*Narra Santiago*
Encontré a Valentina sentada en las piernas de alguien. No sabía quién era, pues tenía la mitad del rostro cubierto con una especie de máscara.
No sabía que hacer o cómo reaccionar. Solo me quedé ahí, parado, sin hacer ningún movimiento, ni poder articular palabra.
- Santiago. - una voz familiar me sacó de mis pensamientos, era Joe - Hey, Santiago, ¿Estás bien? - me miró.
Yo solo lo miré por unos segundos y volví mi vista a dónde estaba ella. Joe se emparejó a dónde yo estaba y miró en la misma dirección que yo. Volteó a verme.
- Hey. Tranquilo, todavía tienes a Valeria. - trató de animarme.
No le hice caso, me tomé la bebida como shot. Pedí otras rondas de tragos.
Joe trataba de detenerme, pero en ningún momento le hice caso.
Me empezaba a sentir mareado. Creo que ya era hora de irme. Me levanté y fui a pagar.
Salí en busca de mi auto, cuando llegué a él, Joe se paró enfrente de la puerta.
- Joe, hazte a un lado. - dije como pude.
- No, Santiago. No voy a permitir que manejes en ese estado. Acabas de salir de prisión y no quiero que regreses por una estupidez. - me regañó.
- Déjame ir. - ordené.
- No, no lo haré. ¿Te quieres ir? Bien. Yo te llevo, pero tú no vas a conducir en ese estado.
Yo acepté. Esta bien que estuviera ebrio, pero aún tenía un poco de conciencia.
Caminámos a dónde estaba su auto. Me ayudó a entrar en el asiento del copiloto.
- Dame las llaves de tu auto. - dijo antes de cerrar la puerta.
Torpemente empecé a buscar en mis bolsillos. Se las entregué.
- Muy bien, quédate aquí. - cerró la puerta y después puso los seguros.
Lo vi entrar de nuevo al club, yo me recargué en el asiento.
Las palabras de Joe retumbaban en mi cabeza: "todavía tienes a Valeria". El caso aquí es que yo a la que más quería era a Valentina... O quizá, también me estaba enamorando de Valeria...
*Narra Valentina*
Estaba con el asqueroso de Ethan, cuando Joe se acercó.
- Valentina, ¿Puedo hablar contigo? - casi tuvo que gritar por el ruido de la música.
Volteé a ver a Ethan como "pidiendo permiso", él asintió. Joe no lo reconocía ya que seguía con la máscara puesta.
Me levanté para ir con él, cuando sentí una nalgada, mi cara de asco y repulsión no podía ser más obvia, y creo que Joe se percató de eso.
Caminamos hasta mi camerino, ahí podríamos hablar sin problemas.
- Valentina, ¿Qué te sucede? - me miró con desaprobación.
- ¿De qué habla, señor? - fingí inocencia.
- Por Dios, Valentina. No te hagas la inocente. - dijo molesto - ¿Qué hacías con ese hombre? - fue directo.
Yo me quedé callada, no sabía que excusa inventar para que me creyera.
- Yo no le veo nada de malo en estar con algún hombre. Es mi novio. - al decir esas palabras, el estómago se me revolvió del asco.
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Sutra
Teen FictionUna apuesta entre amigos debe ser pagada, y que mejor con un baile erótico en el mejor club de todo Estados Unidos. Sólo lo mejor para el mejor.