Capitulo 20

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" La mentira es un masa de nieve que entre mas rueda mas grande se hace"

Dios que hago que hago....

- Mami!!!..

- Dime amor?, pero no grites. - le digo a Edwin

-Quien era?.

- Es un amigo del trabajo que vino atraerme un archivo.- que horror ahora le miento a un niño de tres años.

- Y porque susurras?.

- Porque...Que haces despierto?. No te mande a lavar los dientes y acostarte?.

- Sip, ya lo hice, te vine a buscar para que medes el beso de buenas noches.

- Mmmm y tu hermana?.

- Acostada, creo. Te sientes bien Mami?, estas como rara.

- Claro que estoy bien. A ver ven. - Cargo en brazos a Edwin y lo llevo al cuarto de Mia, mi pequeña ya esta con sus cabello hecha una maraña, con su muñeca y en la cama, esperando por mi.

- A ver mis amores - acuesto a Edwin al lado de Mia- le voy a pedir algo muy grande y tienen que hacerlo por mi si?.- los dos asiente.

-Quiero que los dos se queden aquí,que no salgan mientras que yo atiendo una visita.- mis niños hacen esa cara de mal gusto

- Mami pero si es tu amigo del trabajo porque no podemos verlo.- pregunta Ed.

- Te vino a ver mi amigo que trabaja contigo?.- dice Mía toda emocionada, me da tanta risa si así se alegra por ser su amigo que hará cuando sepa que es su padre.- puedo saludarlo.

- No!. Los dos se quedan aquí, es solo un momento y vamos hablar cosas de adultos que los niños no pueden ver. Así que si veo a uno de los dos merodeando por la cocina los castigo.

- Otra vez?. -dice Mia.

- Esta bien mamá no vamos a salir pero si me necesitas pegas un grito si?.- me dice Ed.

- Claro que si, como no voy a pedirle ayuda a mi héroe, ahora a dormir. - les doy la bendición su beso a cada uno, los arropo y les pago la luz.

Y ahora como manejo al gran señor que tengo afuera, mi dios, necesitó ayuda de todos los santos. Paso por la sala y recojo algunas cosas de Mía y Edwin, que gracias a dios no son muchas y me dirijo a la puerta.

Ahí está guapo, con su sonrisa comiendo una galleta. Se ve de un apetecible

- Al fin, pensé que me ibas a dejar pagando penitencia, creo que se derritió el helado.- me dice Thomas con ese sarcasmo tan peculiar y su sonrisa matadora- ahora si me vas a dejar pasar?.

- Claro pasa pero vamos directo a la cocina es que la sala esta desordenada.- Thomas pasa y aquí vamos tentando a la suerte.

- Bonita casa, muy...tú.

- Gracias, permiteme- le quito las bolsas y camino a la cocina que no esta cerca de la sala por suerte. Cuando dejo todo en el buró, siento unos brazos que me atrapan por detrás, y besos en mi cuello.

De nuevo en sus brazos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora