me vuelve a abrazar.

— Solo son unos días. – sonrió y Thomas también me abraza.

— ¡Rose! – grita Cloe desde el piso de arriba. – ¿Te ibas a ir sin despedirte de mí? – pregunta fingiendo indignación.

— No, pero que bueno que vienes – digo y la abrazo.

— Que te vaya bien, te vamos a estar esperando – dice emocionada, sonrió y la abrazo otra vez

— Ya me tengo que ir, nos vemos – digo, Paul me da un beso en la mejilla y me abraza muy fuerte – Tranquilo, voy a volver.

— Eso espero.

— Nos vemos, regreso en unos días.

— Yo te llevo al aeropuerto – dice James.

— Gracias.

Al llegar al aeropuerto Jamie ya nos está esperando, nos ve tomados de la mano mientras James arrastra mi maleta.

— ¿Te dijeron algo? – pregunto.

— No, solo... ya sabes, los protocolos de vuelo. – contesta Jamie.

— Bien – digo.

— Es mejor que lleves tu maleta para que la revisen y no perdamos tiempo ni el vuelo.