❀; Nineteen.

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Con el paso de los minutos, el llanto de Seungmin se intensificó al punto de ser desconsolado y estar fuera de control. El chico se ahogaba en sus propias lágrimas y no era capaz de regular su respiración como consecuencia de la desesperación que vivió después de cruzarse con Kang Daesook hace un rato. Tiempo suficiente para reabrir la herida que, hasta ahora, Seungmin creía haber cerrado. Se autoengañó por un buen tiempo y le hizo creer a todo el mundo a su alrededor que ese trauma estaba superado.

Claro que no estaba cerrada.

Pero entonces Hyunjin hacía acto de presencia como si tratara de su guardaespaldas personal. Había perdido de vista al pequeño por unos miseros segundos, justo después de retirarse al baño. En cuanto volvió, divisó a Seungmin en ese rincón, atrapado en medio de unos fuertes brazos. Quiso pensar que estaba disfrutando de la compañía. Se sintió un poco estúpido por estar a las expectativas de lo que aquel mocoso hacía, y a la vez orgulloso de sí mismo, pues estaba cuidando de alguien más que no fuese su propia persona y, con la excusa de que la noche estaba bastante aburrida, se pasó todo el rato con los ojos puestos en el aprendiz.

Se lo había encontrado hacía más o menos dos horas atrás, cuando lo encontró entre tanta gente y se le ocurrió que quizá, solo quizá, seria divertido descubrir un nuevo lado suyo.

Sin embargo, por alguna razón, presentía que, por primera vez en toda la noche, Seungmin no se hallaba cómodo en su posición, y terminó de confirmarlo cuando notó la manera en que las piernas del menor temblaban, mostrando así el pánico que lo apresaba. Con esa señal, supo que nunca estuvo de más el haberlo cuidado casi toda la noche desde lo lejos.

Ahora, justo en ese momento, no sabía cómo rayos actuar. Se planteaba la idea de golpear al imbécil ese con el que Seungmin estaba, pero a la vez no encontraba la manera en la que mejor se tomaría este su aparición de repente, sabía que el pequeño no estaba en su mejor estado y por eso justamente no terminaba de decidir sobre cómo ayudarlo. Solo quería sacarlo de ahí cuanto antes.

Debido a tanta dubitación de su parte, se cansó y solo caminó a paso firme e imponente hasta donde aquellos dos se ubicaban. Tomo al tipo desconocido por los hombros y lo quito de un tirón, le propinó una trompada en el pómulo izquierdo y se agachó hasta la altura de Seungmin, quien se encontraba sentado en el piso. Con la intención de tomarlo en sus brazos y sacarlo de ahí, lo abrazó por la espalda, apenas le rodeó la espalda con uno de sus brazos, el chico caído reaccionó.

—¡No me toques!

La voz nasalizada con la que el castaño gritó lo sobresaltó, pero no lo suficiente como para obligarlo a hacer un paso hacia atrás.

Seungmin se veía alejado de la situación, asustado, probablemente ni siquiera se había dado cuenta de que Hyunjin estaba ahí con él. El pobre se agarraba la cabeza con las manos y hasta por momentos se golpeaba y negaba desesperado. Hwang no encontraba la forma de proseguir, no veía a Felix por ningún lado y no se separaría ni dos centímetros de aquel indefenso chico para buscar al pecoso.

La música y el baile seguían, a nadie le llamaba la atención ver a un chico llorando y al borde del colapso, y agradecía su desinterés, ya que, si podía asegurar algo acerca de la persona que tenía en frente, es que el chico convive con una personalidad difícil; vergonzoso, reservado y perfeccionista. Esas eran las palabras que lo definían como ninguna otra.

Seguramente lo primero que preguntaría cuando volviese a sí mismo sería si alguien presenció la escena que montó.

—Solo sirve para problemas, aléjate de él —el tipo que había puesto a Seungmin en ese estado se atrevía a pararse a su lado e incluso a continuar despreciándolo: —Es un juguete roto y no tiene arreglo.

WATERCOLORS || HyunMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora