La Maldición Del Hotel

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A los que no creen en las entidades malignas les quiero decir que sí existen, ¿cómo lo sé? Lo sé por qué a mi me pasó y les voy a contar mi historia.

Siempre fui una chica muy curiosa, me gustaba explorar y buscar cosas nuevas cada vez más, ir a lugares tan extraños como fuera posible o simplemente ir de paseo en vacaciones de mi trabajo pero uno de esos paseos nunca se me iban a olvidar por lo que estaba por pasarme.

Fui sola a un pueblo como siempre a pasear, era muy lindo y acogedor el lugar. Llegué a un nuevo HOTEL que había encontrado para hospedarme, era enorme ese lugar y con muchas habitaciones. Todo parecía normal allí, entré a mi habitación y deje mis cosas para salir a dar una vuelta por ahí para conocer más el lugar y el pueblo.

Entrada la noche regresé al Hotel y fui directo a mi habitación, al entrar me sentí extraña, sentí un ambiente muy pesado pero no le di mucha importancia ya que creía que era mi imaginación puesto que estaba algo ebria por qué venía de un pequeño bar que encontré cerca, sin pensar más me acosté y me quedé dormida al instante.

Al día siguiente me desperté con mucha sed y fui a buscar algo de beber a la cocina y al volver vi algunos cajones abiertos cuándo estaba segura de haberlos cerrado. Lo dejé pasar y continúe arreglándome para salir nuevamente, saliendo del Hotel me encontré con una chica y nos fuimos juntas, nos hicimos amigas rápidamente y la pasamos bien ese día.

De noche al llegar al Hotel nuevamente me preguntó en que habitación me estaba quedando y al decirle me miró con algo de asombro y se despidió rápidamente pero antes acordamos vernos al otro día para ir a cine. Al quedar sola sentí una sensación de que no estaba sola, que alguien me observaba pero no venía a nadie, un frío estremecedor recorrió mi cuerpo y a lo lejos alcance a oír una risa algo macabra, me asusté tanto que me acosté y me cubrí con la cobija totalmente.

Al quedarme profunda comencé a tener una pesadilla sobre una monja que era acechada por unos jóvenes de no más de 16 años, la maltrataban y la violaban cada vez que podían y ella no podía defenderse al estar atada de manos y pies. Desperté asustada y vi la hora, están las 3am, en el pasillo se escuchaban pasos como de niños pero yo sabía que en ese piso no había ningún huésped que tuviera niños lo cual me asustó más, me levanté y salí al pasillo a ver y efectivamente no había nadie y oí risas burlonas hacia mí y regresé a acostarme.

Al día siguiente todo se veía normal como siempre a esas horas pero no paraba de pensar en lo que había pasado la noche anterior, no entendía que pasaba o por qué, estaba confundida. Salí con Isabela como habíamos quedado y le conté lo de la noche anterior y me dijo que si quería que ella se quedaba conmigo esa noche, no lo dude y le dije que si de inmediato. Regresamos pero fue grande la sorpresa con la que nos encontramos, estaba toda mi habitación revuelta como si alguien hubiese entrado, toda mi ropa estaba tirada por todos lados y la cama desordenada.

Nos asustamos pero igual arreglamos todo aunque se percibía un ambiente pesado, como una presencia muy fuerte, después de un rato nos quedamos dormidas al fin pero de nuevo comencé a soñar de nuevo con esa monja pero esta vez era diferente, en mi sueño veía como era asesinada por estos jóvenes a sangre fría y sin piedad en una habitación de un Orfanato, sus gritos de dolor me hacían estremecer hasta el último centímetro de piel, era algo desgarrador. De nuevo me despiertan los ruidosa fuera de mi habitación, esos pasos y risas que cada vez se oían más fuerte y sentí también  algo junto a mi cama, traté de despertar a Isabela pero era imposible hacerlo hasta que algo me tomó de los tobillos y me sacó de la cama de un solo tirón.

Grité tan fuerte que ella al fin despertó y me vio tirada en el suelo llorando y tocándome los pies por qué me dolían mucho, inmediatamente se levantó a socorrerme, me sentó en la cama y trató de tranquilizarme. Después de un rato pude dormir de nuevo, a la mañana siguiente vi unos enormes moretones en mis pies y recordé lo de la noche anterior, entendí que fue real y luego de esto decidí dejar el Hotel ese mismo día y regresar a casa aunque Isabela se quedó allí, mis pesadillas desaparecieron al irme de allí.

Un mes después una terrible noticia llegó a mi, Isabela se había suicidado en el Hotel dónde me hospedé justo en la habitación dónde estuve yo, no podía creer que ella se hubiese quitado la vida por que ella no tenía razones para hacerlo, era feliz y tenía una gran vida. Decidí ir a preguntar por ella, fui a su velorio y entierro y pude hablar con sus familiares sobre lo que le había pasado pero lo único que me dijeron fue que se alejó de todos y comenzó a estar triste y solitaria, sin ganas de nada. Le pedían que volviera pero no quería dejar el Hotel, quería estar ahí hasta ese día en el que se colgó del techo para ahorcarse.

Yo estaba segura que era incapaz de hacer eso así que volví al pueblo para averiguar más, le pregunté a las personas sobre ese Hotel pero nadie decía nada, parecían asustarse al oír sobre el pero no me iba a rendir tan fácil. Seguí buscando y llegue a donde sabía que encontraría a un historiador del pueblo, él si debía saber algo y así fue, me contó que muchos años atrás el lugar era un antiguo orfanato en el que había ocurrido una tragedia. Dijo este señor que allí ocurrió un asesinato en el que la víctima fue una monja que sufría de abusos sexuales por parte de dos jóvenes, al oír esto recordé mis sueños, era lo mismo que yo soñaba cada noche.

También me dijo que luego de esto esos mismos niños se suicidaron días después en el mismo lugar donde la monja se había quitado la vida y que no sólo eso, si no que después comenzaron a presentarse más y más suicidios y cosas extrañas sin explicación. Debido a esto el lugar cerró y años después fue convertido en un Hotel aunque aún así se seguían presentando esos sucesos extraños llenos de muerte. Le pregunté que por qué no hacían algo para que los muertos descansarán en paz y dejarán el lugar pero me dijo que nadie había tenido suerte hasta ahora, siempre estás entidades volvían cada vez más violentas.

Después de saber toda esta información acerca del lugar me dirigí a el Hotel nuevamente pero al llegar me encontré con una anciana que está cerca pidiendo limosna, se quedó viéndome fijamente y me le acerqué a darle algunas monedas pero en el momento que tomó mi mano un escalofrío recorrió mi cuerpo, me sentí extraña, de inmediato me dijo que me deseaba mucha suerte ya que la iba a necesitar. Eso me pareció extraño y me dio la impresión de que ella sabía algo que yo aún no y le pregunté si sabía algo de lo que pasaba allí.

No quiso decirme nada, pero vi que llevaba una botella de licor vacía así que le ofrecí comprarle una si me confesaba lo que sabía, después de pensarlo me dijo que ese lugar estaba maldito ya que uno de los jóvenes que mataron a la monja era tío de ella pero terminó allí por qué nadie más se hizo responsable de él, también me dijo que la maldición no sólo cayó sobre ese Hotel si no en toda su familia ya que habían muerto muchos de ellos y sólo quedaba ella. Después le pregunté que cómo se terminaba esto ya que una de mis amigas había muerto allí y me dijo que lo único que se podía hacer era pedirle perdón a la monja por lo que le hicieron ya que la culpaban a ella de todas las desgracias.

Luego de un rato la convencí de entrar conmigo y hacer un ritual en el que se le pidiera perdón por lo que le hicieron para que así se liberarán todas las almas que allí habitaban pero antes debía encontrar algún familiar del otro joven implicado en el asesinato, tardé unos días pero lo encontré, le conté todo lo que ocurría y me dijo que nos ayudaría para que sus almas y las de sus familiares descansarán en paz luego de tanto sufrimiento. Busqué al padre para que nos ayudará y para que bendijera el lugar, una vez reunidos allí comenzamos a llamarla para que se manifestará y así lo hizo, oramos por ella y por las almas de los demás y cada uno de los familiares de sus victimarios le pidió perdón por ellos y la invitaron a irse de allí hacia la luz para que pudiera trascender al fin junto con los demás espíritus que estaba allí.

En un momento sentí a Isabela, sabía que ella estaba ahí y le dije que siempre la recordaría, le di las gracias por todo lo compartido aunque aún nos quedará faltando mucho. Finalmente sentimos que todo el ambiente cambio, ya no se sentía pesado ni nada, se sentía paz y tranquilidad al fin, supimos que ya se habían ido. Finalmente el lugar fue liberado de esa maldición que lo poseía y nunca más volvió a ocurrir nada extraño ni ningún asesinato o suicidio relacionado con lo que allí pasó, de vez en cuando voy en mis vacaciones a pasarlas allí y todo se ve excelente, de aquella señora no volví a saber nada, excepto que ya no vivía más en la calle y había recuperado su vida como antes… FIN.

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