Capítulo 25 : Los cazadores de magos IV

6.7K 630 116
                                    

Sofia entró en un compartimiento del tren, estaba vacío, se acomodó junto a la ventana, se escuchaban muchos murmullos en el pasillo, al cabo de un rato, se abrió la puerta, una niña de pelo rubio ondulado entró, usaba el pelo largo, su mirada era soñadora, ambas niñas cruzaron miradas por un momento, por parte de Sofia fue para analizar algún peligro, por parte de la chica era solamente con curiosidad.

-Hola, ¿puedo pasar?.-preguntó relajadamente.

-Si, adelante.

-Gracias.-dijo alegremente.

-Mi nombre es Sofia Anderson.-dijo extendiéndole la mano.

-Luna Lovegood.-respondió estrechándole la mano.

Luego de este primer contacto, hubo un silencio incomodo, algo en esta chica le parecía extraño a Sofia, parecía estar en su propio mundo.

"¿Querrá aparentar que está distraída?".-pensó la menor de los Anderson.

-¿Eres de primer año no es así?.-dijo súbitamente la rubia.

-Si, ¿como lo sabes?.

-Eso es fácil, de no ser de primer año estarías con tus amigos, no tienes apariencia de ser una chica que no pueda hacer amigos.-dijo tranquilamente con el mismo tono soñador.

"¿Me hizo un perfil psicológico?, no, no he expresado muchas emociones para que ella tenga información suficiente para sacar una conclusión, pero de momento no a hecho nada para considerarla hostil."

-Bajo la premisa que tu me has dado, ¿tú también estás en primer año?.

-Exacto, no tengo amigos, solo somos mi padre y yo, estaba mi mamá, pero murió cuando yo tenia nueve.-dijo la niña como si la muerte de su familiar fuera algo muy natural.

-Mis condolencias por la muerte de tu madre.

-Gracias, en ocasiones siento pena, pero se que cuando muera la volveré a ver, asi que soy feliz.-dijo con una pequeña sonrisa dibujada en los labios.

"O esta chica es insensible o es brutalmente honesta".

-Yo también he perdido a algunos familiares, a mis bisabuelos y a mis abuelos.-dijo con un poco de pena.

-Algún día los volverás a ver, cuando estés muerta.-dijo tranquilamente.

-Si..., tienes razón.-dijo tratando de terminar la conversación.

El resto del viaje transcurrió tranquilo, hablaron un poco de sus familia, se enteró de que el padre de Luna, el señor Xenophilius Lovegood, era dueño y editor de la revista "El quisquilloso", por su parte Sofia le contó que vivía con su madre que era medi-maga y con su tío que era muggle, a pesar de lo desconcertante que resultó Luna en un principio, le agrado bastante, quizás en un futuro podrían ser buenas amigas.

En la escuela nunca pasaba mucho tiempo en un clase, esto debido a que adelantaba los cursos, teniendo a un tío con un IQ de 200 en casa consideraba que eso era normal, desde que tenia uso de razón David había estado ahí con ella, enseñándole y cuidándola, aunque no era tan brillante como él, si pudo avanzar lo suficiente y casi terminar la secundaria a sus once años. Lo bueno de sus antecedentes familiares, es que cuando le preguntaron, sobre a que escuela iba a ir ahora, su madre Elizabeth, solamente dijo que iría a una escuela de superdotados, algo bastante creíble para la mayoría.

Su madre solía coexistir entre el mundo muggle y el mundo mágico, trabaja como medi-maga en San Mungo algunos días y como enfermera en un hospital cercano, ella, tenia la esperanza, que si unía los conocimientos muggles y mágicos, quizás podría encontrar una cura para lo que le ocurría a su padre, había tenido varios éxitos, descubriendo métodos más eficientes para tratar algunas dolencias, llamándola incluso en ocasiones a Hogwarts para ayudar a la enfermera del colegio.

Harry Potter y su conquista del mundo mágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora