¿Y si la historia no hubiera pasado exactamente igual a la que nos fue contada? ¿Y si el recuerdo de aquella joven se hubiese evaporado de la memoria de Mikan?
Esta es una historia jamas contada donde se revelarán los más oscuros secretos de la acad...
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Pov Narrador:
Ese día Mikan estaba más inquieta de lo habitual, había pasado más de una semana y aún no había recibido ninguna carta de su abuelo, así que pidió ayuda a una compañera con el alice de la adivinación. Tras una ridícula danza descubrieron que el abuelo de Mikan no había recibido ninguna noticia de ella y para colmo estaba enfermo.
Aquello afectó a Sakura pero lo que sorprendió más a la clase fue las palabras de Hyuga, quien le dijo que el colegio les tenía puesto el ojo, motivo por el que sus cartas nunca serían enviadas. Por aquella razón, Natsume afirmó que no debía confiar en los adultos. Para comprobarlo Hotaru puso unas pegatinas en la carta de Mikan antes de entregársela a Narumi-sensi siendo capaces de descubrir que estas eran quemadas.
La castaña interrumpió en la sala de profesores siendo castigada en su habitación sin comer. Por más que Hotaru e Inchou trataron de razonar con el robot, este se negó a moverse. No fue hasta que Ruka hizo uso de su alice que logró llegar hasta ella. Allí esta le pidió ir a ver a su abuelo y Nogi la ayudó cambiando sus vestimentas y ofreciéndole como transporte una gran águila gigante.
Aquella noche trataron de secuestrarla pero Narumi-sensei la rescato y le contó que el mundo ya no era un lugar seguro para ella.
Pero a todo esto ¿dónde se encontraba Rin?
Pov Rin:
Tal y como había prometido al pequeño problemático me dirigí a su habitación una vez terminé de cenar. Al abrir la puerta me encontré con varios niños encima la cama.
─¡Rin-neechan!─ saltó al verme el dueño de la habitación. ─ Ellos son mis amigos. Cuando les conté que venías me dijeron que querían conocerte. ─ desordené su cabello y me agaché para estar a su altura antes de presentarme.
─Mi nombre es Rin, ¿y el vuestro?─ siendo honesta no pensé que alguien quisiera conocerme pero al parecer había juzgado mal a los de mi alrededor. Tal vez los tiempos habían empezado a cambiar.
─Yo me llamó Chieko y tengo cinco años. ─ dijo mientras me mostraba todos los dedos de su mano derecha. ─ Mi alice es el de las ilusiones. ─ Aquello me sorprendió, tenía el mismo que Inchou.
─Yo soy Nao. ─ se presentó con bastante timidez un niño que debía tener también unos cinco años.─ Mi alice es el de los sentimientos. ─ ¿El de los sentimientos? Al ver mi confusión añadió. ─ Puedo percibir los sentimientos de aquellos que me rodean. ─ abrí los ojos con asombro, no era un alice muy habitual.
─¡Yo! ¡Yo! ¡Yo! ¡Yo!─ saltaba una niña con entusiasmo. ─ Mi nombre es Ringo, tengo cuatro años y mi alice es el de la transportación.
─Y yo soy Yun, mi alice es el de la intuición. ─ terminó el pequeño problemático.
Tras sus presentaciones me miraron expectantes.
─¿Cuál es tu alice? ─preguntaron todos a gritos.─¿A qué rama perteneces?
