Capítulo 23

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Me despierto sobresaltada, James está a mi lado, el sol está saliendo, no puedo creer lo que hice, lo que hicimos, me levanto y me visto rápidamente, Tess esta dormida en la sala, mierda, no, no tenia que pasar, salgo de su departamento y voy directa a mi auto, me recargo en el asiento y luego pongo mi auto en marcha. No, no, ¿Qué hice? Comienzan a llegar algunos recuerdos, pero no estaba ebria, no.

Llego a mi casa y veo que hay regalos en la sala, subo a mi habitación y me acuesto en la cama, me siento mareada y quiero dormir, quisiera que aun no fuera 25 de marzo, siento que solo cierro mis ojos y mi alarma suena, no quiero levantarme, quiero seguir dormida, quiero seguir así.

— Rose – dice Sophie detrás de la puerta.

— Adelante – contesto y entra.

— Vamos Rose, hoy es un día especial – sonríe y trato de imitar su sonrisa, pero creo que no funciona. – Metete a bañar, Mel llamo hace unos minutos y dijo que el estilista iba a venir directo para acá,

— Está bien – digo.

— Pero necesita tu cabello seco.

— Es estilista, sabrá arreglarlo – digo y me volteo.

— Vamos, levántate.

A regañadientes me quito las sabanas de encima y camino hasta el baño, el agua caliente recorre mi cuerpo, puedo sentir como si aquí estuviera James, tocándome, haciendo sentir todo lo que sentimos al estar juntos, pero todo está en mi mente.

Me siento y preparo una ducha relajante, pongo música y escucho, no sé cantas canciones han pasado, continuo con los ojos cerrados.

— ¡Rose! – grita Mel desde mi puerta.

— Estoy en la ducha – digo.

— Vamos apresúrate, en media hora llega el estilista.

— Ya voy – digo, me hundo en la bañera y luego salgo, me enjuago el cuerpo y salgo envuelta en una bata, seco mi cabello y la veo sentada en mi cama.

— ¿Estas nerviosa? – pregunta.

— Un poco – contesto

El estilista por fin llega, seca mi cabello y lo peina, primero experimenta un peinado y luego otro, pero me decido por un recogido, pone el tocado y luego acomoda el velo, coloco el coordinado, no me agrada la idea de las medias, pero aun así me las pongo, Mel y Tess me ayudan a ponerme el vestido, miro cada detalle, la falda amplia, la transparencia de los hombros y mangas, el encaje que dibuja diferentes figuras. Como las buenas supersticiosas que son, así que me ponen algo azul, algo viejo, nuevo y prestado, pongo los ojos en blanco al escuchar todas las cosas que dicen, me miro en el espejo, el vestido es hermoso, detrás de mi esta Paul, Cloe y él por fin han llegado.

— Está yo se la había regalado a tu madre, me gustaría que la conservaras tú – dice, volteo y veo en una pequeña cajita un collar de oro con un diamante turquesa en el centro.

— Es hermoso – exclamo y lo acaricio.

— ¿Me dejas? – pregunta y asiento, coloca el collar en mi cuello y lo admiro a través del espejo, vuelvo a acariciarlo y sonrió.

— Gracias.

Maquillaje listo, vestido listo, peinado listo, todo está listo, las damas ya están cambiadas y lucen increíbles, el auto también, el ramo, siento que el corazón se me va a salir, tengo una maleta hecha, se supone que nos iremos de luna de miel, aunque nunca supimos a dónde porque nunca lo planeamos.

SEDÚCEME COMO NUNCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora