Todo es por ti. [gemeliers]

DANIEL

Ya hemos vuelto a Madrid, ahora mis padres, Jesús y Mateo, cogerán un avión hasta Sevilla donde está también mi hermano Juan Carlos, yo me quedo en Madrid, cuando Victoria llegue a Madrid pasaremos una semana en su casa de campo, por lo que mi madre ha preferido que me quede asi y no tener que viajar tanto.
Estos días me los he pasado enteros leyendo, escuchando música, comiendo pizzas y todas esas mierdas, que por malas que sean, saben a gloria.
Durante este comienzo de verano mi vida ha cambiado, seguramente el año que viene coja otro instituto que esté más cerca del de Victoria, ya se lo he comentado pero me dice que no cambie de instituto y deje a mis amigos de allí por ella.
También Lucía y yo lo hemos dejado, ella me quería, y se merece más de lo que yo podía o quería dar, es más sigo considerando que fue una relación tóxica y que estas hay que acabarlas.

-¿Vas a venir a buscarme al aeropuerto? - me pregunta Victoria al otro lado del móvil.
-¿A qué hora llegas?
-Dos y media.

Cuando cuelgo el teléfono me dispongo a ordenar y limpiar la casa, después llamó al restaurante favorito de Victoria y reservo una mesa para la comida. Luego me doy una ducha y me arreglo, cuando todo está listo y saliendo con bastante tiempo de margen, voy a recogerla.

-Hola - me saluda energéticamente tirándose a mi cual mono.
-Hola - contesto con una sonrisa - he reservado un restaurante para que vayamos a comer.
-¿En serio? No hacía falta Daniel - me dice haciendo una mueca.

Vamos a comer y después vamos a mi casa a echarnos la siesta, Victoria está agotada, lleva unos meses sin parar, este último no ha dormido a penas nada, no se como es capaz de estar en pie.

-Si quieres, podemos dormir hoy aqui y ya mañana vamos a tu casa - le digo al ver que levantarse del sofá va a ser una tarea complicada.
-Ay pues si - dice estirando - si quieres ahora pedimos pizza para cenar.
-Claro - acepto y voy hacia la tele - ¿amor o suspense? - pregunto mientras accedo a Netflix.
-Suspense.

Hacemos unas palomitas y nos ponemos a ver la película tirados en el mismo sofá.

-Voy a invitar a tu hermano a la casa del campo, que se vengan Mateo y él en unos días - me dice - si quieres puedes invitar a Lucía - me dice con la boca pequeña.
-Lucía y yo ya no estamos juntos - se queda con una cara un tanto confusa y luego esboza una sonrisa.
-Ay, menos mal, es que no me caía nada bien - dice haciéndome reír - pero habéis acabado bien ¿no? qué es lo que importa.
-Sí, sin más, conocidos - dije encogiéndome de hombros.
-Bueno, eso está bien - dice cogiendo su teléfono, llama y pide dos pizzas.
-¿Tu que tal con Juan? - me pregunta y alza las cejas.
-Ni a él ni a mi nos gustan las relaciones a distancia, y él va a quedarse en Londres todo el verano - se encoge de hombros - ya sabes, un tiempecito separados y libres.

No me esperaba para nada esa respuesta pero, me ha alegrado, aunque suene egoísta, pero ahora mismo estoy feliz.