Capítulo 04

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Sigo sin saber de Gino, le envío mensajes y nada. Será que cometí un error en darle mis datos, pero no creo que sea una mala persona. Que le abra pasado espero no sea nada malo, no me queda nada más que esperar a que él se comunique conmigo.

Me fui al trabajo, todo era una locura mi jefe continuaba estresado y por consiguiente nos presionaba para que lo terminara, no quiero estresarme pero fue imposible no hacerlo. A penas almorce pero termine todo mucho antes de la hora de salida así que pude irme tranquila a la universidad.

Tuve solo dos horas de clases y nos cayó de maravilla ta que Silvia y yo nos fuimos a mi casa para cambiarnos e irnos a la discoteca, Oscar pasaría por nosotras.

Al llegar a casa vuelvo a darle un vistazo a mi teléfono y no hay señales de Gino.

-Hanna ya deja de mirar el teléfono. Olvídate del italiano por un momento y vamos a vestirnos para divertirnos un rato.

-Es que me extraña que no me ha escrito, le he enviado varios mensajes y ni siquiera les llegan. Lo raro es que antes me mostraba la foto que tenía en su perfil y ya no mira.

-Dejame ver.

Silvia observa el teléfono luego me mira y se queda pensativa.

-Que pasa.

-Bueno.... Tengo dos hipótesis. La primera y creo que es la más cierta... Es que el italiano te bloqueo.

Me sorprendo.

-Y la segunda?

-Que haya modificado su configuración para que no puedas ver su foto pero....

-Pero que...

-Esa opción igual llegan los mensajes. Vamos hacer una prueba.

Silvia modifico su configuración y su foto desapareció de su perfil en mi teléfono.

-Envíame un mensaje - me dice.

Lo envío y su teléfono suena indicando la llegada de mi mensaje.

Nos miramos.

-Entonces me bloqueo... Por que?

-No sé amiga, lo que si sé es que es un inmaduro y no sabe de lo que se pierde. No te pongas triste esta noche nos vamos a divertir.

-Que hice mal...

-Nada... Tu no hiciste nada. Si él está interesado en ti volverá.

-Tienes razón... A lo mejor tendrá una explicación.

Terminamos de arreglarnos para bajar a la cocina donde mi madre nos espera con la cena.

-Coman antes de irse a rumbear.

-Gracias mamá.

-Gracias sra Anabel.

Luego de comer nos sentamos en la sala junto con mi padre que veía la televisión. Fue cuando escuchamos la bocina del auto de Oscar avisando que había llegado por nosotras.

Llegamos al lugar que estaba repleto, las luces de colores y la excelente música tenían la pista de baile llena de parejas disfrutando. No se que le abra pasado a Gino pero no me va arruinar la noche pensando en él.

A pesar de lo lleno del lugar Oscar había reservado un lugar para nosotros, a penas nos sentamos el fue en busca de nuestras bebidas.

-Brindemos por qué ya nos queda poco para graduarnos.

-Salud - decimos todas chocando nuestra bebida con la de Oscar.

Habíamos tomado ya unos cuantos tragos, me sentía un poco mareada ya que no me había levantado. Miro mi teléfono y es inevitable no ponerme triste. Silvia se da cuenta.

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