Harry Potter y su conquista del mundo mágico

Capítulo 99 : Vacaciones mágicas IV

La sala de magia elemental se encontraba en uno de los muchos jardines del colegio Castelobruxo, este se destacaba por poseer fuentes de agua cristalina, flores de todos los colores y arboles milenarios o incluso más viejos, el lugar irradiaba tranquilidad y vida, varios estudiantes de cuarto año se encontraban sentados con los ojos cerrados meditando, la gran mayoría de estos era indígenas, para los cuales esta clase era una de las más importantes, el único alumno de tes blanca era el hijo de la profesora Elsa, Sebastián Araya, la mujer veía a su hijo con ternura pero también con preocupación, pues el rostro de su hijo estaba fruncido.

-Tus amigos se han ido de este mundo, Potter te a abandonado a tu suerte, nadie queda en este mundo para ayudarte, ríndete y vivirás, ríndete y estarás con tu amada, ríndete y serás feliz, ¿que dices espartano?-preguntó un mujer que levitaba por los aires.

En la visión de Sebastián, él se veía vistiendo una armadura dorada, esta brillaba como el sol, mientras se encontraba en una gran planicie sin ningún tipo de vegetación o estructura alguna, había marcas de haber habido una batalla en aquel lugar, detrás de la mujer pudo apreciar un eclipse solar, pero magia extraña lo cubría, sus poderes de magia elemental estaban activados, sabía que lo que decía la mujer era verdad, estaba totalmente solo, no había nadie más en el mundo que ellos dos, quiso decir algo, pero fue traído a la realidad por su madre quien le tocaba su cabeza con sus manos mientras recitaba algo en mapudungun, la lengua de los mapuches.

El muchacho sudaba frío, su respiración era agitada, los demás estudiantes miraron asustados.

-Pueden retirarse jóvenes, repasen el capítulo 4 del libro de "Bases teóricas sobre la magia elemental".

Los estudiantes con rostros miedosos salieron rápidamente del jardín, la madre miró a su hijo y le acarició el cabello.

-¿Qué viste hijo?, ¿acaso viste a mi padre?.

-No, volví a soñar con la dragona, pero esta vez tenía forma humana.-dijo mientras se paraba.

El adolescente caminó a una de las fuentes, tomó agua entre sus manos y se enjuago la cara.

-Me encontraba en un lugar que no conozco, estaba devastado por un combate, yo me veía a mi mismo como alguien mayor, quizás unos 3 o 4 años más viejo, vestía una armadura dorada, ella mencionó que....mis amigos estaban muertos, un tal Potter me había abandonado, me decía que me rindiera.

La profesora de magia elemental analizó cada palabra, como madre quería proteger a su hijo, al que tanto esfuerzo le había costado a tener, pero como bruja y como maestra debía decirle lo que creía, siempre había mantenido una relación cercana con su hijo, no era el momento de dejar de serlo.

-Creo que tu destino te llevará a tierras lejanas, esta "dragona" creo que es una bruja oscura, por una parte me inquieta no poder decirte más de ella, pero me alegra pues puedo asumir que saldrás airoso de la batalla que tengas contra mi padre, pero el eclipse y que no sintieras a nadie más, no me puedo imaginar a alguien que liquide a toda la humanidad por obtener algo.

-Yo menos, como si no fuera suficiente un abuelo loco, ahora tengo a una potencial genocida tras de mi-dijo exhalando aire.-iré a tomar aire mamá, nos vemos en el almuerzo.

-Cuídate hijo, a Sebi, antes de que se me olvide, el director quiere verte, ve cuando antes.

-Lo haré.

Una vez salió del jardín cruzó por los pasillos de Castelobruxo hacia la oficina de su maestro, esta se encontraba en la habitación más alta del castillo en forma de templo, las paredes del establecimiento estaban decorados con mosaicos de diferentes colores, estos siempre estaban en constante movimiento, tomando forma de animales o plantas cercanas al colegio, en otras ocasiones recreaban hechos históricos importantes o personas destacas del colegio, en su caminar pudo sentir las miradas de varios estudiantes, la mayoría de ellos se alejaban con solo verlo, los más valientes se ponían a murmurar, pero siempre detrás de una pared o un pillar.