❀; Fifty Two.

2K 349 88
                                    

Dos semanas después.

— En esta sección podrán encontrar a uno de los mayores exponentes del surrealismo: Salvador Dalí. Con subconsciente muy activo, él se dedicó a ignorar su lado racional y pintar sus disparatados sueños.— Explicó con detenimiento. —Vamos, pasen a verlas, pero no olviden que está prohibido tocarlas.

Los adolescentes de la escuela secundaria de artes -que rodeaban los dos años menos que Seungmin, o por ahí andaban- anotaban cada una de las palabras que el guía les dictaba y éste los miraba con adoración, una indefinida, ya que no sabía si sentía orgullo por aquella s estudiantes o por sí mismo, que había logrado aquello que con tanto esfuerzo y lágrimas.

Los guió por la zona del puntillismo, donde hubo muchas chicas que se sintieron fascinadas con aquella técnica. Seungmin sonrió, también era una de sus técnicas favoritas; cómoda y bonita.

Cuando aquel curso terminó su recorrido por todas las salas, con ellos se iba el tercer grupo que el nuevo empleado del museo se encargó de instruir en el mundo del arte. Todo el mundo estaba contento con el trabajo con el trabajo del pequeño Kim, tan así, que más escuelas de artes comenzaron a frecuentar aquel establecimiento, incluso la cantidad de turistas había aumentado como consecuencia de las buenas críticas que estaba recibiendo el nuevo integrante.

Una vez que su turno terminó, caminó entre los pasillos hasta el salón de atrás, donde buscó sus pertenencias y avisó que ya se estaba retirando, pero antes de que pudiera dar un pie fuera, un chico castaño con muchos rulos adornando su cabellera lo detuvo con su tierna sonrisa.

— Hey, Seungmin.— Saludó con la mano. —¿Ya te vas? Me preguntaba que quizá podríamos salir a tomar algo, ya sabés.

Una propuesta. Hacía mucho no obtenía una propuesta de nadie, ni siquiera por parte de Hyunjin había conseguido tal cosa. Lo suyo fue ir y venir mil veces hasta explotar.

— Oh, Hola... Chan.— Dijo dudoso a la vez que recordaba el nombre del chico. —Hoy no puedo, lo siento, mi novio me espera para cenar, pero quizá otro día estaría bien.

El tal Chan disimuló su puchero; un rechazo era lo más normal del mundo, no obstante, no estaba al tanto de que su compañero de trabajo tenía pareja.

Formó la sonrisa más falsa y linda que le salió, y así dijo que estaba bien el hecho de dejarlo para otro día.

Con rapidez y evitando cualquier otro contacto, se alejó del establecimiento. Moría por ver a Hyunjin, sobretodo ese día que cumplían dos meses desde que se conocían, dos meses desde que sus vidas habían cambiado de esa manera. Se conocían tanto y el tiempo era tan poco que nadie creería que dos personas como ellos podrían enamorarse y jurar amor por el otro, pero así eran, sin siquiera ser capaces de respirar si no se hallaban juntos.

El autobús lo trasladó hasta la zona de los bellos departamentos, donde Seungmin planeaba comprar el suyo. Si sus cálculos no fallaban, guardando el cincuenta porciento de su sueldo durante ocho meses, podría comprar uno bastante bonito, aunque si aguantaba y continuaba con aquel ahorro durante un año, podría comprar uno incluso mejor, todo aquello se concentraba en la paciencia. Además, ese proyecto se ubicaría en el mismo edificio que su novio, y eso era más que un motivo para comprar su departamento allí.

Tomando fuertemente la correa de su mochila, una vez que bajó del transporte público caminó rápido hasta la puerta del edificio y solo soltó un suspiro cuando estuvo dentro, aunque fuera una zona reservada y privilegiada, todavía seguía siendo de noche y le daba miedo caminar solo. En la recepción, el conserje, que comservaba algunas llaves en sus manos, lo saludó con su típica expresión de "odio mi vida", y como siempre, él la ignoró y continuó hasta arriba. El timbre sonó, y tanto Seungmin como Hyunjin supieron que ya era momento de verse las caras luego de cinco días de solo llamadas, producto de sus nuevos horarios.

— Hola, mi amor.— Saludó cariñosamente el más alto una vez que abrió la puerta.

— Hola, cariño.

Se dieron un abrazo, no beso, no antes de cerrar la puerta. Hasta hace poco, Hyunjin notó que a su pequeño novio no le gustaba que los vieran dándose amor, una simple preferencia suya, y él aceptó respetarla como buen novio que intentaba ser. Sin embargo, más allá de aquello, era una realidad de que últimamente le costaba mantener las manos alejadas del cuerpo del castaño, por lo que una vez que el seguro sonó, tomó de la cintura al visitante y comenzó a besarlo con desespero, mostrándole cuánto lo había extrañado. La lengua de Hyunjin se hacía paso en la boca de Seungmin. Fue un beso diferente y ambos lo sentían de esa manera, querían quedarse así por un largo tiempo, pero el pitido del horno indicando que la comida ya estaba lista para ser degustada les pidió elegantemente que se separaran.

— Me parece que alguien me extraño.— Comentó divertido el más bajo una vez que pudo respirar.

— Tú no te quedas atrás.— Contraatacó el otro.

Tomados de la mano, se dirigieron a la mesa, donde Hyunjin invitó a Seungmin a sentarse mientras él le traía la cena, que consistía en carne y papás al horno con una misteriosa salsa que cubría todo; se veía exquisito, sobretodo para el invitado quien no lo admitiría en voz alta, pero llevaba consigo mucha hambre.

— ¿Cómo estuvo tu día?— Preguntó casualmente Hyunjin.

— Fue muy lindo, estos últimos días fueron maravillosos para mí, tanto que hasta tengo miedo de que algo lo arruine.— Confesó en voz baja.

El cocinero estiró su mano hasta donde se apoyaba la de su pequeño y la acarició suavemente.

— No pienses así, Seung. Nada va a pasar y si pasa, yo estaré ahí, ¿lo sabes, no?

— Lo sé, mi amor... Solo no sé, intentaré dejar esos absurdos pensamientos de lado.— Aseguró mirándolo a los ojos. —Por ti.

En vez de decirle algo, Hyunjin le lanzó un beso, ya que sus ubicaciones eran enfrentadas.

Así continuó la cena, donde el pelinegro comentaba acerca de todo lo que lo hacían entrenar ahora que era trainee, o los horarios que desde ahora debía cumplir producto de la nueva etapa que se encontraba transitando. Seungmin tampoco se quedó atrás y decidió explicarle cuáles eran sus planes de ahora en más, su futuro departamento propio y sus ganas de comenzar a estudiar algunas técnicas del arte que desconocía.

Cuarenta y cinco minutos después, sintieron que ya no había manera de alargar la sobremesa, la gelatina de frambuesa como postre estuvo muy rica, no obstante, ya no existía, por lo menos, no en los platos. Juntos, se dedicaron a acomodar y poner todo lo que ensuciaron en el lavavajillas.

Había llegado el momento de regalos y cursilerías.

_______________________
¡Hola, perfecciones!

Terminé el capítulo escuchando N/S y ahora suena Smile On My Face de tus patrones, eh digo, EXO.
Ahre por qué lo decía vist.

Cuestión, tengo grandes planes para el próximo capítulo, esperen piola.

En otras noticias, voy a empezar a escribir una novela Minsung, se va a llamar Two Worlds, y sÍ YA SÉ QUE DIJE QUE ERA CHANGLIX, PERO LO CAMBIÉ, PERDÓN, YO NO QUISE NACER.

Nos leemos luego~.

— D a n o n i n o .

WATERCOLORS || HyunMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora