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Sábado 6 de Octubre de 2018

*Narra Valentina*

Antes de salir de mi habitación, miré el reloj: seis y cuarto.

Estaba lista para ir al evento que me había dicho Joe, tomé el taxi y le di la dirección, no tenía ni la más mínima idea en dónde iba a ser.

El taxi se estacionó afuera de una gran casa, mejor dicho, mansión.

– Aquí es. – habló el taxista.

Pagué y agradecí. Al bajar llamé a mi jefe.

– Señor, estoy afuera del lugar. – hablé mirando a los lados.

– Muy bien, Valentina. Voy para allá. Antes, ¿Traes antifaz?

– Sí, ¿Por qué? – pregunté confundida.

– Te recomiendo ponértelo; voy para afuera. – sin decir más, colgó.

Me había quedado confundida por lo que me dijo, pero si lo decía era por algo. Busqué en mi bolso mi antifaz y me lo puse, justo cuando lo hacía llegó Joe.

– Valentina. – saludó desde adentro, detrás de la reja  – Pasa – abrió la puerta.

– Gracias. – entré.

Observe el gran jardín delantero, caminamos por el sendero hasta llegar a la puerta de la gran casa, abrió la puerta y pasamos.

Al entrar me quedé congelada pues Santiago se encontraba sentado en la gran estancia. ¿Será su casa? De eso no estaba muy segura, porque había otro hombre aparte de Santiago y Joe.

En ese momento Santiago volteó, me puse un poco nerviosa. Joe se dió cuenta y habló.

– Santiago, ¿En dónde pueden cambiarse las chicas? – Santiago apartó su vista de mí y lo miró.

– En la habitación de huéspedes, es grande y ahí tienen todo lo que necesitan. – Joe asintió.

– Sígueme, Valentina. – asentí y caminé detrás de él.

Al llegar a la habitación puse mi maleta y mi bolso en la cama.

– Ponte cómoda Valentina, yo les aviso cuando salgan.

– ¿Cuándo salgamos? – dije confundida.

– Sí, vendrán más bailarinas, de hecho, vendrán del Orange Club. – explicó – Bueno, regreso en unos minutos. – caminó a la puerta.

– Espere. – me miro – Que no entre el señor Coscarelli, por favor. – pedí.

– No te preocupes, yo me encargo. – sonrió.

– Gracias. – él solo asintió y salió.

Me senté en la cama y comencé a buscar mi ropa.

[..]

*Narra Santiago*

Todos nuestros amigos comenzaban a llegar. Joe, Luka y yo los recibíamos.

Empezaba a ponerme un poco ansioso, quería ver a Valentina de nuevo.

Después de casi media hora ya estaban todos los invitados de Luka, no eran muchos, máximo había veinte personas en mi casa, sin contar a las strippers.

La fiesta iba bien, Luka se estaba divirtiendo. Joe se levantó del sofá.

– Luka, quiero que una de tus últimas noches como soltero la disfrutes al máximo y por eso. – lo señaló con mirada pícara – Quiero que vengas al centro. – todos empezaron a hacer bulla.

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