12.

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Cuando entré a la cafetería, Scott aún no había llegado. Más nerviosa que antes me dirigí a una mesa y decidí esperarlo, minutos después llegó en su limo y bajó de ella ataviado con un traje negro. Sólo de verlo nació mi instinto asesino.

-Hola preciosa.- saludó con un beso en la mano una vez que estuvo frente a mí.

-Hola Scott.- fingí una sonrisa de emoción.

-Moría por verte, ¿Hacemos algo hoy?- me preguntó tomando mi mano entre la suyas pero lo yo la aparté por instinto.

-La verdad, no puedo. - dije intentado tranquilizar mi tono acido.-Pero por eso te invité ahora, quisiera platicar contigo.

-De acuerdo, linda.- se acomodó en la silla y cruzó la pierna.- ¿De qué quieres platicar?

Solté un suspiro y sonreí con los labios apretados, me acomodé en la silla y estaba a punto de contestar pero la mesera nos interrumpió para pedir nuestra orden. Lo vi un momento oportuno, estaba temblando de miedo, angustia y coraje. Se me había borrado todo lo que tenía planeado decirle.

-Bien, ayer.- tamborileé los dedos ansiosa en la mesa.- ¿Qué paso ayer? Nos la pasamos bien, ¿Eh?- alcé las cejas repetidas veces fingiendo una emoción inexistente.

-¡Vaya que sí! Pero ya te dije, cuando llegué estabas bastante ebria así que no nos quedamos mucho tiempo.

-¿Pero fue antes o después de que me dieras esa droga?- me crucé de brazos recargándome en la mesa y lo miraba sonriente con el labio entre los dientes. Parpadeó varias veces mirándome entre asombrado y asustado.

-¿De qué droga me hablas?

-¡Ay por favor!, no pienses que soy bastante estúpida como para no darme cuenta de las cosas.- dije aun sonriente para animarlo a soltar la sopa, la verdad es que si era estúpida, bastante estúpida. Scott observó por todos lados con precaución y después de acercó a mí.

-Lo siento, en verdad lo lamento tanto Gio.- dijo en voz baja.

-¿Qué era? ¿Rohypnol*?- alcé la ceja y el agachó la mirada apretando la quijada ocasionándole que saltaran los músculos de ésta. Después de tragar saliva alzó la mirada y asintió lentamente. Asentí junto a él desviando la mirada.

-Bien, ¿por lo menos era de buena calidad?- me encogí de hombros aun con fingida diversión y él frunció el ceño.

-¿Qué te causa tanta risa?

-¡Nada!- solté una ligera carcajada.- En serio, solo me tiene maravillada la idea de ser drogada en la primera cita, es algo con lo que cualquier chica sueña.- solté irónica.

-Gio, ya me disculpé...

-Y yo te agradezco Scott, ahora sé qué clase de persona eres.- por la ventana vi a Benedict acercarse a paso rápido y me puse de pie para salir antes de que entrara.-Adiós Scott.

-Espera, Gio...- me tomó de la muñeca para evitar que siguiera caminando.- ¿Estamos bien?- preguntó esperanzado y solté mi mano de un tirón.

-Vete a la mierda, ni se te ocurra acercarte a mí.- en ese momento sonó la campanilla de la cafetería anunciando la entrada de Benedict, caminé hacia el con el coraje creciendo en mi pecho. Me sonrió al verme avanzar hasta él y cuando estuve a su lado me abrazó por los hombros.

-¿Todo bien?- dirigió una mirada asesina a Scott que seguía sentado observándonos con la mirada entornada.

-No, Benedict. No está nada bien.- dije tras un suspiro y salimos por la puerta al frio vespertino de Londres. -Fui drogada y violada, la madre de mi mejor amiga decidió llevársela lejos de mí, puede que haya perdido mi trabaj, mi hermano está refundido en una clínica de rehabilitación, mis padres están muertos y además... creo que me enamoré de un completo idiota.- dije moviendo los hombros para salir de su abrazo.

-Cuanto lo siento.- respondió con dolor en la expresión.- Deberías ir a la policía Giovanna... ese tipo no merece estar en la calle.

-No me interesa, sólo quiero estar lejos de él.

Benedict me observó con el ceño ligeramente fruncido, tal vez tenía razón pero yo tenía miedo. Era un tipo sumamente rico, viajaba en limosina y además siempre iba bien vestido ¿Y si me mintió con lo de su padre? ¿Y si era peligroso? No quería meter a la policía en esto porque tal vez podría tener represalias contra mi... incluso contra Benedict y lo que menos quería era poner en peligro a alguien más.

 Cuando llegamos a nuestro edificio, Benedict seguía reacio a que fuera con la policía y exponer mi caso, pero yo, como una víctima más, tenía miedo. 

-Por lo menos deberías ir al hospital.- insistió.

-¿Para qué?- pregunté desganada mientras sacaba mis llaves para abrir la puerta.-Estoy bien Benedict. ¿Desde cuándo te nació ese instinto protector?

Lo miré alzando una ceja y me devolvió la mirada un poco preocupado. Sus ojos me escrutaban el rostro y a mi me daban nervios que me estudiara así. Aparté el rostro dando una ligera cabezada y solté un suspiro.

-Ya... debo entrar, estoy muy cansada.- dije como excusa y abrí la puerta abruptamente.

-Descansa Gio.- respondió con su profunda voz e intenté sonreír, di una cabezada como respuesta y entré cerrando la puerta lentamente. Me dirigí al sofá y me senté encogiendo las piernas para abrazarlas. Me sentía una mierda, todo me pesaba sobre los hombros y yo solo quería morir.

En ese momento tocaron la puerta, me puse de pie limpiándome las lagrimas e intentando quedar lo más presentable para poder abrir la puerta. Caminé lentamente hasta ella y solté un profundo suspiro mientras tiraba de la puerta.

-¡Hola hermanita!- saludó Jake con una enorme sonrisa en la cara, cargando una pequeña maleta. Me quedé congelada en mi lugar.-¿Me extrañaste?

-Jake... ¿qué...?- se asercó a mi depositando un sonoro beso en mi mejilla y entró al departamento.-¿Por qué estas aquí?.- logré decir aún en shock.

-Cumplí con mi penitencia Gi-Gi, no sabes como es la vida ahí.- respondió con tono quejumbroso, me estremecí por dentro.- Suena a que no querias volver a verme.- se sentó en el sofá donde momentos antes estaba sentada yo.

-No es eso,- intenté sonreir.- Claro que te extrañé, pero ¿No es muy pronto para que salieras?- me senté junto a él.

-¿Cómo haz estado? Muero de hambre...¿Pedimos una pizza?- evitó constestar mi pregunta poniéndose de pie y tomando el teléfono para marcar el numero de la pizzería.

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*Rohypnol: tambien llamada la droga de los violadores, produce efectos sedativos e hipnóticos que incluyen relajación muscular y amnesia; también puede producir dependencia física y sicológica. (N/A)

Doin' it right (Benedict Cumberbatch Fan Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora