Una manzana al día

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¿Alguna vez has escuchado la expresión Comer una manzana al día mantendrá lejos al doctor de su casa? La mayoría asume, sin temor a equivocarse, que simplemente es un refrán fácil de recordar remarcando la necesidad de alimentar bien a los pequeños. Pero el dicho no se originó debido a un recordatorio inofensivo. Fue creado cuando la Fiebre Del Oro estaba en su juventud, en un pequeño pueblito donde la comida escaseaba y ni se diga el dinero.

En Agosto, cuando una mala sequía golpeo en el pueblo, una serie de sangrientos asesinatos empezaron irrumpir la tranquilidad de aquel. Cada noche, una casa seria asaltada, y cualquiera que que viera al intruso seria rapida y brutalmente abatido. Nunca se robaban nada, salvo por las sobras de comida.

Al cabo de dos semanas, el tendero local puso unas cuantas manzanas y un vaso de leche en la plaza del pueblo. Entonces el se escondió en la torre de la iglesia, esperando vislumbrar a cualquiera que llegara. Luchando contra la fatiga, el tendero espero por cualquier señal de vida en la plaza.

A medianoche, fue recompensado por una escalofriante visión; un hombre, cargando una bolsa llena de aburridos instrumentos metálicos, vistiendo vendas de paño de pies a cabeza, entro en su rango visual.

El se detuvo cuando vio la leche y las manzanas, y miro a todos lados, como si buscara al que se atrevió a frecuentarlo. Cargado de miedo, el tendero se agacho quedando fuera de su vista, quedándose en esa posición hasta el amanecer.

El extraño hombre solo tomo una de las manzanas, y ni siquiera toco el vaso de leche. Ninguna casa fue asaltada, y nadie fue asesinado. Por décadas, el pueblo continuo dejando una manzana o dos durante la noche, incluso cuando cada una de las manzanas dejo de desaparecer…

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