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*Narra Valentina*

- Valentina, mi verdadero nombre es Valentina. - la miré.

Cuando terminé de decir esas palabras, me miró sin decir palabra alguna. A decir verdad, me sentía bastante incómoda.

Después de otro par de minutos de silencio incómodo, por fin habló.

- Val... ¿Por qué no habías dicho nada antes?

- Tenía miedo que te alejaras de mí y le dijeras la verdad a Santiago.

- Valentina, ¿Por quién me tomas? No sé cómo creas que soy, pero te aseguro que el hecho de que venga de una familia adinerada no es sinónimo de superioridad.

- Es que... No quiero poner en riesgo su vida. - hice una mueca.

- ¿Poner en riesgo a Santiago? ¿Cómo? ¿Sabes algo más? ¿Qué ocultas? - dijo en tono serio.

No sabía si era buena idea decirle todo. No mucho por lo que le iba a decir, sino que tenía miedo de que alguien nos viera o escuchará.

- Valentina, dime, es un tema que me interesa mucho, es mi hermano. - dijo casi suplicando.

- No creo que sea buena idea... Me han pasado cosas que... - hice una breve pausa, cuando iba a seguir hablando me interrumpió.

- No te entiendo... Perdón... - se disculpó.

- Es que... - suspiré - Sinceramente me sentiría más cómoda hablando de esto en un lugar más privado y seguro.

Ella me analizó por unos segundos y asintió.

- Entonces... ¿Te sientes más cómoda hablando de esto después? - dijo más comprensiva, aún sin entender nada de lo que yo le quería decir.

- Sí, Aless, sabes que también quiero ayudar a Santiago, pero quiero estar segura de que no corren peligro las personas que me rodean. - mordí mi labio con nerviosismo.

Me miró comprensiva y me dio un abrazo, al separarnos tocaron la puerta.

- Valentina, te toca. - dijeron detrás de la puerta.

- Ya voy. - hablé en tono alto para que pudiera escuchar.

Me levanté y caminé a la puerta.

- Y dime, ¿Qué se siente bailar frente a muchos hombres? ¿Eres buena? - dijo juguetona.

La mire con demasiada sorpresa. No sabía que contestar.

- Por favor. Dime que se siente. - sonrió inocentemente.

Solté una pequeña risa.

- Quisiera contarte. Pero debo salir o mi jefe va a matarme. - dije poniendome de nuevo el antifaz, antes de salir me volví a ella - ¿Quieres salir a ver? - pregunté en la puerta, a lo que ella se levantó y me siguió hasta un pasillo, ella se fue al público y yo seguí de largo para entrar al escenario.

[...]

Alessandra se marchó del lugar junto con Joe, ella y yo quedamos de vernos después para hablar de eso, pero sin especificar el lugar.

Mi show terminó y me fui de nuevo al camerino.

Saqué mi celular para ver la hora: doce cuarenta y cinco. Me vestí con ropa más descente y comencé a guardar mis cosas. Por último me desmaquillé y tomé mi bolso para salir.

Desde que supe que saldría tarde, le avisé a Ray que me recogiera a la una en punto.

Cuando salí por la parte de atrás, aún no había llegado, decidí esperar ahí.

SutraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora