VICTORIA

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Hemos cogido un hotel que está bastante céntrico, para así no tener que coger autobuses o metros, aunque se que lo vamos a tener que hacer.

-Mañana vamos Juan Carlos, Juan y yo a ver varios locales - les informo en la cena - mientras mis padres van a reunirse con algunas personas que puedan ayudarnos con el proyecto, los demás podéis ir a ver la ciudad o lo que vosotros queráis, pero a las dos hemos reservado mesa en un restaurante - les doy la dirección y cada uno se va a su habitación.

Hemos llegado hace unas horas, hemos ido a dar una vuelta rápida y ahora estábamos cenando en el restaurante, es tarde por lo que todos se han ido a sus habitaciones menos Juan, Daniel, Lucía y yo.

-Bueno, nos vemos mañana - dice Juan a la pareja - Victoria y yo nos vamos a dar un paseo.

Nos despedimos de ellos con la mano y salimos del hotel. Caminamos por la ciudad durante unas horas, nada más salir y viendo que Daniel y Lucía no estaban cerca Juan me ha cogido de la mano, estamos juntos, pero no se lo hemos dicho a nadie, no creo que sea necesario.

-¿Pasó algo en el pasado con Lucía? - me pregunta cuando ya vamos de vuelta al hotel.
-¿Por qué lo dices? - le pregunto sorprendida, no se como se ha dado cuenta.
-Eres la única que junto a Daniel y tus padres la mirais bien, quiero decir, Jesús y sus padres es como si, no se, estuvieran incómodos con su presencia, tu hermano directamente ni la mira.
-Bueno, estaba un poco rayada porque ella y Daniel estaban mal, y decidió acusar de ello, pero ya esta todo solucionado - le digo, parece molesto.
-¿Y era así? - pregunta y cuando me mira rectifica - lo siento, se que no harias algo asi.

Volvemos al hotel a las dos y media de la mañana, compartimos una habitación con los chicos, hay tres habitaciones que se comunican por un comedor. Nada más llegar intentamos no hacer mucho ruido y es entonces cuando escuchamos algo como gemidos.

-Mierda - digo tapandome la boca - lo están haciendo.
-Joder, parecia tonto el Daniel - dice Juan riendo.
-Callate que nos van a oir - le tapó la boca.

Aprovecha esto para besarme, y el resto de la noche ya se sabe.
A la mañana siguiente nada más levantarme me doy una ducha, acto seguido me visto y voy a despertar a Juan, en media hora estamos abajo, y junto a Juan Carlos tras desayunar empezamos a recorrernos Londres de arriba a abajo, a la hora de comer decidimos no ir a la cita que teníamos todos juntos y cenar en un pequeño bar que nos pillaba más cerca, así lo hacemos. A las ocho de la tarde ya es de noche y decidimos volver al hotel de nuevo.

-¿Cómo ha ido? - pregunta mi madre nada más vernos.

Están todos juntos en la habitación de mis padres, que es tres veces más grandes que el resto.

-Habremos visto más de cincuenta locales - habla Juan Carlos, está exhausto.
-Ninguno nos ha convencido - hablo por los tres - mañana seguiremos Juan y yo, enviamos fotos para que también las veais.
-Estoy demasiado mayor para seguir el ritmo de estos chicos - habla el padre de los gemelos, está fatigado.

Mi madre asiente, ya que sabe que si a mi me gusta un local, o a ellos también les gusta o les va a terminar gustando porque soy bastante cabezona y hasta que no me salgo con la mia no dejo el tema.

-Mañana por la mañana podríamos ir todos juntos a ver el Bing Beng - sugiere Lucía con una sonrisa.

Nadie contesta por lo que intervengo para calmar este silencio.

-De acuerdo, mientras vosotros vais allí, Juan y yo terminamos de ver los locales que nos quedan en una zona de aquí al lado, y podemos ir todos juntos a comer - todos parecen estar de acuerdo, por lo que tras despedirme voy a dormir con Juan Carlos.

La mañana siguiente la pasamos idénticamente igual que la primera, Juan y yo decidimos que esta tarde vamos a pasar toda la tarde en la cama, estamos muertisimos.

-Pensaba que no ibas a salir de ahi - me dice Daniel cuando me ve en el sofá del comedor.
-Es que... quiero seguir viendo más, estoy muy cansada, si es verdad, pero quiero seguir, hasta que no encuentre el perfecto no voy a parar.
-¿Por qué no vas a ver más ahora? - pregunta sentándose junto a mi.

Juan está durmiendo, está muy cansado y no le voy a despertar, y yo sola no quiero ir, no sé, no estamos en España...

-Va, ponte las deportivas, yo te acompaño - me dice levantándose.
-¿Enserio? - le digo emocionada - muchas gracias.

A los minutos salimos de la habitación y nos encaminamos a seguir viendo locales, llegamos a uno que está recién puesto en el mercado y lo miramos de esquina a esquina, incluso el hombre que lo vende nos enseña un piso que se vende conjunto al local.

-Dani, creo que es este - le digo ilusionada - ¿te gusta?
-Es este, llama a tu madre, lo has encontrado - sonríe y acto seguido me abraza.

Todo es por ti. [gemeliers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora