- 12 - El Jardín de las Flores (1/2) -

577 59 13
                                    

A la mañana siguiente, al despertar Rin tuvo que ahogar un grito al ver lo cerca que se encontraba de Ruka

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A la mañana siguiente, al despertar Rin tuvo que ahogar un grito al ver lo cerca que se encontraba de Ruka. Sus mejillas no tardaron en arder y, en consecuencia, tuvo que apartar la mirada para no ser descubierta. Además, por si fuera poco, se había despertado antes de hora, por lo que debió esperar a que los demás despertaran. Al cabo de unos diez minutos sonó un despertador, al parecer Imai lo había puesto la noche anterior. 

Hotaru y los demás, en contra de la verdadera voluntad de Rin, decidieron bajar a merendar aún con el pijama que milagrosamente se habían podido poner la noche anterior. Por otro lado, Utsuki no estaba del todo de acuerdo. Entendía que siendo festivo prefirieran quedarse con el pijama, pero eso no significaba que ella no quisiera cambiarse de ropa. Para Rin el sacarse el pijama simbolizaba su divorcio con la cama. Era su manera de alejarse de la suavidad del colchón y sacar fuerzas para enfrentar al sueño. Pero esa mañana, al verse obligada a convivir con tres personas más, no tuvo más elección que rendirse en el mismo momento en el que vio como Imai se acercaba a la puerta con intenciones de abandonar la habitación.

Al llegar al vestíbulo escucharon el llamado de Yuu, quien había empezado a gritar a Mikan y Hotaru. Delante de él se encontraba una pila de cajas envueltas en papel de regalo que alertaron demasiado a Rin. Que el delegado las llamara con tanta insistencia solo podía significar una cosa y no era precisamente de su agrado. 

─La directora de secundaria os ha enviado unos regalos. ─ explicó una vez las dos susodichas se encontraban delante de él. Al escuchar aquella revelación un escalofrío recorrió toda la espalda de Rin, aquello olía a chamusquina.

─¡Son kimonos! ─ exclamó una voz que Utsuki no pudo reconocer ─ ¡Preciosos!

Rin tragó en seco en un vano intento de relajarse. Tal vez todo aquello era solo un error. Seguramente serían un regalo para disculparse por haber quedado fuera de la fiesta. No había duda, solo podía ser esto. No obstante, sus teorías se vieron rotas al escuchar como Tsubasa-sempai leía la nota que se encontraba junto a los kimonos.

─A ver que dice la nota... "Poneos estos kimonos de mangas largas, los furisode, y venid hoy sin falta a la fiesta de año nuevo." "Sobre la notificación que recibí ayer, por esta vez haré una excepción." "Permito que acudáis acompañadas con la condición de que vengan como chicas".

Rin, en otras circunstancias, no habría dudado ni un solo segundo en burlarse de su amigo, sin embargo, ahora la situación se le había girado en contra. Aquella nota había sido como un balde de agua helada. Aquello no podía ser cierto, se negaba a acudir a esa fiesta. Y por sobre de todo eso, ¡no se iba a poner ese kimono!

  ✶✶✶  

─Sumire aleja eso de mí. ─ suplicó Utsuki mientras trataba inútilmente de alejarse. No obstante, estando pegada a You no podía huir a ningún lado. Rin colocó sus manos enfrente de su cuerpo al tiempo que su amiga se le acercaba con la intención de colocarle aquella prenda que tanto detestaba.

La chica de las feromonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora