22.

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Si, si. Ya sé que dije que el miércoles subiría el capítulo final, pero me fallaron las cuentas.

Aviso: AÚN FALTAN CAPÍTULOS.

Sorry, espero les guste este capítulo cursi, como mi vida xD hahahahaha

xoxo

MRLolita

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Tomé mi abrigo y mi pequeño bolso y salí del departamento de Benedict dirigiéndome al supermercado para hacer las compras. Me sentía especial haciendo esa actividad, nunca antes había hecho algo así todo era nuevo para mi.

Nunca había tenido un novio formal, nunca había dejado a alguien acercarse tanto a mi por miedo a salir lastimada, pero con Benedict... Todo era distinto, soltaba cientos de suspiros sólo de pensar en él, en sus ojos, su sonrisa, su perfecta nariz...

Cuando estaba en el supermercado a punto de pagar las compras, mi teléfono sonó.

-¿Hola?- contesté rápidamente, era un número desconocido.

-Hola Gio, soy John. ¿Estas bien?- su voz sonó preocupada.

-Si, todo perfecto.- caminé hasta las cajas y comencé a poner las comprar sobre la banda transportadora.-¿por qué?

-Supe lo de Scott y todo... ¿Por qué no me llamaste?

-Lo lamento, todo pasó tan rápido John,

pero estamos bien. Jake está en el hospital lo darán de alta hoy hasta las seis de la tarde.

-Me alegro, me alivia saber que tú estas bien. ¿Qué pasará con Jacob?

-De nuevo a la clínica, mañana pasan por él.

-Espero que todo vaya bien ahora, ¿dónde estas? Se escucha mucho ruido.

-En el supermercado.- dije después de una carcajada.- Vine a hacer las compras pero ya voy a casa.

-Bien, te veo allá en... ¿treinta minutos?

-Ok, bien. Te veo allá.- dije un poco asombrada, ¿para qué querría verme?

-De acuerdo, nos vemos.

Cuando me bajé del taxi frente a mi edificio, vi el coche de John aparcado y me entraron los nervios. ¿Y si decidía despedirme porque era puros problemas? Mis manos empezaron a sudar y se hacía más difícil sostener las bolsas del supermercado. Subí las escaleras lentamente y cuando llegue al tercer piso mi visión se vio impedida por una melena de cabello castaño.

-¿Pero qué dem...?

-¡Gio!- Bárbara me abrazó fuertemente y sorbiendose la nariz.-¡Oh, Gio! Estas bien, lo lamento tanto.

-Barb, ¿Qué haces aquí? Quiero decir... ¿cómo...?- estaba en shock ante la presencia de mi mejor amiga frente a mi.

-Mi padre,- dijo apartandose de mi y ayudándome con las bolsas del supermercado.-Obligó a mi madre a regresar porque era urgente. Cuando estuve aquí me contó todo... lo lamento tanto.

-Ya, no te preocupes. Ahora estoy bien.- dije caminando hasta la puerta de Benedict.

-¿A qué vas...? ¿Por qué tienes la llave de...? Oh Dios mío.- se llevó una mano a la boca sumamente asombrada y yo le sonreía abiertamente.- Tienes que explicarlo todo.

-Vamos, pasa.- le indiqué con la cabeza y sostuve la puerta para que pasara primero. Fuimos hasta la cocina y me ayudó a acomodar las compras en las alacenas mientras me contaba sus aventuras por Manhattan. Después preparé té y nos sentamos en el sofá frente al televisor para platicar.

-Bueno, es tu turno. ¿Qué pasa con Benedict?- preguntó después de darle un trago a su té y me miró sonriente.

-Bueno... es complicado.- ¿cómo explicarle que me enteré que me amaba la misma noche que intenté suicidarme?

-Tengo todo el tiempo del mundo.- dijo sonriente y ansiosa por escuchar mi relato. Después de soltar un suspiro me armé de valor y le empecé a contar todo desde aquel día que desperté con Scott a mi lado hasta la noche anterior en la que Benedict me arrulló entre sus brazos.

-¡Oh Gio! Han sido tantas cosas.- se limpió las lágrimas con el dorso de la mano.-Fui una idiota, si no le hubiera hablado así a mi madre...

-No cariño, no te culpes. Todo pasó por algo... y para algo. Ahora estoy bien.- tomé su mano y la palmeé cariñosamente. Me abrazó largo rato y después se puso de pie.

-Ahora entiendo el por qué te vistes decente al fin.- le lancé el pequeño cojín que tenía a un costado y ella lo esquivó ágilmente.- Sinceramente no me extraña, cariño. Te había dicho que del odio al amor hay sólo un paso y parece que tu ya diste ese paso.

En ese momento sonó el teléfono y lo miré asustada. Bárbara me hizo una seña para que contestara pero negué rotundamente con la cabeza. Insistió nuevamente pero no reaccione, puso los ojos en blanco y fue ella a contestar ignorando mis suplicas de que no lo hiciera.

-¿Hola?- contestó tras un carraspeo.-Bárbara, ¿con quién deseas hablar? Oh, hola, si ahora te la comunico.- me pasó el teléfono con mirada exasperada. -Es Benedict.

Tragué saliva y tomé el teléfono rápidamente después de limpiarme el sudor de las manos en la falda de mi vestido.

-Hola, ¿cómo estas?- dije con una sonrisa.

-Hola cariño, ¿bien y tú?- respondió y pude distinguir una sonrisa en sus labios a través del teléfono.- ¿Qué no Barbara estaba en América?

-Si, bueno... Cayó de sorpresa.- la miré un momento y tenía una enorme sonrisa en los labios.- Cuando llegué estaba esperándome.

-¿Llegaste? ¿A dónde fuiste?

-Al supermercado a hacer las compras, ¿de verdad crees que una manzana y una banana son suficientes?

-Oh, bueno si. Las bananas son buenas.- soltamos una carcajada al mismo tiempo.-Me alegro que Barbara esté en casa.

-Yo también, estoy muy emocionada. ¿A qué hora vendrás?- soltó un suspiro.

-No lo sé, estoy terminado una sesión aún y después me voy para allá, corriendo.

-Te esperaré en la puerta.- dije con melosidad que hasta yo me sorprendí. Benedict sólo volvió a reír.

-Sólo hablaba para ver si necesitabas algo, pero con Bárbara ahí lo único que necesitas en tiempo para ponerse al día y es lo único que no puedo darte.

-Me conoces bien, tantos años de husmear han dado resultados.

-Te quiero Giovanna. Nos vemos después.

-Te quiero. Adiós.

Colgué el teléfono y lo aprisioné entre mis manos junto a mi pecho. Mi corazón latía con fuerza por escuchar la voz de Benedict.

-¡Eeew! Derramas miel.- la voz de barbara me trajo a la realidad. La observé apenada y sonreí ante su mirada.

-Lo siento, es... perdóname.

-Me alegra verte feliz amiga, estoy muy contenta con eso.- se acercó a mi y me abrazó nuevamente.

Más tarde llegó Benedict, saludó a Bárbara amablemente y después me besó en la boca ocasionando que los colores se me subieran a la cara. Bárbara carraspeó y nosotros nos separamos apenados y yo ademando un tomate.

Los tres comimos la comida que Barbara y yo preparamos y pasamos una tarde agradable, me gustaba la idea de nosotros tres contra el resto del mundo. Las dos personas que más quería congeniaban perfectamente y eso me alegraba bastante.

Doin' it right (Benedict Cumberbatch Fan Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora