9.

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Me desperté con un dolor martilleante en la cabeza, el cuerpo lo sentía completamente pesado y dolorido. No podía mantener los ojos abiertos por que me ardían con la luz siquiera de mi celular. Sentía la boca seca, un sabor amargo por toda la lengua me llenaba de nauseas, como si hubiera vomitado repetidas veces la noche anterior.

Abrí los ojos pesadamente y parpadeé varias veces, acostumbrándome a la luminosidad de la vista, aunque estaba más cómoda con los ojos cerrados. Me obligué a girar la cabeza hacia el reloj que descansaba en la mesita de noche.

-¡Mierda!- eran más de las 11 y ya iba tardísimo a mi trabajo. Como pude me puse de pie lo más rápido que pude y me acostumbre al peso de mi cuerpo. Sentí un mareo y me recargué en la cama. Entonces vi que alguien más dormía a mi lado y esperaba por mi bienestar mental que fuera Bárbara y no alguien más.- ¡Hey! Despierta,- le llamé sacudiéndole del hombro.

-Buenos días cariño.- saludó con voz grave, me llevé una mano a la boca llena de asombro. ¿Qué demonios hacia Scott en mi cama? ¿Qué demonios había sucedido anoche? ¿No se suponía que había salido con Bárbara?

-¿Qué haces aquí?- una vez que recuperé el aliento, el habla y la compostura.

-¿No recuerdas? Me llamaste desesperada y vine a tu encuentro.- se sentó en la cama observándome con gesto divertido. Yo no le veía lo divertido en eso.

-¿Desesperada? ¿Dónde está Bárbara?- demandé una explicación mientras tiraba de la sabana solo para darme cuenta de que estaba completamente desnudo. Tragué saliva con dificultad tratando de modular mi voz.- ¿Hicimos…? Quiero decir… ¿Tuvimos sexo?- pregunté asustada y el soltó una sonora carcajada.

-¿Para qué me llamaste si no para eso? – Preguntó poniéndose de pie y buscando sus calzoncillos. Giré la cabeza un poco asqueada y asustada.- Tu amiga Bárbara está bien, la dejamos en su casa antes de venir acá.

-Scott, tenemos que hablar de esto.- pedí con pánico en todo mi ser mientras caminaba hacia la puerta.- Pero hoy no, voy tardísimo al trabajo y no sé…

-Tranquila, llamé antes de que despertaras para avisar que no llegarías.

-¿Qué?- me quedé congelada con la mano estirada.- ¿Llamaste para reportarme? ¿Qué te dijeron?- dirigí una mano a mi frente.- No, no mejor dicho ¿Qué les dijiste?- Scott volvió a reír.

-No les dije que estabas perdida en el alcohol.- se acercó sonriente a mí y me acarició una mejilla.- Les dije que te habías intoxicado y que estabas indispuesta. Me creyeron todo, tranquila.

-No puedo creerlo.- me llevé las manos a la cabeza, desesperada.- Scott, necesito respuestas.- exigí.

-Y te las voy a dar cariño, no puedo creer que no recuerdes nada. ¿Quieres desayunar?- salió de mi habitación vestido solo con sus pantalones y se dirigió a mi cocina. ¿Qué demonios? Ahora me iba a invitar a desayunar en mi propio puto departamento.

-Scott, en serio.- dije una vez que lo alcancé.- ¿Qué demonios pasó a noche?

-Nena,- me tomó por las mejillas para obligarme a verlo a la cara.-ya te lo dije, me llamaste desesperada anoche, me pediste que fuera al club y después vinimos para acá. La pasamos bien.- me miró lascivamente.

-¿Qué sucedió en el club?- dije apartando sus manos de mi cara y caminando hasta mi habitación a coger sus cosas.

-No lo sé cariño. Cuando llegué estabas muy mal.

-¿Estaba muy mal?- le aventé su ropa al pecho sumamente molesta.- ¿Y aun así me trajiste aquí y te acostaste conmigo?

-No, Giovanna tranquila.- dejó su ropa en el banco de la encimera y me tomó por los hombros.- ¡Cristo! Eres tan malpensada.

-¡Pues no puedo pensar otra cosa Landon! ¡Estabas completamente desnudo en mi cama!- le grité mientras me cruzaba los brazos.

-Porque una maldita ebria me vomitó encima cuando llegamos a su casa.- se defendió alzando una ceja y apretando los músculos de la mandíbula. Nos miramos a los ojos con respirando agitadamente debido al enojo.

-No te creo, dijiste que te llamé para tener sexo.- dije golpeándolo en el pecho pero me tomó por las muñecas.

-Escúchame bien Giovanna, jamás me aprovecharía de alguien en estado de ebriedad.- dijo mirándome a los ojos fijamente.-Si estaba desnudo es porque me dijiste que podía lavar mi ropa en tu lavadora, y suelo dormir desnudo me permite… dormir más plácidamente.- dijo con una nota de vergüenza en la última frase.

-Mentiroso. – dije en voz baja después de darle una bofetada.

-¿A qué vino eso? ¿Por qué estás sonriendo?- dijo tomándose la mejilla sonrojada.

-No lo sé, estoy muy molesta y fue tan vigorizante.- dije tratando de ocultar la risa. Rodó los ojos y me tomó por la cintura y me atrajo hacia él.

-Giovanna, yo jamás te faltaría el respeto de esa forma. Te juro por lo que más quiero que no pasó nada entre tú y yo anoche.-

-De cualquier modo ¿Por qué te quedaste?- dije tratando de apartarme de él.

-Quería asegurarme de que estuvieras bien. Lo juro.- sus ojos brillaban de sinceridad y en cierta manera me relajé.

-De acuerdo, está bien. Supongamos que te creo.- dije cruzándome de brazos.

-Como quieras, - rodó los ojos.- Escucha, tengo que irme, tengo una junta muy importante. - se terminó de vestir en mi sala y tomó su móvil de la mesita.- Te veo después.

Lo acompañé hasta la puerta y nos despedimos de un beso rápido en los labios. Aún me dolía la cabeza y después de tomarme unas pastillas me metí a la bañera para relajarme un rato. Gracias a Scott, tenía el día libre así que decidí pasar más tiempo de lo normal en la hora del baño. Cuando mi piel se empezó a arrugar, decidí que era tiempo de salir. Me dirigí a mi armario, saqué mis prendas para ese día y después de haberme arreglado fui por mi teléfono. Intenté marcarle a Barbs pero su teléfono me saltaba a buzón.

Tenía dos opciones: una, seguir insistiendo hasta que me tomara la llamada, o dos, ir hasta su casa y asegurarme de que estaba bien.

Y como soy una maldita masoquista, decidí ir a su casa a verle la cara estirada a la Sra. Vanderbilt.

Doin' it right (Benedict Cumberbatch Fan Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora