28.

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Aquella noche me sorprendí al ver a Anthony entrar por mi puerta con cajas y maletas llenas de las cosas de Bárbara.

Al fin se había decidido a salir de su casa y vivir conmigo hasta que encontrara algún departamento para ella. Yo se lo agradecí enormemente porque justo en ese momento la necesitaba más que nunca.

Habían pasado varias semanas desde que Benedict y yo nos separamos. Seguía sin atreverse a contarle la verdad a Alison y yo seguía sin aceptar su posición.

A veces Lily intentaba hacerme cambiar de opinión pero yo no podía, me era difícil explicarle el por qué de nuestra separación, ella tampoco sabía por completo todo el asunto de Scott.

Una tarde, iba subiendo las escaleras revisando unos papeles de la oficina Cuando de repente me paralicé a medio camino, mi bebé se estaba moviendo por primera vez.

Llevé mi mano a mi vientre y sonreí asombrada y llena de emoción, las lágrimas no tardaron en agolparse en mis ojos y comencé a reír al mismo tiempo.

-Hola, hola bebito.- saludé en voz baja acariciando mi pequeña barriga, el bebé seguía moviéndose de un lado a otro.

-Gio, ¿qué sucede?- Benedict subió corriendo los últimos escalones y se posó frente a mi con gesto preocupado. Llevé un dedo a mis labios pidiéndole silencio y tomé su mano para llevarla a mi vientre.

-Se está moviendo.- dije en voz baja poniendo su mano donde sentía el movimiento y la cubrí con las mías para ejercer un poco de presión.-¿No es maravilloso?- le pregunté con lágrimas en los ojos y él me sonrió tiernamente mientras el bebé se movía bajo nuestras manos.

-Es increíble.- respondió en voz baja mirándome a los ojos.- Te extraño tanto.

Con esas tres palabras volví a la realidad, recordé que estaba enojada con él y me puse seria otra vez como cada que lo veía frente a mi.

-Te veo luego.- me despedí caminando hasta mi puerta y entré ignorando su llamado.

Cerré la puerta tras de mi y recargué la cabeza en ella derramando lágrimas de dolor mezcladas con felicidad.

Yo también lo extrañaba, pero sabía que no podía estar con él si seguía sin darme mi lugar, si seguía poniendo a Alison antes que yo. Y sabía certeramente que seguía con ese asunto porque a veces la veía entrar al departamento antes que yo, veía su coche aparcado frente al edificio o incluso veía a Lily despidiéndola en su puerta.

Malditos celos.

Cuando estaba a punto de separarme de la puerta unos golpecitos me hicieron dar un brinco. Me limpié las lágrimas rápidamente y tomé aire para tranquilizarme, no quería darle la señal de que había estado llorando por él pero abrí la puerta y me llevé una sorpresa.

-¡John! Hola.- intenté sonreír. El padre de Barbara me abrazó fuertemente después de saludarme.

-Espero que no te moleste que haya venido.

-No, claro que no. Pasa.- abrí la puerta de par en par para que pudiera pasar con el enorme ramo de rosas rojas que traía en brazos.- Bárbara regresa después de las cinco de la tarde.

-Ah, esta bien. Creí que la encontraría aquí.- dijo entrando con paso firme y colocando las rosas en la encimera.-¿Cómo estas?

-Ammm... ¿bien?- nos vimos hace pocas horas en la oficina.- dije divertida.

-Oh, es cierto. Bueno, es sólo que me preocupo por ti.- respondió sonriente.

-No deberías, ¿Quieres algo de tomar?- pregunté mientras iba a la cocina y abría mi nevera.

Doin' it right (Benedict Cumberbatch Fan Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora