- 42 - Una nueva Rin-

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El camino de regreso fue tenso. Ruka trataba de buscar una forma de comenzar aquella conversación y Rin se empezaba a impacientar. Harta de todo ese drama, la chica encaró al rubio. ¿Por qué le estaba dándole tantas vueltas? Si quería decirle algo, que lo hiciera y punto. No entendía por qué tanto drama. 

─¿De qué quieres hablar? ─ preguntó con calma mientras seguía con su vista fija en el camino.

Ruka botó inquieto en su sitio, como un pequeño conejo al que habían pillado haciendo una travesura. Nunca pensó que sus intenciones serían descubiertas. En parte, ni él mismo conocía exactamente la razón por la que estaba allí. Solo había una pregunta que andaba dándole vueltas en la cabeza. Si Rin era Dani eso significaba qué... Solo de pensar en aquella posibilidad se sonrojaba. Era absurdo plantearse que aquello fuera posible. 

─Yo... Esto... Verás... ─ Ruka no sabía por dónde comenzar. Estaba hecho un lío en aquellos momentos. Jugaba con sus dedos buscando una forma de alejar sus nervios, pero era imposible. Rin no pudo evitar formar una mueca de confusión y reír levemente al final. No entendía a Nogi. Era tan raro a veces... Sin embargo, una alocada teoría cruzó su mente. ¿Y si Nogi seguía molesto con ella? No sería de extrañar que una disculpa no fuera suficiente. Ante esa posibilidad los colores desaparecieron de su rostro y enserió su expresión. ¿Podía ser posible? ¿Nogi seguía molesto?

─Nogi sé que fue egoísta desaparecer durante tanto tiempo, también soy consciente que no debí haberte golpeado. ─ trató de disculparse ─ En el último caso perdí el control de mí misma. No debí...

─No tienes que volver a disculparte. ─ corrió a cortarla, lo último que quería era crear una confusión. Él hacía rato que había aceptado aquellas disculpas. Rin les había demostrado que se merecía una segunda oportunidad. Se había abierto por primera vez y había contado cosas demasiado personales. ¡Era obvio que la perdonaría! Además, su llegada indefinida solo alegraba aún más todo aquello. Era imposible que le guardara rencor. Ruka apartó la mirada ante tales pensamientos. ¿En qué estaba pensando, Rin? ¿De verdad creía que la culpaba por ese golpe? Ambos sabían que no había un responsable ─ Solo quería preguntarte sobre algo... Una vez Dani me dijo que yo... Que tú... 

Era demasiado vergonzoso decirlo en voz alta. Su cara estaba roja como el mismo tomate. Sabía que tal vez todo había sido parte de la actuación. Dani era la némesis de Rin. Ese pensamiento era absurdo. Ella no podía...

Rin, curiosa, clavó su mirada en él. A su parecer, el chico estaba demasiado alterado. No obstante, al escuchar sus últimas palabras se contagió del rojizo que teñía a su acompañante. Por primera vez en toda la velada, Utsuki se sintió nerviosa. Si sus nuevas teorías eran ciertas, no saldría bien parada de aquella situación. ¡¿Por qué se había tenido que confesar?! Había sido estúpido de su parte, pero lo había hecho sin pensar. En respuesta, Rin apartó la mirada avergonzada. ¿De verdad iba a sacarle el tema?

─Es verdad que tú... Que yo... Que te gus... ─ Nogi era incapaz de completar su oración. Aquello solo hacía empeorar la situación. Ambos estaban demasiado apenados para formular palabra. Sin embargo, Rin se había hecho una promesa esa misma semana: no iba a dudar más. Era hora de ser más honesta. ¿Por qué no hacer una absurda locura para provarlo?

─Es verdad... Me... gustas... 

A medida que las palabras salían lejos de sus labios, los nervios le iban eliminando la poca valentía que había logrado reunir. Estaba hecha un tomate. Sentía como el humo salía de su cara. Ni siquiera podía alzar la vista para verle. Por esos nervios y esa vergüenza, Rin fue incapaz de apreciar la cara colorada de su acompañante. Nogi estaba tan nervioso que no sabía que responder. ¿A Rín le gustaba? ¿Era eso posible?

La chica de las feromonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora