Cuando un Muerto te sigue a casa

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Lo que les estoy a punto de relatar es mas que una historia, es una advertencia, hay cosas en esta vida que están prohibidas y romper esas reglas tendrán consecuencias significativas que marcaran el resto de tus días. Por favor presten atención a mis palabras.
Les contare un poco de mi historia, esto tal vez será irrelevante para algunas personas pero creo que es necesario que sepan mi historia con todos sus detalles desde principio a fin.
Me considero una persona de mente abierta y muy madura, a mi corta edad he tenido experiencias que me han obligado a madurar rápidamente y ha hecho que vea la vida desde otro punto de vista, con lo de “mente abierta” me refiero a que creo en la mayoría de las cosas que a la gente les parece tabú, fantasmas, ovnis, viajes en el tiempo, proyecciones astrales, cosas tal vez ridículas para algunos pero como siempre digo “nunca hay que dejar de creer”, a la edad de 9 años mi madre falleció, fue un golpe duro para todos pero en especial para mí ya que al se hija única y con mis familiares en otros estados no tenía nadie quien me apoyara en ese momento tan difícil, mi padre cayó en un fuerte alcoholismo que gracias a Dios hoy ya lo supero, así fue como a mi corta edad tuve que hacerme cargo de mi padre, de mi casa y de mi vida. Mi padre aportaba poco dinero a la casa a causa de su depresión así que tenía que ver la manera de conseguir dinero para mis gastos en la escuela, tuve que aprender a lavar, cocinar y asear mi casa, fue una época difícil pero creo que eso fue lo que me definió en lo que soy ahora así que tuve que sacar lo bueno de lo malo y no me arrepiento de nada.
Aquí es donde empieza mi verdadera historia, a partir de la muerte de mi mama acostumbraba a visitar su tumba en el cementerio local de mi ciudad por lo menos 2 veces al año, una en su cumpleaños y otra el día de su muerte, confieso con cierto morbo que cuando llegaba a visitar a mi madre me movía la curiosidad de saber que podría encontrar un fantasma en el panteón, cosa que nunca sucedió por desgracia, como dije en el párrafo de arriba me gusta todo tipo de cosas sobrenaturales así que siempre tengo curiosidad por ese tipo de sucesos. A veces me arrepiento de este tipo de pensamientos porque lo que paso ese día me dejo marcado hasta el día de hoy. Como de costumbre fui a visitar a mi madre, limpie su tumba, le puse flores, le platique un poco de lo que sucedía en mi vida y otras cosas de ese tipo, ese día el panteón estaba extrañamente vació no había nadie cerca de donde yo estaba, esto me inquieto un poco pero no le tome importancia, cuando termine mi visita apresure a irme, cabe señalar que el panteón está en muy malas condiciones, hay tumbas abandonadas sin nombre ni señales de visita, tumbas sobre otras tumbas, incluso tumbas abiertas en donde se ve el ataúd, continuando con mi relato, estaba buscando el camino de regreso a la salida ya que es medio complicado de salir, cuando algo en el piso llamo mi atención, junto a un árbol seco se encontraba un objeto brillante, algo antiguo y empolvado que estaba medio enterrado, lo tome para saber que era y resulto ser un anillo, este anillo era de oro y con una gran piedra roja en medio, supe inmediatamente que era antiguo porque a mi parecer estaba pasado de moda pero eso no impedía que el anillo fuera hermoso y lujoso, así que me lleve el anillo conmigo, no le comente nada de eso a mi padre porque no quería que me lo fuera a quitar o algo parecido, así que lo escondí recelosamente para mí.

Por mi mente pasaban muchas cosas, ¿a quién le había pertenecido el anillo? ¿lo vendo o me lo quedo? ¿Si lo vendiera cuanto me darían? ¿Qué haría con el dinero del anillo?, en fin, el primer día paso sin ninguna novedad, lo curioso empezó el día siguiente. Me levante muy temprano en la mañana para ir a buscar el anillo donde lo había escondido, lo limpie con ácido para que quedara como nuevo y así se viera mucho más lujoso y me ofrecieran más dinero en las casas de empeño, mientras hacía eso, escuche pasos en el piso de abajo y supuse que era mi papa que ya se iba al trabajo, así que baje a despedirme y me doy cuenta que no había nadie, al parecer mi papa tenia rato que se había marchado, bueno pase por alto ese hecho, regrese a mi recamara, cuando regrese veo que el anillo ya no está donde lo deje, lo encontré debajo de mi cama, cosa que si me pareció extraña ya que al ser de oro el anillo pesa y el viento (que no había en ese momento) no lo puede mover tan fácilmente, lo que hice fue recogerlo y guardarlo por hoy tenía suficiente con el anillo.
Esa misma noche me sentía muy extraño, me sentía con miedo, escuchaba cosas como pasos, risas, respiraciones, me sentía observado, aclaro que no soy una persona miedosa pero ese día vaya que quería salir corriendo, termine durmiéndome como a las 4 de la madrugada, no descanse nada, mis ojos estaban rojos e hinchados a causa del cansancio, de nuevo fui a buscar el anillo donde lo había guardado y extrañado vi que no estaba, pensé que a lo mejor mi papa lo había encontrado y se lo llevo pero mi papa seguía dormido así que descarte esa posibilidad, regrese a mi recamara a buscar por todo el lugar y vi que debajo de mi almohada está el objeto brillante, ¿cómo rayos llego ahí? ¿Habré dormido con el anillo debajo de mi almohada? ¿ Acaso yo lo puse ahí y no lo recuerdo?, al tocar el anillo sentí algo que no olvidare nunca, sentí un gran odio y una gran rabia que hizo que mi corazón saltara de mi pecho, lo solté inmediatamente tirándolo al suelo y no me atreví a recogerlo, lo deje en mi cuarto y me aleje de ahí tenía que tomar aire fresco y buscarle lógica a lo que estaba pasando.

No sé cuánto tiempo paso desde que salir a caminar, pueden ser minutos u horas, lo único que sé es que camine tanto que llegue al centro de mi ciudad (que está lejos de mi casa) y ya eran las 3 o 4 de la tarde, en una de las calles principales de la ciudad se encuentra los típicos vendedores ambulantes, los que venden dulces, los que te limpian los zapatos, en fin, pero había alguien que me llamo la atención, era una señora de aspecto extravagante, muy guapa por cierto, ella no decía nada, solo observaba a la gente, debajo de ella había un letrero que decía: “Te leo la mano y conoce tu futuro“, pff tonterías dije yo, pero me gano la curiosidad así que me acerque a ella, le pregunte cuanto cobraba por leer la mano, ella me respondió que dependía de lo que deparara el futuro, entre un mejor futuro más cobraba. Pensé: Esta señora me dirá que seré presidente y me cobrara un ojo de la cara. Pero accedí mi curiosidad era más grande que cualquier otra cosa y me ayudaba a olvidar mi asunto con el anillo.
Estaba impaciente por saber mi futuro, cuando ni bien la señora toco mi mano me soltó y vi su cara de asombro o espanto quizás, le pregunte que pasaba, lo único que hizo fue verme detenidamente y me dijo con una voz baja y profunda: hoy no te cobrare, regresa otro día para saber tu suerte, solo un consejo, regresa el anillo que encontraste en el panteón (mi cara estaba de wtf! ¿cómo sabia del anillo?), en este mundo no puede haber objetos por más valiosos que sean en los que sus verdaderos dueños ya no son de este plano astral, ese anillo perteneció a alguien que falleció hace mucho y lo que más amaba en vida fue ese anillo por su valor material, y no es por espantarte pero el muerto está en tu casa tratando de recuperar lo que es suyo y no parara hasta obtenerlo, ¿piensas que la cosas que están pasando están feas? créeme no has visto nada aun, regresa el anillo donde lo encontraste y pídele a Dios que eso sea suficiente por haber despertado la ira de un muerto.

En ese momento pensé: ¿Es posible que esto me esté pasando a mí?, es decir, desee ver algún día un fantasma, pero que un muerto enojado por su pertenencia más valiosa este en tu casa queriéndote hacer daño es otra cosa ¿no?, lo único que hice fue regresar a mi casa lo más rápido que pude, entre a mi casa esperando encontrar a mi papa para explicarle todo y que me ayudara, pero no lo encontré, solo había una nota que decía: “Regreso más tarde salí a caminar, no me siento bien en la casa siento el aire pesado y me cuesta respirar, creo que es porque fumo mucho jajaja, te deje dinero para la comida. Te quiere Papá“. Mi**da estoy sola en esto, bueno tendré que acabar con esto antes de que pase a mayores, subí a mi habitación y busque el anillo debajo de la cama, pero esta vez al tocarlo las cosas se pusieron serias, las puertas se abrían y se cerraban, se escuchaban gritos, sentía como que me rasguñaban por todas partes, había tanta ira en ese momento que no soporte más me arrodille y pedí perdón por haber tomado el anillo sin permiso, si me tocaba morir en ese momento quería irme con la conciencia limpia, así que le pedí perdón a Dios por todos mis pecados, en cuanto acabe de rezar todo se tranquilizó, aproveche ese momento para salir corriendo con el anillo, salí de mi casa con rumbo al panteón esto tenía que acabar hoy, pero cuando me di cuenta ya todo estaba oscuro eran las 8 de la noche aproximadamente, el panteón seguramente estaría cerrado, no me importo saltaría de alguna forma, llegue al panteón y con todo el valor que me quedaba entre saltando el muro y vaya que es tétrico el panteón en la noche, con mucha dificultad llegue al lugar donde empezó todo, con mucha delicadeza deje el anillo en el mismo lugar donde recuerdo haberlo encontrado y le pedí perdón al muerto nuevamente, esperaba que me respondiera algo así como: “no te preocupes que tengas bonita vida“, pero no escuche nada, solamente todo se tranquilizó, sentí tanta paz en ese momento que sabía que todo había acabado, extrañamente el panteón ya no se veía tan tétrico.

Queda en ustedes si me creen o no lo que viví, solo 2 cosas quisiera pedirles, la primera: nunca le den tanta importancia a las cosas materiales, hay veces que nos cegamos tanto con los lujos materiales que nos olvidamos de las cosas sencillas y hermosas que nos da la vida a diario, y hay veces que el amor enfermizo por estas cosas superan la barrera de la vida terrenal y nos convertimos en esclavos de estos objetos. Y la otra cosa que les sugiero: NUNCA y repito NUNCA recojan algún objeto en el panteón, recuerden que esas tierras ya no es de los vivos y créeme cuando te digo que es seguro que un muerto vaya a tu casa a recuperar lo que es suyo.

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