- 22 - La cumbre de la batalla -

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Pov Narrador

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Pov Narrador

El grupo de Natsume y Ruka lograron localizar al director. Este, como intuyeron, se ocultaba en su edificio particular. Al verlo, Hyuga, guiado por la ira, llevó su alice al límite.

─¡Ruka! ─ llamó Natsume tras haber envuelto al director en un torbellino de llamas ─ Usa tu barrera para proteger a todos los demás. Este edificio pronto se verá envuelto por el fuego. ─ Ruka pronunció el nombre de su amigo, sin embargo, Natsume lo ignoró y siguió con su orden ─ También tenéis que sacar de aquí, tan pronto como sea posible, aquellos que están siendo controlados.

─¡Natsume ven con nosotros! ─ rogó su mejor amigo ─ ¡No puedo dejarte! No puedo dejarte...

─No moriré. ─ afirmó el azabache. A pesar de encontrarse en el suelo agotado por el uso constante de su alice, él no vaciló ─ ¿Cómo puedo morir? ─ Natsume no quería abandonar a la persona que más amaba. No ahora que había decidido luchar para estar a su lado ─ Si todavía recuerdas la promesa, ¡vete! ─ le ordenó ─ Por favor...

Aquello revolvió los recuerdos de aquel día de invierno donde Natsume le había pedido un favor a su rubio amigo.

« ─Ruka si algo me sucede en el futuro, tengo algo que pedirte. Por favor, cuida de Mikan. » 

─¡Natsume! ─ chilló Ruka con lágrimas en sus ojos. Su amigo se había vuelto loco, no podía abandonarlo allí.

─¡Ruka! ─ llamó Tsubasa antes de apoyarlo en su hombro. El rubio también se estaba debilitando por culpa del uso constante de un alice que no era suyo ─ El fuego está cada vez más cerca. Vamos a retirarnos.

Natsume, sabiendo que su amigo no se iría sin él, intensificó las llamas para que huyera lejos de allí: a un lugar seguro. Sin embargo, el cuerpo de Natsume empezó a debilitarse y, mientras los otros se alejaban diciendo que regresarían a por él, el azabache se tumbó. Ni siquiera era capaz de mantenerse a cuatro patas.

─Me convencieron ese par de ojos de nuevo. ─ confesó Ruka frustrado ─ La determinación en sus ojos de querer proteger a los demás. Actuando solo... Llevando la carga solo... Sus ojos demostraron que està decidido a sacrificarse. ─ lloró el rubio ─ Para salvar a Natsume solo podemos confiar en Sakura.

Regresando con Hyuga, este se encontraba tratando de usar todas sus fuerzas para terminar con todo aquello. No había vuelta atrás. Solo él podía acabar con toda esa locura.

¡No voy a permitir que tus garras lleguen a aquellos que vengan detrás de nosotros! Ni siquiera un poco. ─ pensó ─ Si mi fuerza se agota, cuando este alice desaparezca también lo hará la luz de mi vida.

A medida que su cuerpo se debilitaba, su mente lo transportó a sus días de niñez. Recordó los momentos en que siendo acunado por las dulces brazos de su madre escuchaba las súplicas y las disculpas de la mujer que lo trajo al mundo. Pidiéndole perdón por heredarle un alice que lo condenaría por siempre: El alice que acorta la vida.

La chica de las feromonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora