13. NO ME PUEDES ATRAPAR

1.7K 113 4
                                    

Alfred. ¿Cómo se tomaría la noticia? ¿Me acompañaría a hacerme el test de embarazo? De eso no me cabía duda.

- Mira Amaia, no sé en qué estás pensando pero creo que deberías saber una cosa. Como bien has dicho no te conozco de nada, pero te interesará saber que todas las embarazadas están marcadas y registradas.

¿Marcadas y registradas? ¿Cómo vacas? Cada vez me convencía más de que éramos solo vasijas de cría.

- ¿Qué quieres decir, Aitana?

- Pues exactamente eso, en el momento en que los médicos descubren que estás embarazada, tanto tú como tu bebé quedáis marcados y registrados en el sistema, además, tú ya eres propiedad de tu marido, pero tu bebé pasa a ser propiedad del Estado.

Me mareé, noté como la cabeza me empezaba a dar vueltas y tuve que apoyar las dos manos en la barra para no caerme del taburete en el que estaba sentada. ¿Mi bebé propiedad del Estado? ¿Para qué lo quieren? ¿Alfred es consciente de esta norma?

- ¿Cómo lo sabes?

- No te conozco. - ¿Ahora no me conocía? No podía hacerme esto.

- Aitana, por favor. Necesito respuestas, hace unos segundos tenía tan claro que el siguiente paso era ir al médico para confirmar tus sospechas... pero ahora ya no sé si debería.

Sabía que mis palabras se consideraban alta traición, me acababa de arriesgar, acababa de poner en peligro todo lo que conocía y me hacía feliz, así que esperaba que Aitana también confiase en mí.

- Soy estéril. Tuve la suerte de nacer con una malformación en el aparato reproductor y por eso estoy tan tranquila sirviendo cafés. Mi hermana mayor no tuvo esa suerte.

Vi como su mirada se oscurecía y le apreté la mano con fuerza intentando transmitirle mi apoyo.

- Nerea era una hermana mayor genial, siempre tenía palabras bonitas para mí, cuando mis padres me insultaban, cuando me pegaban, incluso cuando me echaron de casa a los 16 años. Fue mi único apoyo incondicional. Hasta que empezó su contrato.

Le tocó aquí, en Barcelona, al principio me puse contentísima porque eso significaba que podría seguir viéndola todos los días, pero ojalá le hubiese tocado más lejos con un hombre medianamente decente.

A los dos meses ya estaba embarazada, así fue como me enteré de todo lo que conlleva estarlo. En teoría tenéis prohibido contarlo, no se puede hablar de nada relacionado con vuestros embarazos o los partos, pero mi hermana me lo contaba todo.

A pesar de que cada día tenía peor aspecto yo supuse que era porque el bebé le estaba quitando energía y que necesitaba comer más o tomar el sol, que inocente era.

Para hacer la historia corta, al día siguiente de dar a luz su marido la mató por haber traído al mundo a una niña, como si fuese su culpa, como si fuese malo ser mujer.

Después de soltar una risa irónica y limpiarse las lágrimas que se le habían saltado mientras hablaba, continuó.

- En verdad sí que lo es, nacer niña es el peor castigo que puedes darle a tu bebé. Desde el momento en que asoma su pequeña cabecita y llora sus primeras lágrimas está condenada a una vida de mierda.

No sabía que decir, no se me daba bien expresarme con palabras, así que me abalancé sobre ella por encima de la barra y la abracé con toda mi fuerza. Estuvimos abrazadas un buen rato hasta que Aitana se separó de mí, las dos teníamos lágrimas en los ojos y no pudimos evitar reírnos. De repente Aitana se puso seria.

- No vayas al médico Amaia, ellos no buscan lo mejor para ti y tampoco para tu bebé. Conozco a una señora que tiene familiares que se dedican a la medicina, ella te puede conseguir un test de forma clandestina.

- ¿Cuánto?

- Bastante, pero vale la pena, créeme. - Me apuntó una dirección en un trozo de servilleta. - Búscala en esta dirección a partir de las diez de la noche. Si el test es positivo vuelve a visitarme y te contaré cual es mi trabajo de verdad, el que me llena, no los bolsillos sino el poco corazón que me queda intacto.

- Se lo tendré que preguntar a Alfred. - Murmuré para mí misma mientras me guardaba el trozo de papel en el bolsillo.

- ¿A un marido? ¿No serás tan estúpida? Estoy dudando de si debería haberte contado nada de todo esto...

- Alfred es diferente.

Me miró con cara de pena, y después de susurrarme un hasta pronto, se giró para empezar a limpiar la máquina del café.


..........................................................................

¡Otro capítulo más! Hoy estoy especialmente nostálgica porque es el último día de cole y me he despedido de mis niñxs de P5. ¡Vaya llorera!

Seguramente, si puedo, esta noche subiré el siguiente capítulo.

Como siempre, ¡¡¡muchísimas gracias a todxs!!! Y a lxs que comentáis, que sepáis que os leo y me hace muchísima ilusión ver vuestras palabras, sean una, dos o un párrafo. Os lo agradezco infinitamente.

Junto a miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora