15

7.3K 376 9
                                    

Miércoles 3 de Octubre de 2018

*Narra Santiago*

Media semana había pasado más rápido de lo que esperaba. Las cosas con Joe iban bien, dejando a un lado la pequeña pelea que habíamos tenido el domingo.

Ahora me encuentro en camino al aeropuerto para recoger a mi amigo Luka y llevarlo al hotel en donde se iba a quedar estos días. Cuando llegue vi la hora: siete y media de la mañana.

Aún tenía tiempo, si su vuelo llegaba a tiempo, estaba programado para llegar a las ocho en punto, y eso sin contar el tiempo en lo que recogía sus maletas. Fui a la cafetería de ahí y pedí un cappuccino. Me senté en una de las bancas cerca de la puerta donde iba a salir y disfruté mi café.

Al pasar poco más de media hora de aburrimiento, la puerta se abrió y comenzaron a salir muchas personas. Esperé a que mi amigo saliera, cuando lo vi me acerque a él.

– Hey, hermano. – lo saludé.

– Santiago. – correspondió mi saludo.

– ¿Qué tal el vuelo? – pregunte mientras caminábamos a la salida.

– Bien. No me quejo. – alzó los hombros.

– Descuida, llegarás a descansar. – salimos del aeropuerto.

Después de prácticamente jugar un poco de tetris con sus maletas para que pudieran caber en la cajuela del auto, subimos y lo llevé al hotel más cercano a mi casa, por si quería llevar cosas, no le quedara tan lejos.

– ¿Joe te ha dicho algo de la sorpresa que me tiene? – habló cuando arranque.

– ¿Sorpresa? – dije confundido sin mirarlo.

– Si, me dijo que me tenía una sorpresa. ¿Sabes algo sobre eso?

– Ni idea, pero conociendo a Joe será algo fantástico.

– Tienes razón. – dijo y llegamos casi enseguida al hotel,, no estaba muy lejos del aeropuerto.

Salimos del carro y le entregué las llaves al del ballet. Los botones se encargarían también de las maletas.

Pasamos a recepción y terminé de hacer el trámite de hospedaje, nos dieron las llaves y subimos. Llegamos a la habitación.

– No era necesario el penthouse, Santiago. – dijo mirando la estancia.

– Eres mi amigo, Luka. No te iba a dejar en una habitación cualquiera.

– Aun así, no era necesario. – servicio a la habitación llego con sus maletas y Luka se sentó en el sofá.

– Bueno Luka, ponte cómodo, yo tengo que irme a la empresa, cualquier cosa, llámame.

– Está bien, Santiago. Muchas gracias.

Yo asentí y salí.

Cuando llegué al piso donde estaba mi oficina, como siempre, Mónic me dió un informe de lo que pasó durante mi ausencia.

Pasé a mi oficina y empecé a hacer mi trabajo. El día estaba un poco pesado, y bueno, tener en la cabeza a esas dos chicas no ayudaba, en lo más mínimo.

Me recargué en el respaldo de mi silla y cerré los ojos. Pensé por un momento todo lo que había pasado con ellas, hasta que el sonido de mi celular me saco de mis pensamientos.

Vi el identificador, era Joe. Contesté.

– Hola, Joe. ¿Qué pasa?

– Necesito las llaves de tu casa para preparar lo del sábado. – habló un poco agitado.

SutraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora