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—Es extraño, ¿sabes? —comenzó el de pestañas largas

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—Es extraño, ¿sabes? —comenzó el de pestañas largas.

Fue la primera vez que Seungmin levantó la vista desde que Felix se había retirado de la casa. Expresó su confusión alzando una ceja e intentó fallidamente mantener el contacto visual por un momento: le fue imposible mantenerse firme frente a esos ojos pícaros.

—¿Qué cosa?

—El que Hyunjin te guardara el lugar ―expuso sin rodeos. ―Él no hace esas cosas. Todo y todos le importan una mierda sin excepciones. Sin embargo, supongamos que es un alma buena y generosa que no le interesa que seas un niño mimado jugando al hijo rebelde, ¿por qué demonios estaba él ahí justo cuando tú solicitas una entrevista con el director del museo? Hyunjin apenas va dos veces al año a ese lugar. Es difícil que todo esto se trate de una burda coincidencia ―a este punto, Minho parecía más estar pensando en voz alta que dirigiéndose a Seungmin. ―En fin, ¿tú qué crees? A ti también te debe parecer extraño que en esta casa te trate como la mierda pero que en el museo se apiade de tus penas.

El chico rio incrédulo. No podía creer lo descarado que era Minho para hablarle de esa forma.

—¿Eres amigo de Hyunjin? ―Minho le dio un asentimiento. ―¿En serio? No lo parece.

―Por supuesto que lo soy. ¿Por qué? ¿Rompí el estereotipo de amistad que tienes en la mente? ―se burló.

―No se trata de un estereotipo, sino de lealtad y respeto. Los problemas que tengas con él, debes resolverlos con él, no exponerlos con un ajeno a ambos.

Minho asintió, pero no se sintió como una aceptación, parecía que estaba disfrutando del palabrerío con aires de superioridad de Seungmin.

—Ser su amigo no me impide ser sincero. Él se conoce, yo lo conozco, Felix y Changbin lo conocen. No hay necesidad de crear una imagen de Hwang que no existe, ni siquiera para ajenos no tan ajenos como tú.

El intruso número dos rasqueteaba algunas pequeñas verduritas que yacían tristes en su plato y paseaba un trozo pan por sobre la cerámica blanca absorbiendo hasta los últimos jugos. No pararía hasta que no quedara nada.

―Puede que eso sea cierto, pero no recuerdo haberte pedido que me cuentes quién es el verdadero Hyunjin. No tengo nada que ver con él ni con lo que pasó hoy y quiero que siga siendo así ―le puso un límite. ―No entiendo a dónde quieres llegar hablándome de esta forma, pero debes saber que no toleraré tus faltas de respeto. Si tienes preguntas, hazlas a tu amigo, no a mí.

El chico guapo chasqueó la lengua y miró fijo hacia la circunferencia del iris del nuevo inquilino. Buscaba respuestas, esas que no encontraría allí porque en Seungmin no existían nada más que verdades e inocencia. Su mirada sospechosa, que tenía la intención de ser intimidante, no era más que cómica.

—Dime exactamente qué le hiciste a Hyunjin para que tuviera consideración de ti —obligó con voz seria.

—No le hice a tu amigo, ¿qué podría hacerle? —contestó cortante y a la defensiva.

WATERCOLORS || HyunMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora