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*Narra Santiago*

El mensaje me dejó helado y asqueado.

"Por fin voy a comprobar mi teoría, voy a ver qué tan buena es Valentina en la cama. No te preocupes, que yo te digo si es buena o no, mi querido amigo."

No hacía falta ser tan inteligente para saber quién era el autor y remitente de este mensaje. Obviamente era Ethan.

Apreté el volante y di un golpe en el asiento del copiloto.

Pensé en una manera rápida para dar con su paradero de Ethan.

Claro, puedo darle el número a Joe para que lo rastree su amigo. Fui al mensaje nuevamente, pero el teléfono era privado.

Maldita sea.

Creía capaz de que Ethan abusara de Valentina contra su voluntad. Pero no sé porque lo hace, Valentina es inocente y no tiene nada que ver en todo esto.

Por lo poco que sabía y que había deducido el día de la primera audiencia, el traía algo contra mí por cosas del pasado, pero no sé exactamente qué.

Tenía que ser más inteligente que él, porque sabía que no sería tan obvio con sus movimientos.

En un principio pensé en buscarlos en un motel, pero sabía que sería muy evidente, además Valentina no querría irse con él por voluntad propia, o eso quería suponer.

Ya no sabía que pensar sobre ella, si se había ido con él, pues ya, no podía hacer nada, pero si no, sabía que corría peligro, no podía dejarlo así.

Una llamada entró a mi celular, dude en contestar, pero al final lo hice.

- Buenas noches, ¿Con el señor Coscarelli? - habló una señorita.

- Sí, dígame.

- Habló del hospital para dar información del señor Emmanuel Liceaga, estuvimos tratando de contactarnos con su hija, pero desvía la llamada, entonces dejaron este número en caso de no localizarla a ella. - explicó.

- Ah, sí, claro, dígame. Con gusto yo le pasó el recado a la señorita Liceaga.

- Nada más le informamos que el señor ya salió del coma, pero por el momento lo tenemos sedado para hacerle estudios, necesito la autorización para hacerlos.

- Verá, nosotros vivimos en Las Vegas, pero fuimos un tiempo a Nueva York, pedí de nuevo el traslado, pero me dijeron que era crucial mantenerlo estable. - expliqué.

- Sí, no hay problema con eso, solo necesito que firme la autorización. Se la podemos mandar por correo y la firma de manera electrónica.

- Me parece bien.

- Muy bien, le digo el correo que dejaron a su nombre. - espués de intercambiar información, quedamos de acuerdo - Habiendo dicho esto, eso sería todo, nada más esperamos que lo firme. - explicó.

- Así será. - asentí.

- De acuerdo, que pase buena noche.

- Gracias, igual. - colgué.

En cuánto colgué, entró una llamada de Joe. Respondí de inmediato.

- ¿Qué pasa, Joe?

- ¿Ya sabes algo de Valentina o Ethan? - se escuchó un poco agitado.

- No, nada, ¿Y tú?

- Sí, pude rastrear su número y está a las afueras de la ciudad, al parecer está en una casa que según el registro, está abandonada.

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