3.

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-Tus padres no están.- dijo una voz burlona a mi espalda y sabía perfectamente que era el imbécil de Benedict porque sólo su voz me provocaba náuseas.-Hace diez minutos salieron junto con tu hermano.

-¿Quieres dejar de meterte donde no te llaman?- le espeté quitándome su abrigo y aventandoselo.- Es desagradable.

-Escucha, mocosa. Yo sólo quiero ser atento contigo, es todo.

-Ve a ser atento a otro lado. Eres insoportable... Tu cara sonriente todo el tiempo, hablando bonito y riendo ante cualquier estupidez. - solté un bufido exasperado.

-¿Y eso te importa? Yo no tengo la culpa de que seas una amargada.- dijo cruzándose de brazos mientras se recargaba en el marco de la puerta.- Eres un limón.

-Y tú un idiota. ¿No tienes que ir a ordenar tus calcetines por colores?

-¿Sabes qué? Ahora que me acuerdo si.- se metió a su departamento y cerró la puerta de golpe. Rodé los ojos exasperada mientras recargaba la cabeza en mi puerta. Mis padres en realidad no estaban en casa, mis llaves estaban en casa de Barbs y Barbs probablemente haya regresado a casa. Metí la mano en los bolsillos para buscar mi móvil pero no estaba. Lo había dejado en el abrigo... Ese estúpido abrigo.

Me tomé la cabeza desesperada, pero debía recuperar mi teléfono aunque suponiera que debía soportar al cretino aquel. Tomé aire muchas veces y me dirigí hasta su puerta. Dudé quince veces en tocar el timbre, pero después de decidirme una decimosexta lo hice antes de volver a arrepentirme.

Un lejano y amortiguado "voy" se escuchó dentro seguido de unos pasos. Abrió la puerta y su expresión cambió a total desilusión.

-¿Esperabas a alguien más, muñeco?- pregunté divertida.

-¿Ahora qué quieres, salvaje?- preguntó alzando una ceja.

-Olvidé mi teléfono en tu abrigo. Devuelvemelo.- anuncié con una sonrisa de satisfacción en la cara.

-No lo creo.- descolgó su abrigo del percho detrás de la puerta y buscó en los bolsillos hasta que lo encontró.- Oh, vaya aquí esta.

Le extendí la mano para que me lo diera pero en vez de eso lo alejó.

-No hasta que me lo pidas por favor.

-Nunca pido favores.

-Entonces me lo quedo.- dio un paso atrás y comenzó a cerrar la puerta pero puse el pie para impedirlo.

Mala idea, mi dedo chiquito del pie fue aplastado y solté un grito de dolor.

-¿Ahora qué sucede?- preguntó abriendo la puerta otra vez con gesto cansado.

-Me has machucado imbécil.- dije casi en un grito con lágrimas en los ojos.

-¿Quien fue la tonta que puso el pie? ¿Por qué demonios estas descalza?

-¿Quien es el estúpido que no me quiere dar mi teléfono? Porque no aguanto los malditos zapatos.- dije tomándome el pie con una mano y dando saltitos para no caerme.

-Si fueras un poquito más amable- dijo alargando la "i" al momento en que juntaba su dedo índice y pulgar.-te lo hubiera dado desde el principio.

-Cállate y dame mi teléfono.- me miró con los ojos entornados y se hizo a un lado abriendo más la puerta.

-Entra.

-¿Qué? Estas enfermo no voy a entrar a tu departamento.- me recargué en la pared para evitar caerme.

-No voy a dejarte aquí sola arrastrandote de dolor, aunque sé que te encanta.

-Jodete.

Rodó los ojos y con un rápido movimiento me cargo en su hombro con mi cabeza y mis manos colgando por su espalda.

Doin' it right (Benedict Cumberbatch Fan Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora