VICTORIA

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-¿Interrumpo? - dice Juan desde la puerta - si es así vendré más tarde.

Miró a Daniel avergonzada de lo que casi podía haber pasado y a la vez le pido perdón con la mirada, él también está confuso.

-No, ya me iba - dijo Daniel levantándose - bueno, luego vendré a despedirme - dice y sale de la habitación.
-Quien diría que te alegras de verme - dice Juan acercándose a mi.
-¿De que vas? - le pregunto.

Se sienta junto a mi y no puedo evitar observar cada parte de él, está más fuerte, el chiquillo que era hace un tiempo se ha convertido en todo un hombre, parece que ha ido al gimnasio, porque esos brazos no los tenía antes, la verdad es que esta guapo, esta muy guapo.

-Te iba a llamar te lo prometo - me dice, voy a intervenir pero me detiene con la mano y continúa él - tu madre me llamó el otro día porque necesitaba un publicista que la ayuda con la marca, y tu hermano le dijo que yo estaba de vuelta, no me dejo decirle nada porque sabía que te causaría problemas para estudiar, no se, que no te concentraras, pero quería llamarte.
-Voy a matar a Mateo - contestó malhumorada.
-Lo siento de verdad, pero oye, te has pasado eh - se ríe - por dios, que tensión has creado en un momento.
-¿Qué querías que hiciera? Te doy dos besos y nos sentamos a cenar, mientras ignoramos que hemos estado juntos un año y medio - le digo y sonríe de medio lado.
-Te he echado de menos - dice y me abraza.

Me quedo unos segundos quieta sin saber muy bien qué hacer, qué decir o cómo reaccionar pero terminó abrazándolo, lo he echado de menos.

-¿Me darás otra oportunidad? Estaría bien que mañana fuésemos a merendar a alguna cafetería y volver a comernos dos quilos y medio de tortitas con sirope de chocolate rellenas de nata - dice y empiezo a recordar todas las tardes que pasamos juntos.
-Con dos buenos batidos de chocolate, una buena fuente de calorías.
-¿Tu y Daniel? - sugiere que si estamos juntos.
-Yo y Daniel nada - contestó tajante - somos amigos, ya esta.
-Perfecto - sonríe - entonces, mañana merendamos juntos ¿no?

Juan estudió el mismo bachiller que yo, y bueno siempre ha sacado unas notas buenísimas, la verdad es que he estoy bastante mal con lengua por lo que me está ayudando algunas tardes, las demás asignaturas las llevo muy bien, pero esa que es la que más flaqueo necesito un poco de ayuda.
Estas tres semanas de finales han sido agotadoras, Juan venía todos los días a casa menos el martes y el viernes, al principio me ayudaba con griego, luego pasó a ayudarme a repasar todas y bueno, una cosa llevó a la otra.
Los martes volví a quedar con Daniel en la cafetería para merendar y tener nuestras pequeñas reuniones de libros.
Los viernes, siempre cenábamos con los gemelos, o en su casa o en la nuestra por lo que pasamos toda la tarde haciendo la cena.
Aprovechando la vuelta de Juan, Mateo y yo le dijimos que porque no nos guiaba un poco en cuanto al tema del gimnasio, por lo que todos los días entre semana íbamos los tres al gimnasio, y así he pasado mis tres últimas semanas de exámenes.

-No me puedo creer que ya hayamos acabado primero de bachiller - dije recostándome en la silla de la cafetería mientras me llevo mi taza llena de café a la boca.
-Hace ya seis meses que nos conocimos, eso si que no me lo puedo creer - me dice Dani - parece que te conozco de toda la vida.
-El jueves me voy de viaje - le cuento cambiando de tema.
-¿Sí? ¿Dónde? - pregunta interesado - me podrías llevar en la maleta - sonríe.
-Me voy a Londres - le digo y asiente, ya sabe quién me va a acompañar - vamos a mirar locales para la marca y eso, en unas semanas podrías venir conmigo y ayudarme - le sugiero.
-Me encantaría - sonríe - cuando quieras nos vamos.

Todo es por ti. [gemeliers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora